En 2001 comenzó a entrarle una millonada a todos los trabajadores. Se vio lo que nunca: vigilantes, barrenderos y mujeres de servicio, comenzaron a comprar motos y hasta carros. Aquello fue una locura. A cada profesor universitario le pagaron deudas acumuladas por cientos de miles de bolívares (para el bolívar de la época). La gente gastaba y gastaba y siempre tenía algo en sus ahorros. El chorro de plata que le llegaba por docenas de conceptos era inmenso e indetenible.

La fortaleza del bolívar se encontraba en su punto más alto en cuarenta años: se estaban vendiendo más carros que nunca, las cuentas en dólares crecían extraordinariamente; la inmensa mayoría de los trabajadores que llevaban casi veinte años sin cobrar prestaciones las estaba recibiendo a raudales; el sector de la construcción tuvo un auge jamás visto en 100 años; ningún banco estaba en problemas y se respiraba un aire de total solidez en el ambiente del país. Si todos los empresarios y políticos se hubiesen puesto de acuerdo con el Presidente Hugo Chávez, en un gran acuerdo nacional para llevar adelante el tan esperado desarrollo y progreso de la Nación, hoy Venezuela sería la potencia económica y política con mayor futuro del planeta. Pero nos pararon, nos jodieron las potencias de occidente, eso no lo podían permitir porque habría sido el más estremecedor ejemplo de que sin seguir las órdenes de Washington era posible salir adelante.

Washington había dado la orden de detener ese plan de desarrollo de Chávez (quien todavía no se había declarado socialista), que en nada les convenía porque atacaba el ALCA de que tanto esperaban jugosos negocios nuestros empresarios (FEDECÁMARAS). De modo que a la Iglesia, la podrida CTV y a FEDECÁMARAS no les quedó otra salida que propiciar un golpe de estado. Fue así como don Gustavo Cisneros asumió la dirección del coup d'État. En esos aciagos días para la derecha, don Gustavo declaró que Chávez no le daba tregua a sus opositores, utilizando algunos de sus epítetos preferidos como «fascista», «escuálidos», «oligarcas» y «Jineteras» (prostitutas).

Don Gustavo Cisneros declaró al mundo que el enfrentamiento contra la oposición, se extremó, el jueves 11-A, «cuando una gigantesca manifestación opositora fue atacada a balazos y 19 personas perdieron la vida y centenas (sic) quedaron heridas". Siguió diciendo don Gustavo: "EL PRESIDENTE PIDIÓ A LAS TROPAS APLICAR EL PLAN ÁVILA, QUE EN EL ARGOT MILITAR VENEZOLANO SIGNIFICA UTILIZAR TODA LA FUERZA NECESARIA PARA IMPONER EL ORDEN, LO QUE EN EFECTO HABRÍA CAUSADO UNA MASACRE DE LA POBLACIÓN. LOS MANDOS MILITARES SE NEGARON Y CHÁVEZ ESTABA ACABADO".

Más adelante agrega don Gustavo, con su peculiar cinismo, que Chávez logró reinstalarse en el poder el 13-A en medio de algunas contra-manifestaciones a favor del destituido mandatario. Es decir que sugiere que había manifestaciones en contra de Chávez, ese día, lo cual es absolutamente falso. Agrega: «Chávez regresó comprometiéndose al diálogo y a rebajar la animosidad, pero el diálogo no fue para ningún lado y el ambiente volvió a degenerarse en los siguientes meses… En medio de un gran fervor callejero, en diciembre la oposición convocó a un paro, hasta desplazar a Chávez del poder o comprometerlo a un acto electoral que permitiera al pueblo expresarse. Pero ese paro fracasó, costándole varios miles de millones de dólares a la atribulada economía".

No dice don Gustavo Cisneros que él contribuyó con todas sus fuerzas y recursos para que ese paro produjera una guerra civil, una hecatombe de los mil demonios. Que se aliaron con los militares fascistas de la plaza Altamira, y que su canal, durante unos sesenta días pasaron sin compasión más de 200 cuñas diarias de guerra mediática para destrozar la economía del país y enloquecer a gran parte de la población. Le escribió Jorge Olavarría al propio Gustavo Cisneros en una carta de fecha 2/ 6/4, que publicó el diario "VEA", el 1 de julio de 2004: «Venevisión puso en marcha una programación de puertas abiertas a todo aquel que quisiera venir a expresar su apoyo a la huelga... Uno de ellos fue Víctor Ferreres, quien en esos días no actuó como director de un canal de televisión sino como un dirigente político, dotado del privilegio de decir quien habla y quien no habla... La única razón por la cual te envío esta nota, es porque conozco la capacidad para mentir y engañar que tienen Ferreres, (Napoleón) Bravo y compañía... ».

Lo que más le dolió a don Gustavo del fracaso del golpe del 11-A, él lo confiesa de esta manera: «Un Chávez triunfante recurrió a un viejo vicio venezolano para consolidar su control e instaló un régimen de control de cambio en febrero. El grifo de los dólares fue cerrado para miles de empresas del país, la Organización Cisneros, inclusive". Este INCLUSIVE no se entiende, seguramente porque se imagina que es Dios. Y añade con su típica jeta prepotencia: «Venevisión enfrentaba problemas serios para pagar los elementos básicos con el fin de transmitir una señal de televisión, desde cintas de vídeo hasta programación enlatada». RIP. RIP. RIP… Bicho Bache, buche, bah...

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Aquel relámpago de inmenso bienestar social fue exterminado a sangre y fuego… Miren cómo ocurrió…

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19.01.2024

En 2001 comenzó a entrarle una millonada a todos los trabajadores. Se vio lo que nunca: vigilantes, barrenderos y mujeres de servicio, comenzaron a comprar motos y hasta carros. Aquello fue una locura. A cada profesor universitario le pagaron deudas acumuladas por cientos de miles de bolívares (para el bolívar de la época). La gente gastaba y gastaba y siempre tenía algo en sus ahorros. El chorro de plata que le llegaba por docenas de conceptos era inmenso e indetenible.

La fortaleza del bolívar se encontraba en su punto más alto en cuarenta años: se estaban vendiendo más carros que nunca, las cuentas en dólares crecían extraordinariamente; la inmensa mayoría de los trabajadores que llevaban casi veinte años sin cobrar prestaciones las estaba recibiendo a raudales; el sector de la construcción tuvo un auge jamás visto en 100 años; ningún banco estaba en problemas y se respiraba un aire de total solidez en el ambiente del país. Si todos los empresarios y políticos se hubiesen puesto de acuerdo con el Presidente Hugo Chávez, en un gran acuerdo nacional para llevar adelante el tan esperado desarrollo y progreso de la Nación, hoy Venezuela sería la potencia económica y política con mayor futuro del planeta. Pero nos pararon, nos jodieron las potencias de occidente, eso no........

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