El piragüismo español rebosa tanta calidad, que necesita un selectivo nacional para otorgar las plazas olímpicas. Hay dura competencia. Y es frecuente que potenciales aspirantes a medalla se queden por el camino. Valga el ejemplo de Cayetano García y Pablo Martínez, campeones del mundo en 2022 y bronce en 2023 en C2 500, cuya participación en París se encuentra ahora mismo en el aire tras su batacazo en los test de esta semana en el embalse de Pontillón de Castro. El mismo escenario que sí confirmó la presencia de algunos nombres míticos de nuestro deporte. Historia del olimpismo. Es el caso de Saúl Craviotto, que a sus 39 años disputará sus quintos Juegos con un desafío extraordinario: convertirse en el español con más medallas olímpicas, un récord que ya comparte con el también piragüista David Cal, ambos con cinco. En el cara a cara, Craviotto ya está delante por la condición de sus podios, con dos oros por uno del gallego, pero el reto absoluto es auparse a la cima en solitario.

Verducido también ha ratificado a Teresa Portela, otro caso deslumbrante, que competirá en sus séptimos Juegos Olímpicos, a los que llegará con 42 años. En Tokio, con su sexta presencia, que además vino acompañada de su primera medalla, una plata, Portela ya se erigió en la mujer con más participaciones olímpicas. Ahora sumará una más a su plusmarca. Y se quedará a una del líder: el atleta García Bragado, con ocho. La cosecha no acaba ahí. Marcus Cooper, oro en Río 2016 y plata en Tokio 2020, también ha expedido el billete a París, donde desfilará como abanderado. Habrá que ver junto a quién. La triple medallista Maialen Chourraut, que logró su plaza la semana anterior, cumple los requisitos, pero compite al día siguiente de la Inauguración. Ya veremos. Por cierto, también es piragüista, aunque de eslalon. Un deporte de mitos olímpicos.