Cada día aumentan los desaciertos de la política de la Casa Blanca liderada por el presidente de los Estados Unidos Joe Biden. Lamentablemente un gran número de las promesas de su primera campaña ante de asumir su mandato han quedado incumplidas, o pendientes de solución.

El pueblo estadounidense está hastiado de conflictos bélicos mundiales que afectan la tranquilidad de miles de familias de esa nación que ven involucrados a sus hijos en guerras muy alejadas de sus fronteras y cuales siembran odio y actitudes de repulsa hacia Washington.

Uno de los casos actuales más notorios es sin dudas la complicidad de EE.UU. en el genocidio contra la población palestina de la Franja de Gaza. Con armas y medios de destrucción masiva, ( una buena cantidad procedente de USA) insisten en el apoyo a Benjamín Netanyahu y ello ha cobrado hasta el momento, la vida a más de 34 mil personas, seres humanos inocentes que cohabitan esa zona invadida por la sed de colonialismo inadmisible en el siglo XXI que practica Tel Aviv.

La actitud del dignatario norteamericano ha generado en el mundo una mayoritaria condena a su administración por su incondicionalidad a los designios impuestos por Netanyahu en la región del Oriente Medio.

Biden con el Congreso de EE.UU han obviado las protestas y manifestaciones de sus ciudadanos ( lo cual incluye la de compatriotas de diversas universidades) que reclaman el cese de la ocupación y los asesinatos por parte del ejército israelí en Gaza. Y contrariamente al sentir de su pueblo que también demanda paz, continúa pertrechando de armamentos a Israel a sabiendas que serán utilizadas contra población indefensa y vecinos de la región, particularmente serán empleadas para instrumentar estrategias expansionistas y violentas como la que ejecutan contra Palestina, desde hace alrededor de 70 años.

Además del aumento del rechazo internacional a la infamia que representa la destrucción y muerte generada en el enclave palestino, también se constata un incremento de condena a esa vileza por parte de los ciudadanos norteamericanos ( con excepción del lobbies que representa el extremismo judio y sus aliados que favorecen el sionismo), que no están dispuestos a seguir manipulados por élites que utilizan sus contribuciones para financiar la carrera armamentista. Las agresiones generalmente potencian respuestas en cadenas las cuales, (por irresponsabilidad y sed de ambiciones de poder), pueden salpicar a coterráneos estadounidenses en cualquier latitud del planeta, por lo que mayoritariamente los ciudadanos de Norteamérica no están dispuestos a secundar esas barbaries.

La compleja situación creada en África y Oriente Medio con la actitud beligerante de la Casa Blanca es muy grave, pero no es la única, sobre Europa se ciernen también inminentes peligros con el desenfrenado accionar de amenazas por parte de la Organización del Atlántico Norte alrededor de Rusia la cual está siendo cercada por sus fronteras con desplazamiento de armas y efectivos militares que pueden desencadenar conflictos muy serios de consecuencias catastróficas para los pueblos europeos y también para la humanidad en su conjunto.

Hay que poner freno a la guerra entre Rusia y Ucrania, buscar diálogo constructivo para las partes en beneficio de millones de personas que cohabitan la zona y precisan de distensión y relaciones armónicas, más aún poblaciones con larga data de historia compartida.

Lo mismo ocurre en Asia-Pacífico donde existe un fomento de las tensiones estimuladas también por Washington con relación al caso China-Taiwan, asunto que precisa del respeto a la autodeterminación de los Estados proclamado por las Naciones Unidas y reclamado por el gigante asiático como asunto interno en el cual no tiene jurisdicción el gobierno de Biden. Igualmente acontece con la imposición de obstáculos para la apropiada convivencia entre las dos Coreas, con una ilimitada presencia y accionar beligerante de EE.UU. en esa región, a pesar que también sus ciudadanos demandan la paz.

Y en cuanto América Latina y el Caribe, la postura de la administración norteamericana es la de continuar considerándolo su traspatio, garrafal error en las relaciones armónicas internacionales entre países soberanos e independientes. La agresividad de la Casa Blanca con su representante beligerante, el Comado Sur, debe cesar, y debe imponerse una voluntad política real de buena convivencia con los vecinos del continente.

Los asedios inhumanos, bloqueos y sanciones contra naciones, como por ejemplo; Cuba y Venezuela, ( con sistemas políticos y socio-económicos diferentes ) son muy inapropiados e irracionales, no contribuyen en lo más mínimo a la distensión y concordia en una zona proclive a defender la paz de sus pueblos y promover el desarrollo sostenible y para alcanzarlo estimulan la colaboración recíproca y complementaria, propósito elemental de la CELAC expuesto en sus cumbres y forums de concertación.

De seguro, el mundo y por ende la superviencia del planeta estaría mejor garantizada, si potencias como EE.UU, Europa, y otras en despegue apostasen más presupuestos e inversiones orientadas al fomento de la paz y el avance socio-económico de manera integral, y menos, o solo un mínimo de sus recursos financieros, a la misión defensiva de sus naciones, y no a echar más leña a otros fuegos en erupción.

¡ Qué bella y próspera sería la Tierra con solo ofrecerle la luz de esperanza de paz que requieren sus millones de habitantes!

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La Tierra en su conjunto sería más bella y próspera con luz de esperanza de paz para sus habitantes

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29.04.2024

Cada día aumentan los desaciertos de la política de la Casa Blanca liderada por el presidente de los Estados Unidos Joe Biden. Lamentablemente un gran número de las promesas de su primera campaña ante de asumir su mandato han quedado incumplidas, o pendientes de solución.

El pueblo estadounidense está hastiado de conflictos bélicos mundiales que afectan la tranquilidad de miles de familias de esa nación que ven involucrados a sus hijos en guerras muy alejadas de sus fronteras y cuales siembran odio y actitudes de repulsa hacia Washington.

Uno de los casos actuales más notorios es sin dudas la complicidad de EE.UU. en el genocidio contra la población palestina de la Franja de Gaza. Con armas y medios de destrucción masiva, ( una buena cantidad procedente de USA) insisten en el apoyo a Benjamín Netanyahu y ello ha cobrado hasta el momento, la vida a más de 34 mil personas, seres humanos inocentes que cohabitan esa zona invadida por la sed de colonialismo inadmisible en el siglo XXI que practica Tel Aviv.

La actitud del dignatario norteamericano ha generado en el mundo una mayoritaria condena a su administración por su incondicionalidad a los designios impuestos por Netanyahu en la región del Oriente Medio.

Biden con el Congreso de EE.UU han obviado las protestas y manifestaciones de sus ciudadanos ( lo cual incluye la de compatriotas de diversas universidades) que reclaman el cese de la........

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