Fue una idea que, en su momento, tuvo una enorme resonancia, cuyos ecos hoy reclaman mayor atención: “democracia deliberativa”. Se basa en un simple principio: para llegar a decisiones justas y favorables al bien común, se requiere el debate razonado entre los ciudadanos.

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¿Cuál es en nuestros tiempos el panorama del debate público?

A primera vista, bastante desolador. En un artículo en Contexto, el exvicepresidente Gustavo Bell Lemus reflexiona sobre el tema al evocar la obra de quien inspirara en buena parte la “democracia deliberativa”: el filósofo Jürgen Habermas. https://contextomedia.com/el-desaliento-de-habermas/

Bell Lemus destaca algunos de los aspectos más conocidos de quien popularizara la noción de la “esfera pública”, sobre todo la necesidad de la “discusión abierta” en la sociedad, con argumentos razonados. Es aquí donde identifica el “desaliento de Habermas”, frente a “la proliferación y abuso de las redes sociales (...) que distorsionan la ‘razón comunicativa’ haciendo prevalecer las pasiones”.

La “discusión razonada” ha sido sepultada por “el insulto, la descalificación y hasta el odio”. Esta es una consecuencia paradójica de la revolución tecnológica, con sus promisorias perspectivas de ampliar el espacio público y alimentar entonces con fuerza las posibilidades de la democracia deliberativa.

Lo que siguió, sin embargo, fue el desencanto. En la era del internet la “democracia deliberativa” tiene más bien resonancias nostálgicas.

El fenómeno es universal. Y ha adquirido connotaciones especialmente preocupantes en el país que tradicionalmente se ha identificado con los orígenes de la democracia moderna, Estados Unidos. Tras examinar el uso de Twitter (hoy X) por parte de Donald J. Trump, el profesor de Texas Tech University Brian L. Ott concluyó con unas observaciones bien pesimistas sobre el futuro. Nos esperarían mayores auges de los discursos “divisorios e incendiarios”, propagados por “las propiedades perniciosas” de los medios sociales en manos de “demagogos más peligrosos”.

Por supuesto que Latinoamérica no está libre del problema. Líderes políticos de todos los colores parecen emular a Trump. Es posible que la situación sea más aguda en la región. En 2016, un estudio de Silvio Waisbord y Adriana Amado observó que los presidentes latinoamericanos se encontraban entre los más prolíficos usuarios de Twitter –el español sería el idioma más utilizado en este medio entre los líderes del mundo–.

Se dirá que los líderes no tienen opción distinta de adaptarse a las circunstancias. Las tendencias regionales son claras. Según el reporte anual del Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo en Oxford, en 2023 la principal fuente de noticias en países como Argentina, Brasil, Chile y Colombia se encontraba en las redes sociales (entre el 57 y el 66 por ciento).

El problema, además, no se restringe al uso que los líderes políticos les den a los medios sociales. Se esperaría de ellos mayor responsabilidad. Pero el déficit en la calidad del debate público se origina en el mismo cuerpo social, al preferir medios de discusión que dificultan, o hacen imposible, la elaboración de argumentos razonados.
Tampoco se trata de un problema novedoso en la historia.

“Existe una dificultad inherente en el uso del método de la razón para lidiar con un mundo irracional”, escribió Walter Lippmann en su clásico libro sobre la opinión pública en 1922. Abandonar la fe en el argumento razonado para resolver los conflictos sociales sería aceptar la claudicación de la democracia.

“El desaliento de Habermas” es de cierta forma una invitación para regresar a su defensa de la democracia deliberativa.

QOSHE - ¿Sin debate público? - Eduardo Posada Carbó
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¿Sin debate público?

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10.05.2024

Fue una idea que, en su momento, tuvo una enorme resonancia, cuyos ecos hoy reclaman mayor atención: “democracia deliberativa”. Se basa en un simple principio: para llegar a decisiones justas y favorables al bien común, se requiere el debate razonado entre los ciudadanos.

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¿Cuál es en nuestros tiempos el panorama del debate público?

A primera vista, bastante desolador. En un artículo en Contexto, el exvicepresidente Gustavo Bell Lemus reflexiona sobre el tema al evocar la obra de quien inspirara en buena parte la “democracia deliberativa”: el filósofo Jürgen Habermas. https://contextomedia.com/el-desaliento-de-habermas/

Bell Lemus destaca algunos de los aspectos más conocidos de quien popularizara la noción de la “esfera pública”, sobre todo la necesidad de la “discusión abierta” en la sociedad, con argumentos razonados. Es aquí donde........

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