Europa está perdiendo velocidad de crucero en un entorno geopolítico y económico en el que Estados Unidos y China se alzan como dos grandes focos de poder. La brecha de la UE respecto a EE UU, especialmente en lo que se refiere a la productividad, está creciendo y las recetas de intervencionismo y las subvenciones públicas no parecen la respuesta adecuada a los retos que presenta el mapa económico global, según señala el FMI en un informe publicado el viernes.

Una mayor integración entre los países europeos constituye, para el organismo internacional, la fórmula maestra para hacer frente al reto que presenta la competitiva economía actual. Pese a elogiar el modo en que Europa ha manejado la crisis inflacionaria, el FMI recuerda lo que constituye una de las grandes debilidades de la economía europea: una productividad que supone solo el 78% de la de EE UU y cuya mejora resulta clave para el crecimiento de la región a medio plazo. La receta del FMI incluye una batería de reformas estructurales, muchas de ellas viejas tareas pendientes en algunos de los Estados miembros, pero entre ellas destaca una que atañe a toda la región: la urgencia de eliminar las barreras que impiden el funcionamiento del mercado único.

La falta de cohesión interregional constituye el talón de Aquiles de una UE que lleva décadas inmersa en una suerte de disonancia entre lo que predica y lo que practica. Entre las asignaturas que la Unión no ha completado destaca la consolidación de un mercado único de capitales capaz de financiar de forma eficiente a las empresas y de garantizar la transparencia y protección de los inversores mediante reglas, requisitos de información y procedimientos comunes. Otro tanto sucede con ciertas barreras comerciales, con la falta de armonización fiscal, la ausencia de una política industrial unificada, los excesos en ayudas de Estado por parte de algunos países, el envejecimiento demográfico y baja tasa de natalidad, el exceso de burocracia, la liberalización de sectores estratégicos, la dependencia energética y una legislación que no siempre ha sabido encontrar el justo equilibrio entre el garantismo y la flexibilidad.

Esa ambiciosa hoja de ruta reformadora se frena no solo por falta de voluntad política, sino de algo más que diferencia de forma profunda a la UE de EEUU: una identidad común europea frente a la persistencia de diferencias históricas nacionales que constituyen una riqueza cultural indudable, pero que dificultan también la implementación de políticas de cohesión.

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La gran barrera que frena a Europa

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20.04.2024

Europa está perdiendo velocidad de crucero en un entorno geopolítico y económico en el que Estados Unidos y China se alzan como dos grandes focos de poder. La brecha de la UE respecto a EE UU, especialmente en lo que se refiere a la productividad, está creciendo y las recetas de intervencionismo y las subvenciones públicas no parecen la respuesta adecuada a los retos que presenta el mapa económico global, según señala el FMI en un informe publicado el viernes.

Una mayor integración entre los países europeos constituye, para el organismo internacional, la fórmula maestra para hacer frente al reto que presenta la competitiva economía actual. Pese a elogiar el modo en que........

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