Este año la plazoleta de la sede de la Fundación Corazón Contento se volvió de nuevo una sala cinematográfica, gracias a “cine en los barrios”, un evento que nos regaló la creatividad del finado García Usta. Así que llegaron los técnicos al barrio, como una troupe de gitanos y armaron todo el aparato para proyectar una serie de cortos animados que llevaron felicidad de los niños de la fundación y a sus invitados.

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Confieso que es mi evento preferido. Ver las caritas felices de más de 400 niños paga cualquier esfuerzo, cualquier milagro que hay que lograr para hacer un festival que crece todos los años, frente a un presupuesto estancado. Por esto pienso que el alma, el espíritu del viejo Víctor Nieto está ayudando a los nuevos directores para que tengan la fuerza y la eficiencia para hacer el Ficci.

A propósito de la indiferencia de los cartageneros, quiero recordar que en una ocasión el día antes de la inauguración nos cerraron las puertas del centro de convenciones en la pura cara. La directora, una cartagenera de la casta, exigía el pago de una deuda anterior para abrir las puertas. Le propuse a Víctor suspender el festival, pero el viejo, que era un hacha para resolver, se inventó, de acuerdo con su amigo el banquero, y nos puso a firmar sendos pagarés a algunos miembros de la junta y de allí salió la plata para pagar la deuda y poder abrir las puertas del centro.

Tuve una participación activa en el Ficci, primero como amigo de Víctor júnior, después miembro de la junta, vicepresidente y finalmente presidente por algunos años. Y cuando ya pensé que mi vinculación se había terminado, mi hijo Alessandro, jefe de curadores, ha sido nombrado en la dirección general. Todo siempre sin el presupuesto necesario para el festival más antiguo de América, que no se convierta en el más pobre del mundo.

Lina, la gerente más joven del mundo, manejó con extrema diplomacia su relación con las grandes programadoras, pero a ella también le tocó lidiar con la falta de presupuesto endémica, además del problema de los Premios India Catalina que fueron, según se dice, saboteados por algunos grandes porque no habían vuelto a ganar desde cuando se instauró la votación pública. Aunque nos hizo falta la participación de grandes programadores, su ausencia sirvió para mejorar la calidad de los productos de los canales regionales. Pero los esfuerzos, más por nobles causas, siempre tendrán un final feliz y ese es el mejor premio.

QOSHE - Poder llevar felicidad - Salvo Basile
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Poder llevar felicidad

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10.05.2024

Este año la plazoleta de la sede de la Fundación Corazón Contento se volvió de nuevo una sala cinematográfica, gracias a “cine en los barrios”, un evento que nos regaló la creatividad del finado García Usta. Así que llegaron los técnicos al barrio, como una troupe de gitanos y armaron todo el aparato para proyectar una serie de cortos animados que llevaron felicidad de los niños de la fundación y a sus invitados.

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Confieso que es mi evento preferido. Ver las caritas felices de más de 400 niños paga cualquier esfuerzo, cualquier milagro que hay........

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