Como yo sé que Tobi Valderrama no va responder a este drama solitario de "amor no correspondido", y Marcos Luna (que tiene su corazoncito) fue aludido, por eso lo voy hacer por él. Dudo mucho que Tobi TODAVÍA quiera hablar o responderle a este señor, seguirá sacándole el cuerpo todas las veces que se le acerque, ¿no es lo que solemos hacer con los sicópatas que se obsesionan con uno? Pero las ideas y escritos de Tobi merecen respeto, y él tranquilidad, que lo dejen hacer su trabajo. Prefiero cargar con los arrebatos de de Sant Roz.

Hay un punto en el cual uno pierde la sindéresis frente a la supuesta seriedad de este tipo de maníacos, y les respondemos a sus escritos, como si realmente habláramos con un cuerdo. Pero hay que hacerlo, hay que descubrir al chiflado megalómano que se esconde detrás de tanta verborrea casi casi intelectual.

A confesión de parte, relevo de pruebas: dice Roz,

"Una vez me lo encontré en el Hotel Alba, lo saludé, le dije de la manera más amable, que teníamos algo que conversar, pero me llamó la atención la forma patética como entonces me sacó el cuerpo. Realmente me pareció que el señor Tobi había visto algo terrible en mí, al mismísimo diablo, porque se excusó e inmediatamente se escabulló desaforadamente por entre unas mesas, unos biombos, y nunca más lo volví a ver. RIP."

¡Es obvio que Tobi vio algo terrible, vio a un loco!, por eso se escabulló. Lo que sigue a este párrafo ya es producto de su imaginación esquizoide, y por supuesto, de su resentimiento; por ejemplo, no hay nadie (después de maduro) que odie tanto a Rafael Ramírez, como Sant Roz, pero no hay nadie más ignorado por Rafael Ramírez (y Tobi) que Sant Roz. El personaje es como un fanático obstinado, como el tipo que mató a John Lennon, como el Prior Stefanovich de Stavroguin, en la novela Los demonios de Dostoievski, que mató por él y lo quiso matar porque no le paraba bolas (este señor es culto, debe conocer al personaje).

Los tontos narcisistas son peligrosos, hay que quitarles el disfraz de cuerdos para que no sigan haciendo daño a un mundo sobrecargado de maldad y de locos de la cabeza. Ojalá se tranquilice.