Cara B. Se va 2023. Para Pedri, un año muy difícil que termina lesionado después de casi 200 días de baja, una cifra muy gruesa que obliga a la reflexión pero que, de momento, no saca al jugador del grupo de los elegidos de la nueva generación. Mejor jugador joven de la Euro de 2021, Golden Boy ese mismo año, Pedri fue la imagen de España en el Mundial de Qatar; y ha vuelto a ser elegido, junto a los deslumbrantes Bellingham y Wirtz, como marca de la próxima Eurocopa de Alemania, a la que llegará con 21 añitos, aún con todo por hacer. Jugador tan necesario para el Barça como para la Selección, 2024 aparece como un buen año para resetear al canario, que este 2023 ha conocido la cara fea de la industria del fútbol, la de las dudas y la crítica. Sin duda, eso también forma parte del proceso de maduración de un futbolista.

Transformación. Pedri ha sido una estrella precoz. Tal vez ni él mismo advirtió la dimensión de lo que estaba haciendo. Para entender cómo empezó todo, y por dónde circula ahora, puede trazarse una línea en el tiempo a través de las declaraciones del entrenador que le descubrió para la élite, Pepe Mel. “Uno que es millonario y no lo sabe”, le dijo a un directivo de Las Palmas en el verano de 2019 cuando el futbolista todavía estaba por explotar. Cuatro años después, lo que Mel le pide es que goce: “Que vuelva a sus raíces, que sea feliz”. El cuerpo de Pedri también ha cambiado. En su primer año en el Barça, se lesionó en el sóleo un sábado en Sevilla, y después de dar por hecho, él y los médicos, que se había roto, jugó la vuelta de una semifinal de Copa cuatro días después. Era un Pedri con una complexión diferente (”aeróbicamente un diez”, dice Mel). Para el Pedri de estos días, sin embargo, tal vez lo mejor no sea correr 13,5 kilómetros en Oporto como se jactó Laporta.

El técnico. Todo eso es lo que va a tener que medir Xavi, que también tiene un desafío con Pedri. Enamorado de él cuando llegó, lo ponía como ejemplo en cualquiera de las primeras charlas privadas que mantenía con periodistas y analistas por su concepción del espacio-tiempo, y en cada rueda de prensa. “Es un jugador superlativo; no hay un talento en el mundo más grande que él”. Hace un tiempo, sin embargo, que esos elogios bajaron de nivel. Pedri y Xavi necesitan encontrarse otra vez en el camino. Dicen que Pedri fue el último jugador con el que Messi se sintió feliz en el Barça. A su llegada, Gündogan confesó: “Estoy ansioso por jugar con Pedri”. No se puede perder un talento así.

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