En el año 1954 la abundante pesca en el caño Juan de Angola permitía que con 20 centavos que se compraban de pescado a Cachita se alimentara toda una familia de diez integrantes. Ese es el testimonio de los primeros habitantes del barrio Santa María de Cartagena, a orillas de este cuerpo de agua que unía a la laguna de El Cabrero y la ciénaga de La Virgen. A su alrededor había grandes árboles de guamacho, trupi y guacamayo, siendo la tierra fértil y productiva con una fauna compuesta de conejos, iguanas y torcazas, de aguas cristalinas donde se criaban mojarras, lebranches, barbudos y sábalos.

Negativamente el proceso urbanizador de la ciudad hizo que familias enteras se ubicaran con sus ranchos en el curso de este canal, hasta que llegó el momento en el que, en algunos sectores, el ancho del caño llegó a tener menos de dos metros, situación que se empeoró con las aguas servidas producidas por los mismos invasores y las tuberías de alcantarillado de varios barrios que contaminaron sus aguas. El estallido de una bomba en los túneles que pasaban por debajo de la pista del aeropuerto Rafael Núñez para intercambio de corrientes con la ciénaga de La Virgen fue el detonante que casi mata el cauce natural de las aguas.

Toda esa situación llevó a que en la década de los años ochenta se iniciara la rehabilitación de los cuerpos de agua con la creación de la Empresa de Desarrollo Urbano, Edurbe, que hizo la reubicación de las familias asentadas a sus orillas de los barrios 7 de Agosto, Santa María y Canapote, luego se realizó el dragado y la siembra de mangle. Desafortunadamente el problema de la falta de continuidad en las programas de la administración en Cartagena causó que no se controlara técnicamente por más de 30 años el crecimiento del mangle, por lo que este se expandió tanto que prácticamente se tomó el cauce del canal, impidiendo el fluido normal de las corrientes y la reproducción de los peces.

Hoy celebramos que el alcalde Dumek Turbay, por medio de la empresa Edurbe, esté al frente de un nuevo proceso de recuperación ambiental del caño Juan de Angola, donde la poda del mangle, a pesar del descontento de algunas entidades y personas, ha causado el cambio del estado de las aguas y el revivir de los peces que se muestran alegres, saltando en la superficie mientras las garzas, solas o en bandadas atisban para engullirlos. El saneamiento de los cuerpos de agua de la ciudad es una tarea muy importante de la administración, pero requiere de la participación consciente y activa de la comunidad que debe cumplir con no arrojar basuras a las aguas.

*P.U. Comunicación Social Periodismo.

Especialista en Formación de Formadores.