En la manifestación del domingo 28 de enero en Madrid, Núñez Feijóo prometió que la derecha rescataría a España democráticamente. El anuncio dejó en el aire varias cuestiones: ¿era necesario especificar lo de democráticamente? Revisada la historia de este país y vista la audiencia ante la que actuaba Feijóo, tal vez sí. Y se agradece. ¿Ese rescate democrático consistirá en intentar lograr, dentro de unos cuantos años, la mayoría en las urnas que no ha sido capaz de obtener en estas últimas elecciones? Sería extraño anunciar lo obvio, así que democráticamente significará otra cosa.

De esa cosa que entiende por democracia la derecha actual nos da pistas el último movimiento judicial contra el pacto de Gobierno. Mientras García Castellón, diputado 136 del PP con escaño en la Audiencia Nacional se empeña en endosarle a Puigdemont un delito de terrorismo por aquel infarto que un ciudadano francés sufrió hace cuatro años durante una manifestación, otro magistrado trata ahora de establecer vínculos entre Puigdemont y –que no se ría nadie, que la Justicia es cosa seria– la invasión de Ucrania. Si, llegado el caso, hiciera falta imputar a Puigdemont la creación de la covid en un laboratorio de Girona, la derecha democrática lo haría. Ya lo hizo, de hecho. En 2020, un coronel de la Guardia Civil ordenó, a espaldas del Ministerio de Interior, investigar si la pandemia mundial había sido cosa de la ministra Irene Montero y sus amigas feminazis. Tras ser destituido del cargo por falta de confianza, el Tribunal Supremo, otro organismo de esa España democrática de la que habla Feijóo, anuló su cese y lo devolvió a su puesto para seguir destapando escándalos improbables.

La España democrática de la derecha es amplia. Incluye jueces cuyo gobierno atrincherado lleva cinco años sin representar la voluntad popular, Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado dispuestos a trabajar contra rivales políticos –un saludo a Alberto Rodríguez–; medios de comunicación que, sin representar la diversidad ideológica, tratan de convencer a la población de que el delirio es funcionamiento plenamente democrático o empresarios arrimando el hombro todo lo que pueden en dirección opuesta a lo votado por este país. El concepto de democracia que propone la derecha consiste en que sea legítimo retorcer cada pieza de ese engranaje democrático a su conveniencia. El juego tiene letra pequeña, por supuesto: las piezas del engranaje que no controla la derecha no son democráticas. Así, la mayoría parlamentaria ha dado lugar a una dictadura por la puerta de atrás, según denuncia la líder del PP Díaz Ayuso. El Tribunal Constitucional, sagrado hasta hace un cuarto de hora cuando la mayoría de derechas estaba caducada, es ahora, que ya está renovado en función de lo votado, “un cáncer” del Estado de Derecho, según lo definió un líder del PP. Del ala moderada. Hasta Felipe VI es puesto en duda si, cumpliendo sus funciones vitales básicas, rubrica con su firma lo decidido por la mayoría del Parlamento.

Para rescatar de forma democrática a España todo vale. Desde el drama hasta la comedia. Desde el espionaje y fabricación de pruebas falsas contra rivales políticos, como defendía hace unos días Ayuso, hasta relacionar democráticamente en sede judicial a Puigdemont con la invasión de Ucrania. Desde aplaudir que grandes empresas abandonen el país hasta difundir bulos sobre la economía española en Bruselas. Desde atrincherarse en el Poder Judicial para tener en las togas una mayoría que la población les niega, hasta negar al Tribunal Constitucional cuando ya no lo controlan. Si entendemos por España al conjunto de la ciudadanía de este país con capacidad de expresar su voluntad en las urnas, no hay nadie tan independentista de España como la derecha española.

QOSHE - Nadie tan independentista como la derecha española - Gerardo Tecé
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Nadie tan independentista como la derecha española

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31.01.2024

En la manifestación del domingo 28 de enero en Madrid, Núñez Feijóo prometió que la derecha rescataría a España democráticamente. El anuncio dejó en el aire varias cuestiones: ¿era necesario especificar lo de democráticamente? Revisada la historia de este país y vista la audiencia ante la que actuaba Feijóo, tal vez sí. Y se agradece. ¿Ese rescate democrático consistirá en intentar lograr, dentro de unos cuantos años, la mayoría en las urnas que no ha sido capaz de obtener en estas últimas elecciones? Sería extraño anunciar lo obvio, así que democráticamente significará otra cosa.

De esa cosa que entiende por democracia la derecha actual nos da pistas el último movimiento judicial contra el pacto de Gobierno. Mientras García Castellón, diputado 136 del PP con escaño en la Audiencia Nacional se empeña en endosarle a Puigdemont un delito de terrorismo por aquel infarto que un ciudadano francés sufrió hace cuatro años........

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