Es muy doloroso cuando una persona amiga nos deja físicamente. La partida casi siempre nos lleva a recuerdos, a recapitular algún pasaje vivido que aún se tiene en la memoria y que pueda perdurar en el tiempo. Sabemos que no es sencillo reconstruir ese pasado. Martha Paredes era una historiadora muy especial, pues aparte de las cualidades técnicas adquiridas en la carrera de Historia de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), donde estudió, tenía un don especial de hacer amistades y también de brindar enseñanzas en el quehacer histórico. Recuerdo que, a finales de los años 80, era estudiante de la carrera de Sociología en la UMSA y me acerqué al Archivo de La Paz (ALP), dependiente de la UMSA y administrado por la carrera de Historia, para investigar sobre el movimiento indígena y campesino del país, y particularmente de la región andina. En la planta baja de la Casa Montes se albergaba, y aún lo es, una frondosa documentación recuperada en varios momentos por connotados historiadores y puesta públicamente para el acceso de los interesados en la investigación.

En este espacio maravilloso, lleno de documentos y libros, conocí a muchas personas que con el transcurrir del tiempo se hicieron amigos y colegas. Martha fue una de estas personas. Ella trabajaba en este espacio y yo que no tenía práctica sobre cómo entender los documentos, simplemente solicitaba legajos sobre los primeros años del siglo XX. Tocó explicar mi interés específico sobre el movimiento de los caciques apoderados, por ejemplo, a la cabeza de Santos Marka T’ula, Francisco Tangara, Rufino Willka y muchos otros. Esta precisión permitió acceder a los documentos ordenados por años y no por temas. Razón que a Martha le tocó buscar y cargar con documentos envueltos en papel madera, y a mí, a buscar como aguja en un pajar sobre el movimiento indicado. Mi constancia de visitar todas las tardes el ALP nos permitió conocernos y hacernos amigos. Al final de las tardes, cuando se acababa la jornada, nos poníamos a hablar de temas del pasado, incluido lo familiar.

Recuerdo las largas conversaciones sobre el pasado de los Paredes, es decir, Rigoberto Paredes, Antonio Paredes e incluso José Luis (Pepelucho) Paredes, escritores y políticos, quienes eran sus parientes cercanos. Hablar sobre el pasado de los Paredes era fascinante. Provenían de los caciques locales de la marka Carabuco, que en algún momento del tiempo apellidaban Siñani. La pregunta obvia fue: ¿Por qué se cambiaron de apellido, es de decir de Siñani a Paredes? Me sugirió leer el libro de Rigoberto Paredes Los Siñani. Pero también me contaba alguna actividad de su tía Alfonsina Paredes, gran investigadora y escritora. Ella escribió El indio Laureano Machaca, única publicación conocida sobre la experiencia rebelde del aymara Laureano Machaca en una región de la provincia Camacho, en el departamento de La Paz. A Martha también le interesaban otros temas y los libros, no solo de historia sino de las ciencias sociales y humanísticas, y no escatimaba para adquirirlos.

Después de varios años nos reencontramos en la Cancillería, dirigía el archivo central del ministerio. Estaba muy abocada a conocer y administrar la memoria internacional del país. Recuerdo que en una visita me enseñó la ingente cantidad de documentos sobre las relaciones internacionales del país, entreverados con actividades de los diplomáticos y escritores nacionales e internacionales. Después de 2006, le enviaron a desempeñar funciones diplomáticas en Roma, Italia. Nos escribíamos virtualmente, estaba muy motivada y muy emocionada por el nuevo espacio laboral y por aportar al país.

Después de cumplir la misión diplomática y retornar al país, en algunas comunicaciones me comentó de su jubilación. Quedamos en vernos tan pronto pase la pandemia del COVID-19. Lástima que nuestras largas conversaciones ya no será posible continuarlas. Martha, gracias por todas las atenciones tan generosas en mi etapa de aprendizaje in situ y por compartir temas del pasado y el presente. Hasta pronto. Ma suma kullakawa wiñay markaru sarawayxi. Martha sutininwa. Jupan achachilanapaxa Karawuku markataynawa. Jallalla!!!!

Esteban Ticona Alejo es aymara boliviano, sociólogo y antropólogo.

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Martha Paredes, gracias por las enseñanzas

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28.04.2024

Es muy doloroso cuando una persona amiga nos deja físicamente. La partida casi siempre nos lleva a recuerdos, a recapitular algún pasaje vivido que aún se tiene en la memoria y que pueda perdurar en el tiempo. Sabemos que no es sencillo reconstruir ese pasado. Martha Paredes era una historiadora muy especial, pues aparte de las cualidades técnicas adquiridas en la carrera de Historia de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), donde estudió, tenía un don especial de hacer amistades y también de brindar enseñanzas en el quehacer histórico. Recuerdo que, a finales de los años 80, era estudiante de la carrera de Sociología en la UMSA y me acerqué al Archivo de La Paz (ALP), dependiente de la UMSA y administrado por la carrera de Historia, para investigar sobre el movimiento indígena y campesino del país, y particularmente de la región andina. En la planta baja de la Casa Montes se albergaba, y aún lo es, una frondosa documentación recuperada en varios momentos por connotados historiadores y puesta públicamente para el acceso de los interesados en la........

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