La Champions está salvando la temporada. Se diría que el Borussia Dortmund vive aún traumatizado por cómo se le escapó el título de la Bundesliga en la última jornada de la temporada pasada, cuando dependía de sí mismo en un partido en casa ante un Mainz que no se jugaba nada. Sin duda, su rendimiento en los torneos nacionales durante esta campaña está siendo algo decepcionante, aunque también se puede atribuir a la marcha de Jude Bellingham, que sin lugar a duda era la gran figura de la plantilla.
Con el equipo quinto en la Bundesliga con los mismos puntos que el cuarto —fuera, por lo tanto, de las posiciones que dan acceso a la próxima Champions salvo que Alemania consiga un cupo extra— y eliminado de la DFB Pokal en diciembre por un Stuttgart que también logró vencerle este fin de semana en Dortmund (0-1), sólo la Copa de Europa está proporcionando ilusión a la hinchada del Borussia durante el presente curso. Aunque se puede decir que el equipo amarillo tuvo suerte con el sorteo de octavos de final al medirse al PSV, en la primera fase acabó líder del grupo más difícil de todos, el que compartía con el PSG, el Milan y el Newcastle. Contra el Atlético, Edin Terzic se juega seguir disfrutando de este salvavidas continental para que no esté todo el foco puesto en el pobre rendimiento en las competiciones domésticas.
La victoria en Múnich como advertencia. A pesar de este rendimiento tan irregular en la Bundesliga, el cuadro renano logró una victoria de mucho prestigio en el campo del Bayern hace sólo once días: un 0-2 con goles de Adeyemi y Ryerson que constituyó su primer triunfo en el estadio del gran dominador del fútbol alemán en el torneo de la regularidad en diez años. Ese resultado puso sobre aviso al entorno del Atlético, que en un primer momento había celebrado el resultado del sorteo. Es innegable que el Dortmund no era el rival más duro posible, pero tampoco se trata de un conjunto menor y esa actuación en Baviera lo evidenció.
Malen, una ausencia notable. Terzic recupera para el duelo del Metropolitano al central Schlotterbeck, que formará pareja con el experimentadísimo Hummels tras perderse el partido de vuelta frente al PSV obligando a Emre Can a retrasar su posición. El alemán de origen turco regresará al medio campo, donde se ubicará al lado de Sabitzer para intentar dar consistencia a un bloque que suele partirse demasiado. Y aunque el delantero centro Füllkrug —que le está ganando la partida al marfileño Haller— va a exigir a los defensores del Atlético en los duelos físicos, el gran peligro está en los costados. En cierto modo es un alivio que no viaje Malen, un extremo muy potente en la arrancada y de juego tremendamente vertical. Pero sí estarán un Jadon Sancho que en su segunda etapa en el Dortmund parece estar recuperando esa inspiración que no encontró en Mánchester y un Adeyemi que es rapidísimo al espacio. Además, los dos laterales, Maatsen y Ryerson —Bensebaini no está disponible— ofrecen mucha profundidad por las bandas. Y a pesar de todos estos peligros, el cuadro alemán no ha abandonado esa fragilidad defensiva que le ha condenado en los últimos años y que en numerosas ocasiones ha acabado con sus opciones de levantar títulos.
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