I- Seguimos con el reto de ir por breve. Por lo demás, este es un artículo clásico con numeritos. Tan clásico que utilizará números romanos.

II- Esta amnistía, tras el boom inicial y su optimismo, se abría a dos posibilidades. a) que no entrara en vigor, por sentencia del TC. O que b) no se aplicara, de manera absoluta o parcial, debido a que los jueces, constituidos en movimiento Occupy the Congreso, podían b.1) dilatar la aplicación de la amnistía con cuestiones prejudiciales al TJUE, o bien podían b.2) inutilizar la amnistía, planteando recalificar los delitos ya expuestos en un caso, y aportar otros nuevos, creativos e improbables, pero no contemplados en la amnistía. Se estuvo cerca de b.1) y/o b.2). Pero, finalmente, eso parece, ha pasado c).

III- La cosa c) empezó a pasar el sábado, cuando apareció, en Vilaweb –un medio tan próximo a Junts que, si no toma medidas, puede quedar embarazado–, una entrevista a Gonzalo Boye, el abogado de Puigdemont. Lo que nos lleva a un breve inciso, o, como diría Pijus Magnificus, al punto IV.

IV- Los partidos que tienden a la sustitución de la política por la guerra cultural suelen ser estructuras pequeñas y próximas a la empresa. En ese sentido, Junts, esa empresa, externalizó la negociación de la amnistía –como si fuera un comedor escolar– en la figura de un subcontratado, el abogado del jefe, que, en la entrevista aludida, hacía algo inaudito. No se lo pierdan.

V- El hombre que negociaba la amnistía con el PSOE, el responsable de las aportaciones de Junts a la amnistía, que Junts exhibía como unas mejoras que tiraban de espaldas, reconocía que la ley tenía un agujero sensacional: el pack terrorismo. Reconocía que ese boquete era difícil de solucionar, y que podía llevar a muchas personas al trullo. Esto es, uno de los autores de la amnistía, y su único autor por el tercio Junts, parecía quererse lavar las manos, entonar un yo-ya-lo-dije, y desvincularse de su propia obra, una Capilla Sixtina. Parecía que un barco se hundía.

El hombre que negociaba la amnistía con el PSOE reconocía que la ley tenía un agujero sensacional

VI- De hecho, la amnistía presenta tres puntos oscuros, sensibles de provocar la ruina. Oscuridad 1) la suspensión de las cautelares –exemplum: suspender las órdenes de detención emitidas por un juez–, en el caso de que, por planteamiento de una cuestión prejudicial –una pregunta de un juez al TJUE–, o por interposición de un recurso al TC, la aplicación de la ley quedara suspendida para ese caso concreto. Es decir, que al quedar suspendida la ley para ese caso, también quedaría suspendida la suspensión de las cautelares, contemplada en la ley. Tiene guasa. Oscuridad 2) y 3) son, respectivamente, la cosa terrorismo y la cosa traición.

VII- Son insalvables las oscuridades 2) y 3). Una amnistía no puede amnistiar esos delitos. Que, por otra parte, y esto es lo gordo, no sucedieron. Sobre el delito de terrorismo, traído a colación, de manera muy alegre, y cercana a la parcialidad, por el juez García-Castellón: no solo puede invalidar la amnistía, sino que, además, Puigdemont jamás ha estado tan cerca de la extradición, en tanto que ningún juez, en ningún país de Europa, negaría una extradición/euroorden por terrorismo. Ni el TS, que se sacó de la chistera, zas, la cosa rebelión, se hubiera atrevido a tanto. Sobre el delito de traición: es altamente improbable, pero tiene recorrido, pues en un momento sujétame-el-cubata, uno de los amigotes de Puigdemont confesó ante las cámaras ese delito, con todas las letras, para llamar la atención ante su público consumidor. Y sí, hubo contacto con Rusia para hablar de cosas de procesistas, lo que invalida ante Europa al procesismo. Pero, todo apunta a ello, tan solo se trató de una tarde divertida para un funcionario, escuchando a la Loca Academia de Estadistas.

VIII- El Deep State sabe de esas dos oscuridades. Y ha optado por ellas. Por eso mismo, y si descartamos la telepatía, los jueces García-Castellón –el Rey Misterio del Terrorismo–, y Joaquín Aguirre –el Niño de la Traición– han prorrogado la investigación de sus respectivos casos seis meses, el tiempo suficiente como para boicotear, de manera efectiva, la amnistía, para mantener el agujero negro vivo.

IX- Sobre el futuro inmediato: después de que Junts impidiera su aprobación, la amnistía vuelve a la Comisión del ramo, donde será reconstruida, pero no tanto, pues su reelaboración partirá del texto actual, así como de las enmiendas que quedan colgando por ahí. Al ser tramitada por el procedimiento de urgencia, tendrá que estar lista en 15 días –puede no estarlo, lo que sería un game over–. Si se aprueba en el Congreso –no tiene por qué pasar eso, como hemos visto hoy; game over, etc.–, luego va al Senado. En el peor de los casos, la ley, si sigue viva, podría estar aprobada, y con su fantástico agujero negro en medio, en abril o mayo.

X– Junts se ha lucido. Sus aportaciones –de una calidad escasa– desde el pasado 27 de enero carecen de valor. Su valor, por el que Junts puede volver a jugar otros 15 días, ha sido apostar por criterios subjetivos para valorar el terrorismo, no por criterios objetivos. Es decir, por ampliar la interpretación, ese chollo para un juez parcial.

XI– La otra aportación ha consistido en defender una amnistía que se pueda aplicar a Puigdemont, no a las personas que se creyeron los fakes procesistas. En ese sentido, y en este momento, se está juzgando a un grupo de jóvenes de Manresa, a los que se les piden 10 años –10 años, 10 años– por desórdenes públicos. Glups. Unos jueces ven en ello justicia, y Junts parece no ver, ni querer evitar, más injusticia que la que sufren sus líderes.

XII– La continuidad del Gobierno, por cierto, no se ve afectada por el plantón de Junts a la amnistía. Pero sí lo de ir aprobando leyes. Lo que ya era una agonía, como se ha visto hoy.

QOSHE - El agujero - Guillem Martínez
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El agujero

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31.01.2024

I- Seguimos con el reto de ir por breve. Por lo demás, este es un artículo clásico con numeritos. Tan clásico que utilizará números romanos.

II- Esta amnistía, tras el boom inicial y su optimismo, se abría a dos posibilidades. a) que no entrara en vigor, por sentencia del TC. O que b) no se aplicara, de manera absoluta o parcial, debido a que los jueces, constituidos en movimiento Occupy the Congreso, podían b.1) dilatar la aplicación de la amnistía con cuestiones prejudiciales al TJUE, o bien podían b.2) inutilizar la amnistía, planteando recalificar los delitos ya expuestos en un caso, y aportar otros nuevos, creativos e improbables, pero no contemplados en la amnistía. Se estuvo cerca de b.1) y/o b.2). Pero, finalmente, eso parece, ha pasado c).

III- La cosa c) empezó a pasar el sábado, cuando apareció, en Vilaweb –un medio tan próximo a Junts que, si no toma medidas, puede quedar embarazado–, una entrevista a Gonzalo Boye, el abogado de Puigdemont. Lo que nos lleva a un breve inciso, o, como diría Pijus Magnificus, al punto IV.

IV- Los partidos que tienden a la sustitución de la política por la guerra cultural suelen ser estructuras pequeñas y próximas a la empresa. En ese sentido, Junts, esa empresa, externalizó la negociación de la amnistía –como si fuera un comedor escolar– en la figura de un subcontratado, el abogado del jefe, que, en la entrevista aludida, hacía algo inaudito. No se lo pierdan.

V- El........

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