La Convención Constitucional disentía de todo un orden anterior. Para el estallido el disenso sumaba treinta años. Pero en la Convención ya eran doscientos, o quinientos. Toda la historia debía ser juzgada. A mitad de camino se dieron cuenta que era una Constitución lo requerido, no el juicio final. O no se dieron cuenta, no lo sé.

Hay un día en que el disenso supera el umbral de la diferencia, que es algo más que una risa socarrona, que es algo más que un matiz, que es algo más un apunte, una corrección o un conflicto pasajero.

Hay un día en que la ruptura del consenso no solo plantea diferencias, sino que genera la disidencia. Esto es, el grave desacuerdo, la severa discrepancia, la desavenencia y eventualmente el cisma.
Normalmente lo llamamos crisis.

Pero ¿qué pasa si todo está en crisis? Si en cada sitio provisto de una oportunidad de la historia para construir una convergencia emerge una fractura, ¿de qué hablamos?

Las sociedades tienen un telón invisible. No es invisible, pero nos resulta de tal naturaleza porque está en cada acto en sociedad.

Detrás de nuestra conducta viven valores, pero por delante de ellos están las normas sociales que validamos. Energías subterráneas hay detrás de cada certificado. El DICOM era el infierno, ahora es menos serio, es un problema operativo (grande), pero no está dotado del sentido liminal.

Por decirlo así, sabemos que Dios no nos juzgará con el DICOM en la mano. Pero la norma cambia.

En 2013 o en 2016 probablemente nuestros ciudadanos consideraban que los empresarios serían juzgados con el DICOM en la mano, pero para decirles que qué les había pasado, que cómo se habían convertido en dioses.

Hoy el día del juicio imaginario de un chileno medio tendría otra forma: se juzgaría no la severidad, sino la permisividad. Las normas se mueven, cambian, construyen un fondo que modifica la escena explícita.

Hace quince años encontrarse con un Senador de la República en un evento suponía un esfuerzo por mejorar la propia presencia, esos gestos de ordenarse, estirar la ropa, son frecuentes ante el momento de la concurrencia de algún personaje cuya majestad nos exige una presencia más digna de lo habitual.

Esa fuerza metafísica, esa energía invisible que sostiene todo en la sociedad, ha sido llamada de distintas maneras, siendo ‘integración social’ la referencia más usada. Cuando baja significativamente la integración social, surgen crisis institucionales, suicidios, cambios políticos abruptos.

¿Ha perdido alguien la fe en la educación? Es un cambio en sus normas, es una reducción del peso normativo, es anomia.

El telón invisible de la sociedad se nos ha tornado visible. La sociedad estalla, el narcotráfico hace ruido en vez de esconderse, los niños no inventan enfermedades para faltar al colegio. ¿Qué hacen?
Simplemente faltan. Le avisan a sus progenitores que juega el Chelsea, el Liverpool, lo que sea, pero a mediodía. Y que son semifinales. ¿Un día en el colegio? Qué más da.

Pero en medio de la anomia está la opción de construir nuevas normas, un nuevo orden. Pero, ¿con qué normas? Crearlas suele ser difícil. Abundan los fenómenos morbosos, absurdos, ridículos. Unas personas atacan obras de arte en museos para protestar contra el petróleo. Sublime. ¿Quién podría descifrar ese misterio?

La disidencia nacional

En Chile la disidencia significativa surgió en los años dos mil con los díscolos. Su punto más intenso se logró políticamente en 2009 con Marco Enríquez quitando más del 40% de los votos a la coalición política más importante de la historia de Chile, la Concertación.

Luego la disidencia se hizo carne muchas veces, a creciente velocidad: no a Barrancones, Patagonia sin represas, movimiento estudiantil, movimiento de Aysén, crisis de Freirina, protestas en ciudades mineras, demandas a ISAPRES, demandas por colusiones, Supremazos, No + AFP, movimiento feminista, estallido social.

Pero hay un día en que nos levantamos y la disidencia ha triunfado. ¿Y qué hace la disidencia con su disidencia cuando ha triunfado? Y es que luego del triunfo, aquel que ha logrado llegar a ese sublime lugar, debe dirigir, gobernar, ordenar, hacer encajar, construir consensos.

Pero es el disenso el que ha triunfado.

¿Cómo triunfa el disenso? Normalmente triunfa sin mucho que ofrecer

La Convención Constitucional disentía de todo un orden anterior. Para el estallido el disenso sumaba treinta años. Pero en la Convención ya eran doscientos, o quinientos. Toda la historia debía ser juzgada. A mitad de camino se dieron cuenta que era una Constitución lo requerido, no el juicio final. O no se dieron cuenta, no lo sé.

Pero lo cierto es que empezaron a escribirla. Pero seguía ahí la disidencia de por medio. Y la disidencia vivió tanto y tan fuerte, que el día en que la disidencia fue enjuiciada como acto final, perdió. Fue rechazada.

El Presidente Boric fue electo como disidente, aunque en realidad su bendición no se produjo solo por la disidencia, sino por esos momentos en los que fue atacado por la disidencia: cuando la cerveza cayó sobre su cabeza, en acto de deshonra por parte de un manifestante, no se produjo la maldición. Ese día fue la bendición.

Boric podía ser disenso y consenso. Pero esa combinación no ha prosperado. Detrás de sus conductas disidentes no parece haber mucho, pero detrás de sus conductas de consenso tampoco. Hay un vacío que se llena con actitud rockera, pero sin política.

A ese esporádico orden surgido del disenso, a ese breve momento impugnatorio en el poder, le fue confrontado un nuevo disenso. Fueron los republicanos, que se inventaron su propia acidez, su propia crítica, su propia impugnación. Los conservadores pueden impugnar si atacan el cambio, aunque no se haya hecho.

Para la formación del Consejo Constitucional el Partido Republicano obtuvo un triunfo total. Aunque se diga que no dependía de sí mismo en términos matemáticos, sí dependía de sí mismo en términos políticos.

La derecha tradicional no podría jugar a nada que no fuera apoyarlos, les resultaba muy difícil y no ha habido espacio en dichas fuerzas políticas para demostrar carácter frente al nuevo jugador, un poco lo que pasó con el Partido Socialista en relación al Frente Amplio.

¿Ha logrado el Partido Republicano ser fuerza constructora de un nuevo orden en este proceso? ¿Ha aprovechado la oportunidad de la historia?

El límite de la disidencia es el día del triunfo. Ese día, a un verbo que se convoca para vaciar el sentido de un orden, se le exige que logre preñarse de sentido y estructura, de orden y progreso. El poder de vaciar ha de suspenderse. Lo que viene es transformar y crear, que son la misma cosa.

¿Y si no se puede? Significa que la disidencia ha mostrado sus límites.

Lee también...

Derecha chilena y cierre del Banco Central: ¿Podrá la "doctrina Milei" cruzar la frontera? Lunes 04 Diciembre, 2023 | 10:21

Alberto Mayol

Sociólogo. Académico Universidad de Santiago

Noticia en Desarrollo

Estamos recopilando más antecedentes sobre esta noticia, quédate atento a las actualizaciones.

Alerta de Spoiler

Este artículo podría contener información clave sobre la trama de un libro, serie o película.

Advertencia de imágenes explícitas

¡Cuidado! Las imágenes de este artículo pueden herir la sensibilidad de algunas personas.

Este artículo describe un proceso judicial en curso

Existe la posibilidad de que los cargos sean desestimados al finalizar la investigación, por lo cual NO se debe considerar al o los imputados como culpables hasta que la Justicia dicte sentencia en su contra.
(Artículo 04 del Código Procesal Penal)

Violencia contra la mujer

Si eres víctima o testigo de violencia contra la mujer, denuncia al 149 de Carabineros, recibe orientación llamando al número corto 1455 del Sernameg o pulsa para usar el chat de orientación Sernameg

Suicidio

Si necesitas ayuda psicológica especializada o conoces a alguien que la requiera, el Ministerio de Salud tiene un teléfono de ayuda atendida por profesionales todos los días del año y las 24 horas, en el 600 360 7777. También puedes recibir asistencia ingresando a este enlace.

Transporte privado

Las aplicaciones de transporte privado pagado aún no se encuentran normadas por la legislación chilena.

Estudio científico

Este artículo se basa en un estudio científico que puede ser sometido a nuevas pruebas para ser validado o descartado. Sus resultados NO deben considerarse concluyentes.

QOSHE - El límite de la disidencia - Alberto Mayol
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

El límite de la disidencia

19 0
11.12.2023

La Convención Constitucional disentía de todo un orden anterior. Para el estallido el disenso sumaba treinta años. Pero en la Convención ya eran doscientos, o quinientos. Toda la historia debía ser juzgada. A mitad de camino se dieron cuenta que era una Constitución lo requerido, no el juicio final. O no se dieron cuenta, no lo sé.

Hay un día en que el disenso supera el umbral de la diferencia, que es algo más que una risa socarrona, que es algo más que un matiz, que es algo más un apunte, una corrección o un conflicto pasajero.

Hay un día en que la ruptura del consenso no solo plantea diferencias, sino que genera la disidencia. Esto es, el grave desacuerdo, la severa discrepancia, la desavenencia y eventualmente el cisma.
Normalmente lo llamamos crisis.

Pero ¿qué pasa si todo está en crisis? Si en cada sitio provisto de una oportunidad de la historia para construir una convergencia emerge una fractura, ¿de qué hablamos?

Las sociedades tienen un telón invisible. No es invisible, pero nos resulta de tal naturaleza porque está en cada acto en sociedad.

Detrás de nuestra conducta viven valores, pero por delante de ellos están las normas sociales que validamos. Energías subterráneas hay detrás de cada certificado. El DICOM era el infierno, ahora es menos serio, es un problema operativo (grande), pero no está dotado del sentido liminal.

Por decirlo así, sabemos que Dios no nos juzgará con el DICOM en la mano. Pero la norma cambia.

En 2013 o en 2016 probablemente nuestros ciudadanos consideraban que los empresarios serían juzgados con el DICOM en la mano, pero para decirles que qué les había pasado, que cómo se habían convertido en dioses.

Hoy el día del juicio imaginario de un chileno medio tendría otra forma: se juzgaría no la severidad, sino la permisividad. Las normas se mueven, cambian, construyen un fondo que modifica la escena explícita.

Hace quince años encontrarse con un Senador de la República en un evento suponía un esfuerzo por mejorar la propia presencia, esos gestos de ordenarse, estirar la ropa, son frecuentes ante el momento de la concurrencia de algún personaje cuya majestad nos exige una presencia más........

© BioBioChile


Get it on Google Play