Una clasificación sufrida. Los apuros que pasó el Paris Saint-Germain para superar la fase de grupos –junto a la tremenda controversia que se generó tras la decisión arbitral en el descuento ante el Newcastle en la que salió claramente favorecido– han dejado la sensación en la opinión pública de que los primeros meses de Luis Enrique en el conjunto francés han sido discretos. Es verdad que sufrió, pero hay que tener en cuenta que su grupo era, de largo, el más difícil de la primera fase –lo completaban el Milan y el Borussia Dortmund–. Tras un arranque liguero con ciertas dudas, el equipo ha puesto la directa en la competición nacional, en la que no pierde desde el mes de septiembre y en la que aventaja en once puntos a su principal perseguidor, el Niza. Pese a ello, parece evidente que será el torneo europeo el que marque la valoración que se hará de la temporada: una eliminación ante la Real Sociedad dejaría muy tocado al técnico asturiano, que ya ha tenido más de un enganchón con la prensa gala.

La rotación masiva no se notó. Pese a que el adversario que visitaba el Parque de los Príncipes en la última jornada era uno de los más fuertes del campeonato, el Lille, Luis Enrique decidió reservar a varios de sus mejores jugadores para que lleguen descansados al choque frente a los donostiarras. Donnarumma, Marquinhos, Achraf, Vitinha, Zaïre-Emery, Barcola y Mbappé, a los que se espera hoy en el once titular, se quedaron en el banquillo. Tuvieron su oportunidad futbolistas menos habituales como Gonçalo Ramos y Kolo Muani: los dos marcaron y pueden ser excelentes opciones como revulsivos en la Champions. Y pese a la ausencia de tantas figuras, el líder se impuso por 3-1 remontando el susto inicial que supuso el gol de Yazici.

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Dos apuestas arriesgadas. A Luis Enrique le gusta que su equipo ataque con mucha gente. Es habitual que los laterales, Achraf y Lucas, pisen el área rival. El marroquí, muchas veces, se ofrece por dentro para ser una opción más en la salida de balón. Para el duelo ante los de Imanol, la prensa francesa se atreve a anticipar un once aún más ofensivo, con Vitinha como pivote puro y con Ugarte, el especialista defensivo de la medular, partiendo desde el banquillo. También se habla de la alta probabilidad de que Mbappé no juegue empezando desde la banda sino como delantero centro, dejando los costados para dos jugadores con mucho desborde como Barcola y Dembélé. En los interiores, el joven talento Zaïre-Emery, que está haciendo un año espectacular, parece fijo, mientras que los españoles Fabián y Marco Asensio se jugarían la otra plaza. El técnico asturiano ya ha situado al balear en otras ocasiones por dentro, intentando potenciar su juego entre líneas y su disparo lejano.

Un centro de la defensa debilitado. Las ausencias de Kimpembe y Skriniar en los últimos tiempos han obligado a Luis Enrique a confiar en Danilo como central titular. El portugués lleva ya tiempo actuando en esa posición, pero en la mayor parte de su carrera fue medio centro. Para darle más opciones al entrenador en una zona tan golpeada, el club ha firmado al brasileño Beraldo procedente del Sao Paulo.