LA HABANA, Cuba.- Por suerte, pese a mi condición de octogenario, me siento satisfecho con mi salud mental. Este comentario me sale del corazón después de ver el hatajo de ridiculeces que acaba de publicar el periódico de “La Abuelita” (el mismo que, para colmo, en la muy antiyanqui Cuba enarbola ese nombre en inglés coloquial: Granma). Me refiero a las loas consagradas a la recientísima reunión de turno de la llamada “Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América” (ALBA).

La primera noticia del órgano de agitación castrocomunista está consagrada al discurso pronunciado en el evento por el presidente Díaz-Canel, electo para el cargo por el voto de 605 compatriotas y ratificado cinco años después por sólo 470: “En la hora de los hornos, el Alba está dando luz”. El segundo comentario, perpetrado por Alina Perera Robbio, ostenta un título aún más truculento: “El alba, la luz en el canal de parto de los pueblos”.

Este encabezamiento resulta —por decir lo menos— sorprendente. Porque la colega oficialista, en su texto, nos habla de un “oscuro canal de parto”; pero, como ya vimos, ¡asegura que en este último hay “luz”!… Para colmo, después de hablar de un paritorio doloroso (y del presumible nacimiento de una criatura), ¡la leyenda de la foto que ilustra su artículo menciona “los pechos de los comandantes Fidel Castro Ruz y Hugo Chávez”!…

Nada, lo único que está claro es el deseo desenfrenado de los plumíferos castrocomunistas de entonar loas a la reunión de turno de los suyos; pero, al hacerlo, han formado un tremendo “arroz con mango” en el que no entiendo nada. Por ello tengo que ufanarme (a riesgo de parecer inmodesto) de conservar la salud mental pese a todo. Pero, más allá del descoco de los rojos, el tema amerita que intentemos profundizar en él para tratar de desentrañar qué hay de cierto (si es que algo) en todo ese barullo propagandístico.

Para empezar, creo que vale la pena recordar el origen del engendro. Por la época en que el teniente coronel Hugo Chávez habló por primera vez del ALBA (todavía en el pasado siglo), en todo nuestro Hemisferio se debatía sobre el Área de Libre Comercio de las Américas (más conocida por su sigla ALCA). Se trataba de un convenio multilateral propuesto por Estados Unidos, que comprendía a todos los países del Hemisferio excepto Cuba, y el cual, según se pensaba, fomentaría los intercambios comerciales entre los firmantes.

Chávez, en uno de sus enfebrecidos discursos, propuso que, en vez del ALCA, surgiese un ALBA. En sus inicios, su idea no pasaba de ser una simple palabrita seductora, que por ser sinónimo de “amanecer” podía servir para la agitación y la propaganda. Esto lo confesó el propio teniente coronel golpista tiempo después, al reconocer que, tras lanzar él esa “iniciativa”, lo había llamado Fidel Castro para pedirle detalles del “proyecto”. Nada pudo contestarle al respecto; como queda dicho: se trataba de una mera palabra bonita.

Después sí se trabajó para darle algo de músculo a la idea. Venezuela aportó el producto de su industria petrolera, que por aquella época no se encontraba tan deteriorada como lo está ahora; Cuba ofreció sus ubicuos y complacientes médicos. En definitiva, resultó fácil obtener el apoyo de los regímenes de ideas izquierdistas, como los de la Bolivia de Evo y la Nicaragua sandinista.

También se prestaron a hacer número una mano de diminutos estados insulares de las Antillas Menores (cada uno de ellos menor que la Isla de Pinos). Se trata de gobiernos que en lo interno han mantenido la democracia (eso es justo reconocerlo), pero que no tienen remilgos en utilizar la neolengua izquierdista ni en coaligarse con dictaduras como las antes mencionadas. ¡Cualquier cosa con tal de recibir un buchito de petróleo suministrado en condiciones favorables por el chavismo, o una brigadita médica cubana!

La cumbre que acaba de concluir se ajustó al mismo libreto. Se aprobó una Agenda Estratégica 2030 en la que mucho se habla y nada se concreta. Se ha concebido la creación de ALBA-Alimentos, la Agencia de Cooperación y Desarrollo, la Universidad del ALBA y la Agencia de Mitigación de Impactos del Cambio Climático. En resumidas cuentas, mucha hipertrofia burocrática y toneladas de blablablá proveniente del “socialismo del siglo XXI”.

Se acordó también relanzar ALBA Salud y PetroCaribe, suspendido desde 2019. El dictador Maduro insinuó que este último va a “reverdecer”, y lo hará “más temprano que tarde”. Esto tendrá lugar, según el dicho del mandatario chavista, para garantizar “estabilidad y una seguridad integral y estratégica de toda la región del Caribe”. Bonitas palabras… pero eso sí, tuvo la saludable precaución de no mencionar fecha alguna.

Por lo demás, la reunión sirvió de marco para las parrafadas oratorias de los mandatarios asistentes. En el discurso leído por el cubano Díaz-Canel, por ejemplo, uno no puede dejar de destacar que expresó preocupación por las posibilidades de difusión del conflicto entre Israel y Hamás. Sin embargo, no dijo ni una palabra sobre la guerra de agresión que, con el nombre eufemístico de “Operación Militar Especial”, desató hace años el dictador ruso Vladimir Putin contra su vecina Ucrania. Nada, pues, sobre el conflicto ya existente entre los dos países mayores de Europa.

Otros mandatarios dieron rienda suelta a sus fantasías más desenfrenadas. El boliviano Luis Arce, por ejemplo, propuso el ingreso al ALBA-TCP… ¡de Palestina! El dictador nicaragüense Daniel Ortega tildó de “nazi-fascistas” a los presidentes de Argentina y Ecuador; también se declaró preocupado por las “necesidades” que pasa… ¡el pueblo norteamericano!… El otro dictador —el venezolano Nicolás Maduro— propuso una “confederación de países de la CELAC” (lo que sea que eso signifique).

En resumidas cuentas, hemos presenciado otro inútil ejercicio más de retórica socializante. Los mandatarios participantes, junto a sus amigos, hicieron un poco de turismo de izquierdas. Se realizó el correspondiente torneo de oratoria (aunque a menudo con un nivel bastante bajo). Se trazaron planes cuya hipotética materialización sugiero que todos (incluyendo a los más fervorosos partidarios del “socialismo del siglo XXI”) esperen sentados… En fin, una reunión más que se ha ganado ya el figurar en los anales de la intrascendencia.

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QOSHE - La XXIII Cumbre del ALBA-TCP termina en Caracas sin penas ni glorias - René Gómez Manzano
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La XXIII Cumbre del ALBA-TCP termina en Caracas sin penas ni glorias

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29.04.2024

LA HABANA, Cuba.- Por suerte, pese a mi condición de octogenario, me siento satisfecho con mi salud mental. Este comentario me sale del corazón después de ver el hatajo de ridiculeces que acaba de publicar el periódico de “La Abuelita” (el mismo que, para colmo, en la muy antiyanqui Cuba enarbola ese nombre en inglés coloquial: Granma). Me refiero a las loas consagradas a la recientísima reunión de turno de la llamada “Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América” (ALBA).

La primera noticia del órgano de agitación castrocomunista está consagrada al discurso pronunciado en el evento por el presidente Díaz-Canel, electo para el cargo por el voto de 605 compatriotas y ratificado cinco años después por sólo 470: “En la hora de los hornos, el Alba está dando luz”. El segundo comentario, perpetrado por Alina Perera Robbio, ostenta un título aún más truculento: “El alba, la luz en el canal de parto de los pueblos”.

Este encabezamiento resulta —por decir lo menos— sorprendente. Porque la colega oficialista, en su texto, nos habla de un “oscuro canal de parto”; pero, como ya vimos, ¡asegura que en este último hay “luz”!… Para colmo, después de hablar de un paritorio doloroso (y del presumible nacimiento de una criatura), ¡la leyenda de la foto que ilustra su artículo menciona “los pechos de los comandantes Fidel Castro Ruz y Hugo Chávez”!…

Nada, lo único que está claro es el deseo desenfrenado de los plumíferos castrocomunistas de entonar loas a la reunión de turno de los suyos; pero, al hacerlo, han formado un tremendo “arroz con mango” en el........

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