Liga de cartón. Seis meses han pasado desde el cataclismo que supuso para Europa la irrupción a lo bestia de la liga saudí en el mercado. Cataclismo por ponerle el adjetivo que allí se usó, pues aquí se siguen jugando las mismas competiciones, con los mismos clubes, y solo faltan algunas estrellas de capa caída que además dejaron importantes sumas de dinero al irse. No se echa en falta a Mané, Mahrez o Brozovic, por decir algunos nombres que hicieron las maletas en verano.
Fuga. Resulta que las primeras grietas han aparecido cuando la temporada de la teórica explosión mundial ni siquiera ha concluido. Henderson, capitán de Inglaterra, ha salido de allí rumbo al Ajax, para lo cual renuncia a su salario saudí (unos ¡10 millones! por media temporada) para evitar problemas con el fisco de Arabia. Tienen atados de pies y manos a las estrellas por esta circunstancia, y aun así otros jugadores como Firmino o Benzema están dispuestos a pagar la receta por marcharse. Jugar ante 643 espectadores, como ocurrió en uno de los partidos del equipo de Henderson, hunde a cualquiera.
Ricos y ricos. Lo de Karim es especialmente llamativo. Llegó allí siendo todavía Balón de Oro. Arabia es un país musulmán, religión que él profesa. Conoce su cultura. Juega en un equipo, Al Ittihad, armado por y para él. Pero nadie en esa liga puede ser como Cristiano, el precursor de la llegada masiva de superestrellas a ella. El portugués se ha comprado una mansión en la isla de los millonarios, en Dubai, a una hora de Riad. Puede ir en su avión privado cuando y como quiera. Puede hacer que su familia no pise Arabia si así lo desea. Difícil para el resto, incluido Karim. No es oro todo lo que reluce.
Hello Deutschland. Cinco meses quedan para la Euro y dos años para el Mundial. FIFA anunció que el 4 de febrero montará un show para desvelar el calendario del torneo que por primera vez se jugará en tres países: EE UU, Canadá y México. Apunten Dallas como posible sede de la gran final.
Hoy descubrimos a… Jarell Quansah (2003). En la amplísima plantilla de Klopp en el Liverpool es complicado hacerse hueco, pero este potente central diestro lo ha conseguido hasta ganarse la confianza del técnico alemán. Las lesiones de Matip y Van Dijk le han ido abriendo huecos, y ha cumplido siempre con creces. Lo hizo en el Emirates, su consagración. Con envergadura y personalidad, es un defensa de gran futuro.
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