1- En términos generales, es aconsejable dar un paso atrás cuando se escucha hablar de la política como ajedrez, como triunfo de la inteligencia. Porque, en efecto, la política es una región de la inteligencia, ese sello de la humanidad. Lo que convierte a la inteligencia en algo sometido a las pasiones humanas. En política, como en todo lo humano/inteligente, no existe, por eso mismo, lo frío y calculador, sino su contrario, lo caliente y calculador. Es difícil, así, analizar la inteligencia de la política, pues muchas veces transcurre en la pasión, esa ausencia, a veces absoluta, de inteligencia. Otra variable que hace difícil la lectura de la política es que, como cualquier otro sitio, está repleta de yos, individuales y colectivos, que transportan a cuestas sus Rosebuds, más o menos descifrables –y, por lo mismo, más o menos indescifrables–. Para acabarla de liar, y como sucede en todas las actividades inteligentes y humanas más salvajes –no sé; el arte, el fútbol, el amor–, en la política es tan importante y determinante la verdad como el engaño. Se pueden hacer todo tipo de trampas, al punto que Maradona llamaba a los regates, esas trampas, “mentiras”.

2- Catalunya va a ir a elecciones anticipadas, sus presupuestos se han ido al garete y con ellos los Presupuestos Generales del Estado. Y todo ello, por la cosa Hard-Rock –a partir de ahora, HR–. Lo que convierte a la cosa HR en, independientemente de que sea inteligencia, pasión, Rosebud, verdad, engaño o mentira, en algo importantísimo. El presente artículo es una biografía de la cosa HR. Spoiler: HR es parte de la historia política de Catalunya y de España. Con un muerto inesperado en su tercer acto –no se pierdan el punto 10–.

3- Todo empezó en los ochenta. Por aquella época, y tras el subidón de la designación olímpica, surgieron diversos proyectos grandiosos y ocurrentes, fundamentados en la colaboración público-privada, que es como se llamaba a la lógica, novedosa entonces, neoliberal. No acostumbraban a finalizar con éxito. Uno de ellos fue la posibilidad de construir Eurodisney en Tarragona. No hubo tal posibilidad en ningún momento, me dicen –Tarragona, que está relativamente cerca de Albacete, está relativamente lejos de Londres y Berlín–. Aun así, la sociedad civil catalana –es decir, Jordi Pujol– convenció a La Caixa para comprar unos terrenos, en los actuales municipios de Vila-seca y Salou –entonces eran un solo municipio–, para la casa del Mickey català. Lo que, en primera instancia, fue una ruina. Hasta que apareció el grupo Anheuser-Busch, dueño de diversas marcas cerveceras y de diversos parques temáticos, donde los padres se podían poner tibios a cervezas mientras sus hijos montaban en el Dragon Khan.

4- El grupo cervecero inauguró en 1995 lo que se llamó Tibi Gardens, para llamarse luego Port Aventura –en 2009, por cierto, el grupo vendió el grueso del total de sus parques a la prestigiosa empresa filantrópica Blackstone–. Era un nuevo triunfo de la colaboración público-privada, en la que lo público lo daba todo y lo privado, zas, lo recibía. Si bien, en esta emisión, por los pelos. A saber: el grupo Anheuser-Busch no era el grupo Disney, por lo que compró solo una parte discreta de los terrenos en cuestión. Aquí nace propiamente el problemón que se ha ido arrastrando hasta el siglo XXI. El problemón, a su vez, ha tenido varias etapas, que es como se divide la nada cuando quien la explica lo hace con PowerPoint.

5- La primera etapa consiste en la implicación en el proyecto –el proyecto es vender esos terrenos a un primo; poco más– de la artillería pesada. Pujol y Prenafeta –la mano derecha de Pujol para los negocios; por eso Pujol movía tanto las manos; para que no vieran moviéndose a esa otra mano–, que convocaron al negocio a Javier de la Rosa –financiero relacionado con la familia Pujol y la familia Real / ingresó en el trullo en 1994–, y a Juan José Folchi –abogado del Estado, UCD, Conseller de Economía con Tarradellas, AP y emprendedor, al punto que en 2004 entra en la cárcel por sus cosas con De la Rosa–. Esta etapa resulta infructuosa, al punto que no venden una escoba. El único logro importante es que De la Rosa consigue colocar a su secretaria, la hermana de Folchi, a Pujol, que la ubica como secretaria general del Parlament de Catalunya, ese símbolo. Permanece en el cargo hasta que, cinco legislaturas después, lo deja, en 2015, cuando ve venir lo de 2017. En 2023 trascendieron cobros, emitidos por el Parlament –de 14.000 a 15.000 pepinos mensuales en el periodo 2018-21, casi un millón–, posteriores a su jubilación. La vida parlamentaria catalana es, como ven, muy rica.

6- Con la venta de los terrenos condenada –literalmente; los vendedores estaban en chirona–, y Pujol retirado, es el momento de la pareja formada por el president Artur Mas y Andreu Mas-Colell, su conseller d’Economía para la Liga 2010-16, del que se decía que era candidato al Nobel de Economía –si eso era cierto, dejó de serlo cuando, como conseller, vende el patrimonio de la Gene para pagar gasto corriente–. Introductor en Catalunya de una de las austeridades más rigurosas de Europa, su obra aún está en parte vigente, como es el caso de la a) instauración de un sorteo de lotería anual –La Grossa, o La Gorda, para no confundirlo con El Gordo–, con el que la Gene ganaría ingresos para algún tipo de obra social, y el b) precio desmesurado de las matrículas universitarias catalanas, donde todo el mundo parece, por lo que paga, que estudie para astronauta. Bueno, ese intelectual debía de tener un mundo interior insondable, pues para animar la venta contactó con dos personas ímprobas, como lo son Sheldon Adelson –el gran ideólogo de Las Vegas– y Stanley Ho –lo mismo, pero en Macao–. El futuro HR se llama ahora Eurovegas. Es más grande que el actual proyecto HR, si bien, me dicen, comparte trazos estéticos. Puedes llegar al centro de Eurovegas en tu yate. Jugar, pillar unas pilinguis y partir en tu barco hasta BCN, a comer una paella y, por el camino, puedes tirar a las pilinguis al agua, a ver si saben nadar. La Gene se entrega. Pero el negocio, que estuvo a punto de firmarse, murió como mueren los amores o las colillas: cuando están más calientes. La razón: para satisfacer las demandas de Adelson, la Gene tenía que ser Estado. Más concretamente, un Estado feudal, o punto 7.

7- Adelson reclamaba que en los casinos se pudiera fumar en modo Martínez, así como la libre entrada de menores. Ante la imposibilidad de obtener todo eso, se fue al país de la libertad. Madrid. Si bien, y al no ser una empresa sanitaria, ni siquiera ahí consiguió eliminar la historia desde el siglo XVIII. Eurovegas muere. Pero, en 2012, nace BCN-world.

8- La Gene/Mas/Mas-Colell, que compraría los terrenos a La Caixa para revenderlos a un hipotético cliente –lo dicen alegremente, además, como si eso fuera normal, y no la esencia de un negocio extraño, tal vez de una dinámica–, pasó a confiar en Veremonte, una empresa del vasco-valenciano Enrique Bañuelos, un hombre hecho a sí mismo que, a través del negocio del ladrillo en la costa valenciana del PPerato, llegó a aparecer en la lista Forbes. Bañuelos desaparece del negocio en 2014. Pero no la pasión por la venta de esos terrenos, el único compromiso, la única política común entre el procesismo y el PSC durante los años de suspensión de la política en Catalunya / el procesismo. En 2017 aparece un posible cliente. Se trata de HR, una empresa que pertenece a la Gran Nación Seminola, la gran tribu india de Florida. HR, por cierto, reparte, anualmente, 100.000$ a cada miembro de la tribu, donados a sus casinos por millones de rostros pálidos de todo el mundo. Para solventar la oposición local al proyecto, perceptible, se acuerda hacer una consulta ciudadana. Que, no se lo creerán, no se llega a hacer. Para animar la venta, la Gene cuenta de serie, desde 2014, con una rebaja fiscal para juegos de azar en esos solares, que pasa del 55% al 10%. La venta se preformaliza en 2018, cuando la Gene da luz verde al proyecto. Es inminente. Pero se dilata. Por problemas judiciales y por la pandemia, así como por la imposibilidad de materializar la compra hasta que se modificara el Plan Director Urbanístico. Ese PDU estaba congelado. Sin movimiento alguno. Hasta el último septiembre. Se ha interpretado esa modificación en el PDU como la señal de partida para la definitiva venta de los terrenos. Si no se vendieran, por cierto, la Gene tendría que compensar económicamente y a lo bestia a los seminolas, que ya se saben lo de los espejuelos y los abalorios.

9- Los partidos antiguos celebran esa posible venta. El PSC –el actual ministro de Industria, el exalcalde de BCN, Jordi Hereu, ha bendecido el proyecto; Illa no enfrió la batalla por HR, que ha enviado al garete los presupuestos– y ERC –no están muy apasionados con el tema, pero no lo evitan, al punto de haber preferido no emitir presupuestos que posicionarse contra La Caixa abiertamente, parece– tienen una relación antigua con el proyecto, anterior, incluso, a la compra de terrenos por parte de La Caixa. Es una manera lejana de hacer política y facilitar negocios, que esos partidos transportan sobre sus espaldas. Es su Rosebud, el recuerdo de otra época de la que no pueden separarse. Junts está en modo no emitir, sin capacidad para reanudar aquella normalidad en la cría y engorde de negocios que ellos mismos interrumpieron en la austeridad, cuando no hubo ese tipo de negocios por un tiempo, por lo que tuvieron que inventarse algo, rápidamente, para justificar la pasión. Pero, por encima de todo, pasa, sucede lo que se fija en el punto 10. Es la inteligencia, la pasión, el Rosebud, la verdad, el engaño o la mentira del caso. Algo, por tanto, importantísimo.

10- Desde los ochenta hasta hoy –cinco décadas; se dice rápido– una élite política y financiera no ha sabido solventar un negocio para el que contaron con casi todas las posibilidades, incluso las no confesables. Esos terrenos, ese negocio irrealizable, que ahora puede cerrarse o no, explica lo que ha pasado en esas décadas. Lo que empezó a pasar antes, y cuya percepción intentó paliar, con éxito, Pujol. Algo que el procesismo, ese postpujolismo, intentó exorcizar sin saberlo. Algo, en fin, importante: la derecha política y financiera catalana es, hoy y desde hace ya décadas, marginal. Carece de fuerza. Pasó su momento, iniciado a finales del siglo XIX. Esos terrenos no son su canto del cisne. Son su necrológica.

QOSHE - Hard Rock, una biografía - Guillem Martínez
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Hard Rock, una biografía

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21.03.2024

1- En términos generales, es aconsejable dar un paso atrás cuando se escucha hablar de la política como ajedrez, como triunfo de la inteligencia. Porque, en efecto, la política es una región de la inteligencia, ese sello de la humanidad. Lo que convierte a la inteligencia en algo sometido a las pasiones humanas. En política, como en todo lo humano/inteligente, no existe, por eso mismo, lo frío y calculador, sino su contrario, lo caliente y calculador. Es difícil, así, analizar la inteligencia de la política, pues muchas veces transcurre en la pasión, esa ausencia, a veces absoluta, de inteligencia. Otra variable que hace difícil la lectura de la política es que, como cualquier otro sitio, está repleta de yos, individuales y colectivos, que transportan a cuestas sus Rosebuds, más o menos descifrables –y, por lo mismo, más o menos indescifrables–. Para acabarla de liar, y como sucede en todas las actividades inteligentes y humanas más salvajes –no sé; el arte, el fútbol, el amor–, en la política es tan importante y determinante la verdad como el engaño. Se pueden hacer todo tipo de trampas, al punto que Maradona llamaba a los regates, esas trampas, “mentiras”.

2- Catalunya va a ir a elecciones anticipadas, sus presupuestos se han ido al garete y con ellos los Presupuestos Generales del Estado. Y todo ello, por la cosa Hard-Rock –a partir de ahora, HR–. Lo que convierte a la cosa HR en, independientemente de que sea inteligencia, pasión, Rosebud, verdad, engaño o mentira, en algo importantísimo. El presente artículo es una biografía de la cosa HR. Spoiler: HR es parte de la historia política de Catalunya y de España. Con un muerto inesperado en su tercer acto –no se pierdan el punto 10–.

3- Todo empezó en los ochenta. Por aquella época, y tras el subidón de la designación olímpica, surgieron diversos proyectos grandiosos y ocurrentes, fundamentados en la colaboración público-privada, que es como se llamaba a la lógica, novedosa entonces, neoliberal. No acostumbraban a finalizar con éxito. Uno de ellos fue la posibilidad de construir Eurodisney en Tarragona. No hubo tal posibilidad en ningún momento, me dicen –Tarragona, que está relativamente cerca de Albacete, está relativamente lejos de Londres y Berlín–. Aun así, la sociedad civil catalana –es decir, Jordi Pujol– convenció a La Caixa para comprar unos terrenos, en los actuales municipios de Vila-seca y Salou –entonces eran un solo municipio–, para la casa del Mickey català. Lo que, en primera instancia, fue una ruina. Hasta que apareció el grupo Anheuser-Busch, dueño de diversas........

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