Tu cara me suena regresa con un homenaje a Carmen Sevilla, María Jiménez y Concha Velasco, imitadas por Merche, Falete y Roko, respectivamente. La emoción ya está servida nada más empezar el show. Y, al entonar "Mamá, quiero ser artista", las pantallas del plató se abren y, entonces, aparece el elenco de concursantes de la edición número 12 del concurso. Un casting que va de la disparidad de Bustamante a Conchita, de Supremme De Luxe a Juanra Bonet, de Raquel Sánchez Silva a Raoul Vázquez. Y todos, todos, rematan el himno de Concha Velasco. Porque todos, todos, tienen eso en común: quisieron ser artistas. Lo consiguieron.
Tu cara me suena se hace mayor con su temporada 12. Sin embargo, su atracción se mantiene despierta, a pesar de su veteranía en la parrilla de Antena 3. El motivo: el programa cuenta se cimienta en una artesanía particular que no logra ningún otro talent show español. La clave está en que mientras otros concursos musicales calcan fórmulas de conflicto anglosajón (historia personal y juicio de valor, historia personal y juicio de valor... así todo el rato), Tu cara me suena se agarra a la esencia de la televisión mediterránea con la que crecimos, en donde la magia surge cuidando la fantasía teatral que nos evade de la rutina soñando y, a la vez, mimando las vivencias terrenales que nos permiten sentirnos reconocidos. Como hacía Raffaella Carrà, como hacía Miguel Gila.
De ahí que Tu cara me suena mantenga las liturgias de las luces de colores y las sintonías sin prisas de la televisión de siempre. No sólo de pantallas de leds y veredictos del jurado vive el espectáculo televisivo. Tu cara me suena no son canciones pegadas y apuesta por un arco narrativo definido. De hecho, la energía del relato se hace más especial con el ascensor que transforma artistas en iconos, con el atrezo que potencia la imaginación, con el punto de travesura infantil constante que nos devuelve a la ingenuidad de épocas más despreocupadas... Y entre detalle y detalle, el formato provoca un festivo intercambio de conocimiento generacional en el que los más mayores recuerdan canciones de su vida, los más jóvenes las descubren y viceversa. Todo gracias al juego de encontrar el parecido razonable (o no) a las imitaciones.
En este retorno que se estrena esta noche en Antena 3 y que ya desde hace unos días se puede ver en la versión de pago del Atresplayer, Tu cara me suena demuestra que sigue sabiendo evolucionar a tono con los años. Del punto nostálgico de sus primeras ediciones se ha pasado a captar rápido los éxitos de hoy, entendiendo desprejuiciadamente que hay que estar a la última. E intentar entender lo nuevo, sin las hostilidades de la tele que se resiste a asimilar los cambios. De esta forma, en esta gala de regreso, Raoul se lanza a Rush de Troye Sivan, Conchita se hace un Taylor Swift con Blank Space o, bueno, Raquel Sánchez Silva calcando Zorra. A diferencia de otros lares, el repertorio no se reprime en la obligación de tirar de canciones que supuestamente reconozca la audiencia que se presupone está en Antena 3. Al contrario, el programa entiende que la tele es descubrir y así el show llega a más espectadores, pues es más representativo, integrador e incluso más inesperado. Se aprende al mismo tiempo que se disfruta de la distensión del juego.
Porque la otra clave de Tu cara me suena es como maneja la diversión, equilibrando con destreza humor, emoción, calidad vocal, confianza y costumbrismo español. En esta noche de estreno hay para la mayoría de gustos. Hasta irrumpe el cotilleo con la aparición de Bárbara Rey, la de verdad, en el instante exacto para desengrasar el guion, competir con De Viernes en Telecinco y, de paso, asistir a la imitación de su Libro de amor, perpetrada por Juanra Bonet. Y, claro, el formato deja fluir las ironías y las dobles intenciones con un Manel Fuentes que sabe lo que necesita el espectador en cada momento para que nadie se pierda. Siempre entendiendo que la fórmula jamás se sustenta en el trazo grueso del veredicto forzado, intenso y malhumorado de un jurado, la alegría del arte es el motor que propulsa el programa. Lo que fomenta la generosidad de los participantes, ya que favorece un ambiente de comodidad gracias a la ausencia de la obsesión por el morbo. Así, paradójicamente, Tu cara me suena consigue jugosas declaraciones de los famosos, titulares que jamás darían en un interrogatorio de un programa del corazón.
En una televisión tan prefabricada e irritante, ese buen rollo de Tu cara me suena se contagia en casa. Sólo están haciendo una fiesta de canciones y recuerdos, pero nos hacen partícipe de ella. Más todavía cuando Lolita empieza a desvelar intimidades que ha vivido en primera persona. Porque qué no ha vivido Lolita Flores.
'Tu cara me suena 12': por qué no se parece a ningún otro talent show
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12.04.2024
Tu cara me suena regresa con un homenaje a Carmen Sevilla, María Jiménez y Concha Velasco, imitadas por Merche, Falete y Roko, respectivamente. La emoción ya está servida nada más empezar el show. Y, al entonar "Mamá, quiero ser artista", las pantallas del plató se abren y, entonces, aparece el elenco de concursantes de la edición número 12 del concurso. Un casting que va de la disparidad de Bustamante a Conchita, de Supremme De Luxe a Juanra Bonet, de Raquel Sánchez Silva a Raoul Vázquez. Y todos, todos, rematan el himno de Concha Velasco. Porque todos, todos, tienen eso en común: quisieron ser artistas. Lo consiguieron.
Tu cara me suena se hace mayor con su temporada 12. Sin embargo, su atracción se mantiene despierta, a pesar de su veteranía en la parrilla de Antena 3. El motivo: el programa cuenta se cimienta en una artesanía particular que no logra ningún otro talent show español. La clave está en que mientras otros concursos musicales calcan fórmulas de conflicto anglosajón (historia personal y juicio de valor, historia personal y juicio de valor... así todo el rato), Tu cara me suena se agarra a la esencia de la televisión........
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