A lo largo de ocho semanas he ido tejiendo un entramado de ideas, denominado comportamiento colectivo venezolano, comportamiento antropológico normal, en el que se sustenta la Salud Mental Decolonial, a partir de una premisa fundante y fundamental, somos el único continente del planeta que fue conquistado y ello marca una impronta imborrable totalmente en nuestro imaginario histórico e inconsciente colectivo.

Partimos que la salud en general y la salud mental en particular son el encuentro entre tres grandes subjetividades: la subjetividad del ser, las subjetividades del amar y las subjetividades del tener-estar.

La subjetividad del ser, es la que cada ser humano desarrolla singularmente en la época y la sociedad en la que le corresponde vivir; la subjetividad del amar, el conjunto de relaciones de pareja, familiares, amistades comunales y sociales como intersubjetividades, que todos los seres humanos construimos en nuestro devenir biográfico e histórico; la subjetividad del tener-estar, son las necesidades concretas y suficientes que requerimos como seres humanos, para desarrollarnos plenamente, tanto en lo material como en lo espiritual con dignidad, comodidad y bienestar, en el territorio y la sociedad donde convivimos.

Ahora bien, si vivo en una sociedad que me permite un desarrollo pleno y con dignidad, me integro a esa sociedad, pero si, esa sociedad por diversas circunstancias y situaciones no me permite ese desarrollo pleno y digno, me aíslo progresivamente, lo que puede conducir a un sujeto resentido social.

Además, si dicha sociedad me permite tener un conjunto de relaciones en calidad y cantidad suficientes y armoniosas, "tener un millón de amigos", esto contribuirá a mi integración o aislamiento social según sea el caso, si el tener-estar me permite reforzar mi dignidad, desarrollo personal y colectivo, vivir cómodamente en bienestar, mediante una cartografía social de igualdad, justicia e inclusión, eso contribuirá a mi integración social o por el contrario a mi aislamiento social.

De manera tal, que la vida como devenir biográfico en lo singular y devenir histórico en lo colectivo, me ubica subjetiva e intersubjetivamente según la situación, en un ser integrado o aislado socialmente, feliz o infeliz según la calidad y cantidad de relaciones intersubjetivas que disfruto y en un ser personal y colectivo satisfecho o insatisfecho con los bienes materiales y espirituales que poseo, a eso le llamamos salud mental, a la polaridad del bien-estar integrado socialmente, feliz y satisfecho o al polo del mal-estar aislamiento y resentimiento social, infelicidad e insatisfacción: al sentipensar de bien-estar o mal-estar en el que se desarrolla la vida y la salud en la historia de la humanidad.

Lo decolonial de nuestro constructo de salud mental, está contenida lo que denomino la premisa fundante y fundamental: somos "pueblos conquistados, colonizados y colonializados" desde hace 531 años, cuando fuimos "encubiertos" Dussel (1992) y lo seguimos siendo hoy, a través de la colonialidad del poder (Aníbal Quijano, 1992), lo que nos marca como pueblos sur-gentes.

Surgieron desde Abya Yala o Nuestramérica, voces visibilizadoras de la colonialidad/decolonialidad, a mediados del siglo XX, desde estudiosos de diversas nacionalidades y disciplinas de Nuestramérica y EE UU que critican la cuestión colonial como centro de sus análisis, no sólo de la historia Nuestraméricana, sino de la modernidad; proponiendo nuevas categorías históricas de análisis "colonialidad y "decolonialidad", como el encubrimiento del descubrimiento en 1492 (Dussel, 1992) y la colonialidad como cara oculta de la modernidad (Mignolo, 2005) a partir de 1492, en nuestro continente con nuestros pueblos originarios.

De dichos análisis de la colonialidad/decolonialidad, emergen la teoría de la dependencia a mediados del siglo XX en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) como diagnóstico de la situación económica de Nuestramérica, se trata de un enfoque histórico-estructuralista, basado en la idea de la relación centro-periferia, que plantea los condicionantes estructurales para el crecimiento y progreso de la región.

Enrique Dussel en la década de 1960 problematizó el estudio de la llamada modernidad, como un fenómeno iniciado a partir de lo que comúnmente se denomina "conquista de América", caracterizado por el despliegue e imposición de la cultura europea en el ámbito mundial: las culturas de nuestros pueblos originarios comienzan a ser encubiertas, negadas o silenciadas, Dussel entiende por "colonial" aquello que viene desde afuera, desde un centro metropolitano que genera una situación de dependencia estructural en la periferia.

Por otro lado desde EE UU, Immanuel Wallestein elabora su teoría del sistema mundo, que plantea la conformación de una estructura global, resumida en centro, semi-periferia y periferia (Wallerstein, 1979), en lugar de los análisis tradicionales desde el Estado/Nación. Estructura global que se originó a partir de la expansión y conquista de territorios, por parte de potencias europeas más ajustada para analizar la mega estructura política, económica y social que se configura a partir del siglo XVI con Europa ocupando el centro de la escena

En 1992 Áníbal Quijano desarrolla la teoría social no clausurada (Walter Mignolo, 2023), de la colonialidad del poder como patrón ideológico de dominación en los ámbitos de la vida cotidiana: naturaleza, subjetividad, sexo, trabajo y autoridad; imposición en las maneras como pensamos, conocemos, investigamos, usamos la tecnología y hacemos ciencia, colonialidad del saber (Mignolo y Lander, 2000); la subalternización e inferiorización, no reconocimiento del "otro" el nosotros y su cultura, como colonialidad del ser, (Maldonado, 2005), todos estas colonialidades son operativizadas mediante la explotación, dominación y conflicto.

Entonces, la decolonialidad como superación transformativa, implica decolonizar, el poder, el saber y fundamentalmente el ser como sujeto sujetado por la inferiorización y subalternización durante siglos, la salud mental tienen el desafío de decolonializar el ser, el amar y el tener-estar como subjetividades e intersubjetividades.

Con este artículo, inauguramos una serie sobre Salud Mental Decolonial, en los cuales desarrollaremos la Premisa fundante y fundamental : Pueblos conquistados, colonizados y colonializados y categorías configurativas de la Salud Mental Decolonial: hipercomplejidad del ser humano, ideología y utopía.… continuará.

alcalaafanadorp@gmail.com

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Desmontar el Encubrimiento de 1492 y la Colonialidad como cara oculta de la modernidad

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08.12.2023

A lo largo de ocho semanas he ido tejiendo un entramado de ideas, denominado comportamiento colectivo venezolano, comportamiento antropológico normal, en el que se sustenta la Salud Mental Decolonial, a partir de una premisa fundante y fundamental, somos el único continente del planeta que fue conquistado y ello marca una impronta imborrable totalmente en nuestro imaginario histórico e inconsciente colectivo.

Partimos que la salud en general y la salud mental en particular son el encuentro entre tres grandes subjetividades: la subjetividad del ser, las subjetividades del amar y las subjetividades del tener-estar.

La subjetividad del ser, es la que cada ser humano desarrolla singularmente en la época y la sociedad en la que le corresponde vivir; la subjetividad del amar, el conjunto de relaciones de pareja, familiares, amistades comunales y sociales como intersubjetividades, que todos los seres humanos construimos en nuestro devenir biográfico e histórico; la subjetividad del tener-estar, son las necesidades concretas y suficientes que requerimos como seres humanos, para desarrollarnos plenamente, tanto en lo material como en lo espiritual con dignidad, comodidad y bienestar, en el territorio y la sociedad donde convivimos.

Ahora bien, si vivo en una sociedad que me permite un desarrollo pleno y con dignidad, me integro a esa sociedad, pero si, esa sociedad por diversas circunstancias y situaciones no me permite ese desarrollo pleno y digno, me aíslo progresivamente, lo que puede conducir a un sujeto resentido social.

Además, si dicha sociedad me permite tener un conjunto de relaciones en calidad y cantidad suficientes y........

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