La bichota fue un verdadero aluvión, colapsó media Caracas y reunió a más de 80 mil personas en dos fechas en el estadio Monumental. Ella es una muy representativa síntesis de la agresiva apuesta que hace la industria musical en la actualidad.

Los más entusiastas vinculan su música con el manoseado concepto del empoderamiento femenino, un ritmo contagioso y una gran capacidad para conectar con un público amplio.

Tan amplio es ese público que a través de las redes pudimos observar a figuras reconocidas con sus niñas menores de 12 años, disfrutando ese “espectáculo”.

El mañana no parece bonito, a pesar de las luces, la magia, una maquinaria de producción alucinante, los hermanos Primera como guinda de la torta. Nadie, habla de sus letras, de sus mensajes directos, de las groserías que dice con tanta soltura como si fuera poesía, ella es una especie de versión femenina de Bad Bunny, pero con un poco más de talento.

Es lógico que no es un espectáculo para niños, pero al parecer nadie lo tiene claro. Sus canciones hacen referencias directas al polvo, habla de las hijo e p*tas ganas que tiene, del fumeteo, de lo amiga que es del alcohol, de los videos que hizo en el baño, de cómo pasó por el barrio a buscar hierba, y si eso no es incitación masiva al consumo de drogas, tendríamos que apelar a la creatividad para ponerle otro nombre.

Surge ante la vista de todos, una mil millonaria inversión trasnacional orientada a imponer en la mente de nuestros jóvenes, la imagen de una figura “exitosa”, vulgar, presa de los conflictos pasionales, dispuesta a resolverlos a través del alcohol y de las drogas, con un explícito contenido sexual, de temas que no por ser tabúes, sólo incumben a los adultos.

Nos queda claro el estereotipo de mujer que desea imponer la industria musical y lo exitoso que ha sido su marketing, normalizando lo soez y vinculando a las damas con sustancias adictivas.

Lo apreciable de esta experiencia no tendría sentido si lo observamos como una crítica a una cantante de reguetón, no se trata sólo de “La Bichota”.

Lo significativo es lo que está detrás de ella, un sistema coherente que tiene como objetivo específico inocular una forma de ver la vida, a través de la diversión sin fondo, sin reglas, que se dirige con premeditación y saña a atacar a nuestros jóvenes en su momento más vulnerable, la adolescencia.

Si esto ya representa una alerta, los padres ya no deberían volver a cerrar los ojos, porque ese Leitmotiv que sirve de inspiración para la “música urbana”, el “trap”, el “reguetón” y sus derivaciones, tiene rato formando parte del experimento de imposición a través de la industria del cine, y ya no se conforman con invadir el mundo de los jóvenes, ahora vienen por nuestros niños.

QOSHE - Más allá de “La bichota” - Harim Rodríguez
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Más allá de “La bichota”

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27.03.2024

La bichota fue un verdadero aluvión, colapsó media Caracas y reunió a más de 80 mil personas en dos fechas en el estadio Monumental. Ella es una muy representativa síntesis de la agresiva apuesta que hace la industria musical en la actualidad.

Los más entusiastas vinculan su música con el manoseado concepto del empoderamiento femenino, un ritmo contagioso y una gran capacidad para conectar con un público amplio.

Tan amplio es ese público que a través de las redes pudimos observar a figuras reconocidas con sus niñas menores de 12 años, disfrutando ese “espectáculo”.

El mañana no parece bonito, a pesar de las luces, la magia, una maquinaria de producción alucinante, los........

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