Quizás uno de los sentimientos que brotó del alma del pueblo después de escuchar la noticia del fiscal general Tarek William Saab sobre la detención del gánster Tareck El Aissami y los malandros Samark López y Simón Zerpa, es el dolor por la traición. Estos delincuentes siempre vestidos de marcas costosísimas se daban vida de ricos con prostitutas y lujosas camionetotas mientras el pueblo padecía las calamidades de 930 medidas coercitivas unilaterales. Hasta decían: “Leales siempre, traidores nunca”. Da tristeza que hayan hecho de la Ley Antibloqueo una plataforma para saciar su sed insaciable de riqueza. Poco se ha hablado de las declaraciones del exrector Antonio París sobre el desfalco y nepotismo de la anterior administración de la UCV.

El cimiento principal de la revolución bolivariana es la ética. Librar una batalla contra la corrosión, es decir, contra la corrupción, tal y como la define la cantautora Leonor Fuguet, es la más dura batalla que contra este flagelo se ha llevado desde las luchas independentistas. El 30 de abril de 1827, Simón Bolívar , escribe a su amigo el general británico Sir Robert Wilson desde Caracas, Colombia, “las malas leyes y una administración deshonesta han quebrado la república; ella estaba arruinada por la guerra: la corrupción ha venido después a envenenarle hasta la sangre, y a quitarnos hasta la esperanza de mejora”.

El 29 de febrero de 1828, el Libertador escribe desde Bogotá, “la corrupción de los pueblos nace de la indulgencia de los tribunales y de la impunidad de los delitos. Mirad que sin fuerza no hay virtud; y sin virtud perece la república”. En 1842, en su libro Sociedades americanas en 1828, Simón Rodríguez (1769-1854) nos sentencia esta máxima: “La enfermedad del siglo es una sed insaciable de riqueza”. Quien es corrupto es indolente, es decir, no es revolucionario.

Entre 1819 y 1830, nuestro país nacido en Angostura, es decir, Colombia, era el germen de la prosperidad, del vivir bien, de la abolición de la esclavitud, de las riquezas naturales, de las toparquías (estado comunal). Los enemigos de nuestra Patria eran muchos: EEUU y los corruptos internos. En diciembre de 1826, el Libertador escribe al General Rafael Urdaneta: “Parece que quieren saquear la República para abandonarla después. No hay más que bandoleros en ella. ¡Esto es un horror! Entiendo y aún veo que los pérfidos o más bien los viles que han manejado los créditos contra el gobierno de esta provincia han robado a la Patria cruelmente”. Esta vez, los espera un traje anaranjado.

QOSHE - El gánster mayor cayó - Alí Rojas Olaya
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

El gánster mayor cayó

13 6
11.04.2024

Quizás uno de los sentimientos que brotó del alma del pueblo después de escuchar la noticia del fiscal general Tarek William Saab sobre la detención del gánster Tareck El Aissami y los malandros Samark López y Simón Zerpa, es el dolor por la traición. Estos delincuentes siempre vestidos de marcas costosísimas se daban vida de ricos con prostitutas y lujosas camionetotas mientras el pueblo padecía las calamidades de 930 medidas coercitivas unilaterales. Hasta decían: “Leales siempre, traidores nunca”. Da tristeza que hayan hecho de la Ley Antibloqueo una plataforma para saciar su sed insaciable de riqueza. Poco se ha hablado de........

© Últimas Noticias


Get it on Google Play