Ocurrió hace veinte años y algunos no han aprendido nada desde entonces. Siguen paralizados en aquel 11-M fatídico y en la pesadilla que le siguió, en la batalla por sacar votos entre los hierros retorcidos de los trenes de Atocha. No es para estar orgullosos de ello, pero lo están. Siguen pegados al mismo discurso de entonces como si hoy fuera a reeditarse la misma cita electoral de aquel 14-M de triste memoria. Siguen justificando aquella campaña de pescadores de río revuelto en el hecho, invocado hasta la saciedad, de que Aznar no dijo "todo de lo poco que sabía y que se podía saber" en aquellas horas caóticas. De acuerdo. Si el pecado de Aznar fue que nos mintió, en efecto, y si está obligado a pedir perdón por ello, ¿qué tendría que hacer un personaje como Sánchez, que miente cada cinco minutos sobre una gestión fraudulenta en el trágico escenario de la pandemia?

Sin duda, Aznar ha tenido tiempo de mostrar un mínimo gesto de humildad en referencia a aquella guerra, y a los falsos argumentos que se esgrimieron para justificarla, o reconocer el error de no haber aplazado unos comicios, que -ciertamente pensó- le iban a ser favorables. Podría admitir que no fue una buena idea esa ostentosa foto de las Azores para un conflicto bélico en el que -según él mismo sostiene- no participamos. Pero, curiosamente, no se ha defendido bien del mayor reproche que le ha lanzado Sánchez. En un comunicado de FAES, se niega que Aznar tuviera en sus manos durante aquellas jornadas "ningún documento oficial que afirmara la responsabilidad yihadista". Y es que ni lo tuvo él en sus manos entonces ni lo ha tenido nadie después. A día de hoy seguimos sin saber si era yihadista o jansenista el cerebro de aquella masacre perpetrada por marroquíes.

"¡Pásalo!", "¡Queremos saber!"… Uno no se olvida de esos lemas que circularon durante aquellos días traumáticos. Los que querían saber en unas horas lo que no podía saberse, dejaron de querer saber nada en cuanto ganaron aquellas bochornosas elecciones. Tanto dejaron de querer saber que han pasado veinte años sin que realmente sepamos nada del mayor atentado de la historia de este país. No sabemos nada, pero hay quien sigue usando el folio en blanco de esa ignorancia para llenarlo con las siglas de un falso culpable: el PP.

Sí. El 11-M ha sido una de las cortinas de humo con las que Sánchez ha intentado hacernos olvidar el cerco al que le ha llevado el escándalo de las mascarillas con sus infinitos tentáculos (Koldo, Ábalos, Illa, Armengol…) y todo lo que ha venido después, incluido ese conflicto de intereses que había en su voto al rescate millonario de una aerolínea que, aún en la ruina, financiaba la pintoresca cátedra de su intitulada mujer. Sánchez ya no está pensando en ganar la Guerra Civil que perdió Largo Caballero en 1939 sino en repetir las elecciones de 2004 que ganó Zapatero. Para ese desesperado objetivo, ha tenido el mal gusto de revivir unas jornadas lúgubres que nos dividieron de un modo que parecía impensable desde la Transición.

Creo que la respuesta a ese siniestro revival, es preguntarle a Sánchez cómo pudo su partido mercadear fraudulentamente con material sanitario en los días en que morían cientos de españoles. Con 192 muertos en los trenes de Atocha, aquel PSOE quería saber. Con más de 120.000 muertos en los hospitales del COVID, también nosotros hoy queremos saber.

QOSHE - El 11-M y los que querían saber - Beatriz Madrueño Hernández
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

El 11-M y los que querían saber

6 0
17.03.2024

Ocurrió hace veinte años y algunos no han aprendido nada desde entonces. Siguen paralizados en aquel 11-M fatídico y en la pesadilla que le siguió, en la batalla por sacar votos entre los hierros retorcidos de los trenes de Atocha. No es para estar orgullosos de ello, pero lo están. Siguen pegados al mismo discurso de entonces como si hoy fuera a reeditarse la misma cita electoral de aquel 14-M de triste memoria. Siguen justificando aquella campaña de pescadores de río revuelto en el hecho, invocado hasta la saciedad, de que Aznar no dijo "todo de lo poco que sabía y que se podía saber" en aquellas horas caóticas. De acuerdo. Si el pecado de Aznar fue que nos mintió, en efecto, y si está obligado a pedir perdón por ello, ¿qué tendría que hacer un personaje como Sánchez, que miente cada cinco minutos sobre una........

© 20 minutos


Get it on Google Play