A las veinticuatro horas de haber dicho que no se habían producido fallos en el sistema (menores tutelados por el Principado), la consejera de Derechos Sociales y Bienestar Social, Marta del Arco, introduce cambios en el sistema. Es inconcebible que las novedades no estén motivadas por el escándalo de la red de prostitución y abusos sexuales integrada por doce hombres que escogieron como víctimas a cinco menores (entre 13 y 17 años) que viven en centros del Principado. Una vez más hay que distinguir en la clase política entre declaraciones (no falló el sistema) y realidades (urgente reforma del mismo). Se ha tomado la decisión de aumentar el número de cuidadores, de modo que la ratio sea de cinco menores por cuidador, y de instalarse en edificios sin barreras arquitectónicas.

Las medidas son fruto de una reunión de Marta del Arco con el comité de empresa de la consejería. En todos los servicios públicos, como en las empresas privadas, los representantes sindicales proponen mejoras, pero con independencia de los resultados que surjan del diálogo social, los responsables de la Consejería deben tener definida la estructura del servicio y las formas de actuación. Todos repiten que los centros de menores no son una prisión, que la forma de convivencia en ellos es como la de una familia, con libertad para entrar y salir. Siguiendo el símil, cabe recordar que en las familias los menores vuelven a casa todos los días, siendo una anomalía extraordinaria que pasen una temporada sin pisar el hogar y sin notificar dónde se encuentran. Por desgracia, en los centros de menores no es extraño que se produzcan fugas, porque «son cosas de la vida».

La responsabilidad del Principado, como la de cualquier otra institución o persona que tenga a su cuidado menores de edad, es enorme. La función que tienen los centros, proteger y formar a los menores para que puedan ser personas autónomas y responsables, es muy importante y difícil de llevar a cabo. Seguro que hace falta, como le han pedido a la consejera, más recursos humanos y económicos, pero un suceso tan impactante como el de la red de desalmados explotando a las cinco niñas debe servir de revulsivo para romper con la rutina, e incorporar métodos y fijar objetivos más ambiciosos hasta reducir las fugas a episodios excepcionales. Lo que hemos conocido estos días se compadece mal con lo que debe ser la vida de unos menores tutelados por el Principado. Sucesos propios de submundos no pueden ocurrir delante de las barbas de la Administración.

QOSHE - ROMPER CON LA RUTINA - Juan Neira
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ROMPER CON LA RUTINA

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11.05.2024

A las veinticuatro horas de haber dicho que no se habían producido fallos en el sistema (menores tutelados por el Principado), la consejera de Derechos Sociales y Bienestar Social, Marta del Arco, introduce cambios en el sistema. Es inconcebible que las novedades no estén motivadas por el escándalo de la red de prostitución y abusos sexuales integrada por doce hombres que escogieron como víctimas a cinco menores (entre 13 y 17 años) que viven en centros del Principado. Una vez más hay que distinguir en la clase política entre declaraciones (no falló el sistema) y realidades (urgente reforma del mismo). Se ha tomado la........

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