Hace algunos años a un político vasco aposentado en este momento en el Congreso de los Diputados se le preguntó si sabía qué era el principio de Arquímedes. Ni corto ni perezoso, contestó: "Pues depende de cuál de ellos". No es preciso facilitar el nombre del ilustrado político, entre otras cosas porque probablemente más de la mitad de los parlamentarios ignoran el alcance de este principio, a pesar de que parte de su profesión consiste en flotar. Es posible que desconozcan también que el entusiasmado físico de Siracusa, desnudo, exclamó el primer "eureka" de la historia de la humanidad. Eureka no es euskera por mucho que exista una relación fonética con la que dicen es la lengua más antigua de Europa. Eureka es el grito de satisfacción que exclama algún candidato la noche de las elecciones cuando comprueba que ha sido elegido y que tiene asegurada la manduca durante cuatro años más.

Pues bien, para los aficionados a la ciencia, hoy día 14 de marzo, día del número pi, concurren varias coincidencias científicas más propias de la cábala que del conocimiento técnico. Por un lado, tal día como hoy nació Albert Einstein, el mismo que sale en la oscarizada Oppenheimer interpretado por Tom Conti. Suya es la frase: "Una hora sentado con una chica guapa en el banco de un parque se pasa como un minuto, pero un minuto sentado encima de un hornillo encendido parece una hora". Así fue como definió la teoría de la relatividad, que bien podría servir para algún político mediocre cuando tiene que dar respuesta a alguna pregunta incómoda.

Pero es que, para mayor abundamiento, en este día de marras murió Stephen Hawking, que logró sobrevivir más de 50 años a su ELA, la misma enfermedad que, al parecer, será objeto de atención integral en una ley tras la llamada de atención de las últimas semanas. Y como en España no podemos ser menos, tal día como hoy nació y murió Félix Rodríguez de la Fuente, del que algunos políticos con cierta edad también aprendieron el arte y la técnica de sobrevivir en el bosque entre lobos.

Pero regresando a Arquímedes, la política española es el paradigma perfecto de su principio científico porque todo partido político sufre un empuje hacia arriba proporcional al rechazo que provoca su rival. La indignación es ‘arquimédica’ porque cuando se sumerge a tu contrincante en aguas turbias, se desaloja una masa de agua que permite que, por el contrario, crezcas a su costa. Y así llevamos 40 años, con la manía además de escupir al cielo y sentir el abrumador peso de la ley de la gravedad sobre todos nosotros. Política a ras de suelo.

QOSHE - Arquímedes español - Alejandro González Vizuete
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Arquímedes español

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14.03.2024

Hace algunos años a un político vasco aposentado en este momento en el Congreso de los Diputados se le preguntó si sabía qué era el principio de Arquímedes. Ni corto ni perezoso, contestó: "Pues depende de cuál de ellos". No es preciso facilitar el nombre del ilustrado político, entre otras cosas porque probablemente más de la mitad de los parlamentarios ignoran el alcance de este principio, a pesar de que parte de su profesión consiste en flotar. Es posible que desconozcan también que el entusiasmado físico de Siracusa, desnudo, exclamó el primer "eureka" de la historia de la humanidad. Eureka no es euskera por mucho que exista una relación........

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