Toda esta parafernalia guerrerista norteamericana en la que involucra a sus aliados y sumisos del Pacífico tiene la “virtud” de lograr más ganancias para su industria bélica y acrecentar el temor a la República Popular China, la cual, inmutable, no baja la guardia en momento alguno y se mantiene creciendo económicamente sin depender para esto del belicismo en el que la quieren envolver.

La paranoia ante China está siendo sembrada por todas partes, no solo por la política que el establishment gobernante presiona al presidente Joe Biden para que atenace sus acuerdos militares con Australia, Corea del sur, Japón y Filipinas, sino también por la actitud del candidato presidencial y ex mandatario republicano, Donald Trump, quien ante la migración china que está entrando a Estados Unidos acaba de afirmar que no es extraño que Beijíng este preparando un ejército “para atacar a Estados Unidos desde su interior”.

Asimismo, subrayó que durante su gobierno tuvo la "frontera más segura de la historia". Sin embargo, el presidente Joe Bien deshizo todos sus esfuerzos ejecutivos, tras lo cual "todo el mundo empezó a afluir a nuestro país".

Todo por supuesto forma parte de las consabidas artimañas estadounidenses para horadar la soberanía china, al ejercer sus presiones mediante Taiwán y armar hasta los dientes a Australia, mantener sus ejercicios militares provocativos contra la República Popular Democrática de Corea y estrechar su control sobre Japón y Filipinas, con el fin de profundizar sus discrepancias territoriales con Beijing.

Por supuesto, los avances en el armamento militar chino, algunos de los cuales mantiene en secreto, preocupan a quienes quieren mantener el hegemonismo del Imperio, que está consciente de que no saldría indemne en una confrontación, y más cuando hasta ahora sus agresiones se han limitado a países más pequeños y fuera de su territorio.

BELICISMO

EE.UU. se está preparando para enfrentarse a "adversarios como China desde islas remotas y estratégicas en el Pacífico occidental", informa The Washington Post, que especifica que la Armada está formando unidades "más pequeñas, más livianas, más móviles" e incluso, "más letales".

La función principal de esos grupos consiste en recopilar información sobre objetivos y compartirla con los miembros de la Flota del Pacífico y la Fuerza Aérea para que puedan repeler rápidamente los ataques enemigos durante "una lucha marítima que podría desarrollarse a lo largo de miles de kilómetros de islas y costas en Asia", asegura el falsamente objetivo periódico, que agrega y precisa:

"Estos nuevos regimientos se conciben como una pieza de una estrategia más amplia para sincronizar las operaciones de los soldados, marineros, marines y aviadores estadounidenses y, a su vez, con los Ejércitos de sus aliados y socios en el Pacífico".
"Su objetivo es una franja crucial de territorio que se extiende desde Japón hasta Indonesia y se conoce como 'la Primera Cadena de Islas”.

Según AP, los expertos consideran la estrategia adoptada por EE.UU. como "prometedora", pero no descartan las posibles dificultades a las que podría enfrentarse, sobre todo en el caso de un conflicto bélico real.

Entre ellos destacan "desafíos logísticos en una vasta región marítima, entrega oportuna de equipos y nuevas tecnologías complicadas por batallas presupuestarias en el Congreso, una industria de defensa sobrecargada, y la incertidumbre sobre si socios regionales como Japón permitirían que las fuerzas estadounidenses luchen desde sus islas".

Al mismo tiempo, cabe señalar que China califica como "una escalada" los intentos de Washington de estrechar lazos en el Pacífico, hecho que "pone nerviosos" a algunos funcionarios de la zona por el temor de ser "arrastrados a un conflicto entre las dos potencias".

Por otro lado, no hay que olvidarse que China ha desafiado la capacidad de Estados Unidos para controlar los mares y los cielos en cualquier conflicto en el Pacífico occidental.

Además, ha ampliado enormemente su alcance en la zona, llegando a construir islas artificiales para sus puestos estratégicos en el mar de la China Meridional y ampliando sus bases militares en los océanos Índico y Pacífico.

Otros medios estadounidenses contribuyen a la alarma, sin admitir que ello da más oxígeno a la propia industria armamentística estadounidense.

Últimamente, EE.UU. está profundizando vínculos con sus socios asiáticos. El Gobierno filipino optó por intensificar su asociación de defensa con Estados Unidos y reiteró que otorgará a su antiguo aliado acceso a cuatro nuevas bases militares.

También el gobierno japonés, a instancias de Washington, ha elevado el tono bélico contra China, pero los habitantes de Okinawa temen que, si se produce un conflicto, el lugar se convertirá fácilmente en un objetivo, por lo cual se ha gestado un fuerte movimiento para que Tokio profundice la diplomacia y el diálogo con Beijing en vez de concentrarse en la disuasión militar, como pretende Washington.

LA CUESTIÖN PRINCIPAL

El martes, el presidente chino, Xi Jinping, mantuvo una conversación telefónica con Biden, en la que señaló que Estados Unidos sigue adoptando un sinfín de medidas para frenar en su país la economía, el comercio, la ciencia y la tecnología, al tiempo que incrementa las sanciones contra las empresas chinas.

Y dos días después, el jueves 11 de marzo, la representante comercial de Estados Unidos, Katherine Yi, en una sesión informativa en Bruselas, admitió la eficacia del sistema económico chino, “que hemos calificado como no basado en el mercado, como el nuestro, que va a tener problemas para competir y sobrevivir".

La funcionaria explicó que una causa clave de la tensión entre Beijing y Washington es el "increíble" crecimiento económico de China en las últimas décadas. "Como resultado de esta increíble historia de desarrollo y crecimiento económico, se están creando crecientes presiones entre los sistemas económicos", afirmó la representante.

"Esto es algo que requerirá intervención", añadió, subrayando la necesidad de que la Unión Europea y EE.UU. trabajen juntos para "asegurar y salvaguardar" sus modelos económicos y sociales.

QOSHE - USA: Tembleque ante el “coco” chino - Arnaldo Musa
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USA: Tembleque ante el “coco” chino

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15.04.2024

Toda esta parafernalia guerrerista norteamericana en la que involucra a sus aliados y sumisos del Pacífico tiene la “virtud” de lograr más ganancias para su industria bélica y acrecentar el temor a la República Popular China, la cual, inmutable, no baja la guardia en momento alguno y se mantiene creciendo económicamente sin depender para esto del belicismo en el que la quieren envolver.

La paranoia ante China está siendo sembrada por todas partes, no solo por la política que el establishment gobernante presiona al presidente Joe Biden para que atenace sus acuerdos militares con Australia, Corea del sur, Japón y Filipinas, sino también por la actitud del candidato presidencial y ex mandatario republicano, Donald Trump, quien ante la migración china que está entrando a Estados Unidos acaba de afirmar que no es extraño que Beijíng este preparando un ejército “para atacar a Estados Unidos desde su interior”.

Asimismo, subrayó que durante su gobierno tuvo la "frontera más segura de la historia". Sin embargo, el presidente Joe Bien deshizo todos sus esfuerzos ejecutivos, tras lo cual "todo el mundo empezó a afluir a nuestro país".

Todo por supuesto forma parte de las consabidas artimañas estadounidenses para horadar la soberanía china, al ejercer sus presiones mediante Taiwán y armar hasta los dientes a Australia, mantener sus ejercicios militares provocativos contra la República Popular Democrática de Corea y estrechar su control sobre Japón y Filipinas, con el fin de profundizar sus discrepancias territoriales con Beijing.

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