Como ya advirtió Bertrand Russell en 1930 en La conquista de la felicidad: “Tomar decisiones y realizar actos de voluntad son cosas muy fatigosas”.

Hoy sabemos que el cerebro humano tiende a cometer determinados errores al tomar decisiones. Para ahorrar energía, nuestro cerebro toma atajos que pueden hacernos caer en trampas cognitivas universales, es decir, que solemos caer todos. Esto se agrava cuando aumenta el número de opciones, lo que afecta a la hora de seleccionar fondos, porque existen más de 100.000 a disposición del inversor español.

Hemos de tener cuidado porque errar en decisiones relevantes o, lo que es peor, equivocarse al determinar qué es importante y qué no, puede terminar por pasar factura a nuestro patrimonio y lo que es más grave, a nuestra salud y a nuestra felicidad. Incluso las mentes más brillantes pueden tomar decisiones estúpidas en aspectos prácticos de su vida, como muestra mi paisano José Antonio Marina en La inteligencia fracasada.

Me acordé de Marina y su teoría sobre la elección de metas y la importancia de establecer una jerarquía, cuando un asesor me consultó numerosos detalles sobre fondos muy conservadores. Al indagar sobre la razón de tanta pregunta me contó que eran para un inversor decidido a vender todos sus fondos de renta variable, esperando recomprarlos en un momento más oportuno. Le pregunté al asesor si había advertido al inversor que la elección de un fondo ultraconservador era poco importante comparada con la decisión crítica de vender toda su renta variable. El asesor me confesó que había tirado la toalla en cuanto a ese asunto; el inversor estaba convencido de una caída inminente del mercado y confiaba en su habilidad para realizar una compra más ventajosa después. Ante tal convicción, imagino que al asesor no le quedó más opción que desearle suerte a su cliente.

Una vez tomada la decisión de vender, apostaría a que la elección entre uno u otro fondo ultraconservador acabará siendo irrelevante en el resultado final de la estrategia. Incluso si lo mantiene varios meses, la posible diferencia de rentabilidad positiva entre dos fondos de este tipo suele ser menor que las variaciones diarias de fondos de renta variable. Variaciones que no podrá controlar en los días que estará desinvertido mientras se ejecutan sus decisiones de traspaso. Entonces, ¿cuánta energía vale la pena gastar en buscar el fondo ultraconservador que podría ser ligeramente más rentable?

El ejemplo anterior ilustra un error común: centrarse en analizar detalles menores, obviando lo que realmente afecta el rendimiento a largo plazo.

Por si les sirve, les dejo tres consejos junto con mis mejores deseos para el 2024.

1º Dedique tiempo a pensar cuál debería ser su estrategia de inversión y la distribución estratégica y táctica de su cartera antes que a seleccionar los fondos concretos con los que la implementará.

2º Si su horizonte de inversión es largo, seleccione fondos pensando más allá de 2024. En un plazo de doce meses puede pasar cualquier cosa. Sin embargo, a largo plazo, es más probable que los fondos de renta variable superen tanto a los monetarios como a los de renta fija a muy corto plazo. Estos últimos, después de impuestos, difícilmente superarán la inflación.

Una regla comúnmente utilizada en Estados Unidos para decidir el porcentaje de exposición a renta variable en función de la edad es conocida como la regla del 100. Esta regla sugiere restar al número 100 su edad para determinar el porcentaje que debería tener en renta variable. Por ejemplo, si tiene 60 años, según esta regla, el 40% de su cartera debería estar invertida en acciones.

Debido a la mayor expectativa de vida y a una potencial jubilación más tardía, algunas versiones más recientes de esta regla utilizan los números 110 o 120. Lo que llevaría a una persona de 60 años a invertir en renta variable el 50% o el 60%. Este último es un porcentaje muy utilizado por inversores adinerados.

Estas reglas son pautas generales y no tienen en cuenta las circunstancias particulares como el patrimonio de partida, ingresos y gastos, y otros factores claves como la experiencia inversora y la tolerancia a la volatilidad.

3º Para ayudarle a establecer objetivos realistas y una estrategia adecuada para conseguirlos sería recomendable consultar con un profesional. Un buen asesor financiero debe tener en cuenta tanto los aspectos económicos como los sicológicos. Así, si tener un porcentaje de renta variable elevado, aunque se lo pueda permitir por edad y patrimonio, le hace perder el sueño, quizás convenga tener algo menos. Sin embargo, esto no debería excusar al asesor de explicarle lo que puede dejar de ganar por no soportar algo de volatilidad.

Es preocupante la tendencia de las gestoras españolas al centrarse casi exclusivamente en la venta de fondos muy conservadores. En un año como el 2023, donde la rentabilidad media de los fondos de renta variable global y española superó el 15% y el 20% respectivamente, solo ha entrado dinero en fondos españoles de renta fija y monetarios. Mientras, en fondos de renta variable y mixtos los flujos netos son negativos. La rentabilidad acumulada en los últimos cinco años es muy pobre para el partícipe medio español, algo de responsabilidad tendremos asesores y gestores.

En este 2024 deseo que encuentren el equilibrio entre rentabilidad y bienestar emocional. Que sus decisiones financieras sean sabias y coherentes con sus metas personales. Espero y deseo que no se dejen arrastrar por las fluctuaciones del mercado. Si se ven tentados a vender o comprar todo su patrimonio financiero en bolsa y prefieren no consultar con un asesor, al menos consulten con la almohada. Feliz año para todos.

Marta Díaz-Bajo es socia y directora de Soluciones de Inversión de Atl Capital

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Consejos para elegir fondos en 2024

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13.01.2024

Como ya advirtió Bertrand Russell en 1930 en La conquista de la felicidad: “Tomar decisiones y realizar actos de voluntad son cosas muy fatigosas”.

Hoy sabemos que el cerebro humano tiende a cometer determinados errores al tomar decisiones. Para ahorrar energía, nuestro cerebro toma atajos que pueden hacernos caer en trampas cognitivas universales, es decir, que solemos caer todos. Esto se agrava cuando aumenta el número de opciones, lo que afecta a la hora de seleccionar fondos, porque existen más de 100.000 a disposición del inversor español.

Hemos de tener cuidado porque errar en decisiones relevantes o, lo que es peor, equivocarse al determinar qué es importante y qué no, puede terminar por pasar factura a nuestro patrimonio y lo que es más grave, a nuestra salud y a nuestra felicidad. Incluso las mentes más brillantes pueden tomar decisiones estúpidas en aspectos prácticos de su vida, como muestra mi paisano José Antonio Marina en La inteligencia fracasada.

Me acordé de Marina y su teoría sobre la elección de metas y la importancia de establecer una jerarquía, cuando un asesor me consultó numerosos detalles sobre fondos muy conservadores. Al indagar sobre la razón de tanta pregunta me contó que eran para un inversor decidido a vender todos sus fondos de renta variable, esperando recomprarlos en un momento más oportuno. Le pregunté al asesor si había advertido al inversor que la elección de un fondo ultraconservador era poco importante comparada con la decisión crítica de........

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