Hubo un tiempo en que la gente hacía su vida. Unos se drogaban, otros morían sanos, aquel le daba al saxo, ellas bailaban solas. Las decisiones eran personales y estaba mal visto ir por la vida dando lecciones a los demás.

Aquella laxitud, propia de gente humilde, se va esfumando.

–¡Es usted un entrometido!

–¡Defensor del progreso, la moral y los hábitos correctos!

Una clínica estética ha colgado una lona en Madrid en que anima a las viandantes a rehacer no su vida sino sus pectorales, bajo el lema: “Otro........

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