La guerra de Ucrania es un laboratorio donde las grandes potencias se tientan antes de abordar un hipotético conflicto a gran escala. El este del granero europeo es el banco de pruebas de las nuevas armas, sobre todo drones y misiles, para calibrar su letalidad con fuego real. El resultado militar medirá si la tensión bélica aumenta o se apacigua a la espera de una nueva ocasión para abordar la definición de un nuevo orden mundial.

Ucrania es mucho más que un conflicto regional porque ha hecho aflorar la correlación de alianzas que definirán el futuro de este siglo. Al tiempo que el frente de combate se estabilizaba, los apoyos a los contendientes se han descarado. Del lado ucraniano, Estados Unidos al frente de una coalición donde milita Europa y bajo el paraguas de la OTAN. Con Rusia se alinean China, Irán y Corea del Norte, proveedores de armas y salvavidas de Putin para esquivar las sanciones internacionales. La alianza de las cuatro dictaduras ha encendido las alarmas en el Pacífico, donde la aspiración hegemónica de Pekín aterroriza a sus vecinos. La respuesta es el renovado acuerdo militar entre Estados Unidos y Japón, al que se añadirá Corea del Sur y que completa el Aukus, el acrónimo formado por el pacto de mutua defensa entre Australia y el Reino Unido, además de Estados Unidos.

Con esta división de fuerzas e intereses, el futuro de Ucrania no se decidirá solo en el campo de batalla. Los 57.000 millones de euros de ayuda militar que el Congreso norteamericano ha entregado al Gobierno ucraniano le permitirán recuperar la iniciativa de una guerra que tenía casi perdida. Pero también son millones que tienen como objetivo desgastar los arsenales de los autócratas prorrusos y advertirles que la democracia no se arrodillará sin plantarles cara. La esperanza es que el crédito de Putin se pierda entre los miles de soldados rusos que ha condenado a muerte, que la economía china no levante cabeza y que los ayatolás de Irán sigan enzarzados en una guerra de salón con Israel y sus adversarios en la región.

El gran juego está a punto y los bandos definidos. En Ucrania se esconde la respuesta sobre si es el momento de lanzar los dados.

QOSHE - Ucrania, vértice del juego del siglo - Ramon Rovira
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Ucrania, vértice del juego del siglo

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28.04.2024

La guerra de Ucrania es un laboratorio donde las grandes potencias se tientan antes de abordar un hipotético conflicto a gran escala. El este del granero europeo es el banco de pruebas de las nuevas armas, sobre todo drones y misiles, para calibrar su letalidad con fuego real. El resultado militar medirá si la tensión bélica aumenta o se apacigua a la espera de una nueva ocasión para abordar la definición de un nuevo orden mundial.

Ucrania es mucho más que un conflicto regional porque ha hecho aflorar la correlación de alianzas que........

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