En un Madrid sin Bellingham, se exigía a Vinicius y Rodrygo asumir la responsabilidad ofensiva y los dos brasileños fueron consecuentes con el pedido. Lo hicieron como lo hacían antes, de punta en blanco, en una exhibición mayúscula ante un Valencia abierto, facilón y de actitud suicida. Seguro que Baraja rumiará ahora sobre el atrevimiento de su planteamiento o se lo achacará a Hugo Duro, pero al delantero valencianista no se le reconoce por su fiabilidad de cara a la portería. Marcó cuando ya no valía. El Valencia perdonó lo que Vinicius y Rodrygo exprimieron hasta el tuétano para despachar por la puerta grande un partido que reivindicó su presencia conjunta arriba en el 1-4-4-2 de Ancelotti. Mosquera y Paulista perdieron sus vigilancias todo el rato y ambos camparon a sus anchas sin ninguna referencia defensiva cercana que ahogara sus movimientos. Se repartieron bien los espacios y jugaron a toda pastilla con amplios pasillos a su favor con verticalidad, calidad y pegada. En esos carriles entre central y lateral brillaron sobremanera, incluso dejaron poco hueco para las apariciones de Brahim o Valverde.

Vinicius y Rodrygo se comieron el escenario en una noche que también tuvo sombras para el Madrid. Las concesiones defensivas se repitieron, señalado otra vez Alaba por sus desatenciones, también mal Nacho, pese a que el 1-4-4-2 en línea que ha llegado para quedarse protege mejor a los laterales. Aun así, el Valencia se proyectó con sentido por fuera tras crear por dentro con Pepelu y Guerra y probó el renacer de Lunin, que ha restaurado definitivamente su figura. Dos partidos le han servido para disipar dudas y ganarse el crédito como portero suplente que en algún momento él se empeñó en negárselo a sí mismo. Fue el protagonista secundario en el festival personal de Vinicius y Rodrygo. La superioridad de ambos, unida a regalos descarados del Valencia, se saldó con una victoria que repuso a Ancelotti y alivió al Madrid. A la carrera no se le puede poner un pero.

Construcción buenísima entre Carvajal, Valverde y Rodrygo que la hace mejor el desmarque agresivo de Vinicius en el otro perfil. El brasileño se adentra en el área con ventaja posicional tras leer muy bien la jugada.

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