Imagen ilustrativa.

Hace solo unos días el equipo nacional de béisbol que nos representaba en el Panamericano Sub15, con sede en Santo Domingo, Dominicana, perdió toda posibilidad de incluirse en el Campeonato mundial de la categoría. Antes tampoco la consiguieron los niños en la Sub 12 en Aguascalientes, México, y tampoco pudieron los mayores de Sub 23 en Managua, Nicaragua.

La pregunta del título no es casual. No debemos perdernos en el análisis de los partidos perdidos (por cierto, en el sub 15 de ahora apenas le ganamos a Perú y Guatemala, naciones sin tradición), sino en la interpretación de cómo se prepara una selección para enfrentar ese nivel, cuando los juegos en casa no son suficientes para adquirir habilidades y experiencia. O cuando los campeonatos se suspenden por temas económicos y las nóminas se hacen a partir de la apreciación de estadísticas frías.

Pero hay más. Esa categoría debió ser prioridad porque es la única donde conservamos podios mundiales en los últimos años (éramos los actuales subcampeones del orbe), aunque de ese conjunto que nos hizo vibrar en el 2022 solo va quedando un muchacho en Cuba. ¿Este antecedente no debía alertarnos de que las cosas no se pueden seguir haciendo siempre de la misma manera como se han hecho hasta ahora?

Algo muy similar pasó con los niños del Sub 12. No hubo certamen nacional y con el talento natural de esa edad no les bastó para lograr el pasaporte mundialista. ¿Era previsible? Sí. No se puede apostar en el béisbol moderno, y más en estas categorías pequeñas, a un dominio perfecto del ABC.

El béisbol es de jugar y jugar, para que salga el hit a la hora buena, para que los nervios no flaqueen en extrainning, para aprender a llevar conteos y realizar ajustes en la caja de bateo, para saber hacia dónde correr o batear cuando no hay out o solo uno en la pizarra, por apenas poner cinco ejemplos que, aunque nos duela reconocerlo, en la Serie Nacional se presentan todavía.

Lo sucedido en la Sub 23 lo hablamos también en su momento. Se nos escapó el cupo al mundial porque no se puede apostar al error del contrario cuando los tuyos saltan solos. No se puede aspirar a las victorias con un staff de lanzadores descontrolado e inseguro. Y lo más doloroso, admitimos que fuimos con los mejores hombres que teníamos y no pudimos ni siquiera anidar entre los cuatro primeros. ¿A alguien le dolió más que a esos propios peloteros, que se vieron impotentes ante escuadras con nivel profesional ya en esa categoría?

Sin embargo, el lastre más pesado de estos tres boletos que flotaron por delante de Cuba y quedaron en el aire, sigue estando en que cada generación de estos peloteros (niños, adolescentes y juveniles) va creciendo sin saber lo que es ganar, se lo trasladan a sus compañeros en sus provincias y el ciclo se repite año tras año a nivel internacional. Desde la Serie del Caribe del 2015 no nos colgamos un oro verdadero y de calidad entre bolas y strike.

Saldrán algunos a recordarme el cuarto lugar del Clásico Mundial. Siempre lo dijimos.: que ese espejo no nos mate. Hubo muchas variables que se cruzaron, incluida la suerte, para volver a figurar entre los cuatro primeros. Se logró, pero la mirada hacia la base sigue pendiente de recursos y voluntad, inteligencia y creatividad. ¿Hay algo más detrás de la fachada de tres adiós a mundiales? Sí. Una profunda insatisfacción del pueblo. Y mucho más trabajo y compromiso de la Federación Cubana para revertir en los próximos eventos ese sabor amargo que duele hasta la médula. Al menos a quienes todavía amamos el béisbol con nuestras vidas.

QOSHE - ¿Qué está detrás del adiós a tres mundiales de béisbol? - Joel García
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¿Qué está detrás del adiós a tres mundiales de béisbol?

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24.03.2024

Imagen ilustrativa.

Hace solo unos días el equipo nacional de béisbol que nos representaba en el Panamericano Sub15, con sede en Santo Domingo, Dominicana, perdió toda posibilidad de incluirse en el Campeonato mundial de la categoría. Antes tampoco la consiguieron los niños en la Sub 12 en Aguascalientes, México, y tampoco pudieron los mayores de Sub 23 en Managua, Nicaragua.

La pregunta del título no es casual. No debemos perdernos en el análisis de los partidos perdidos (por cierto, en el sub 15 de ahora apenas le ganamos a Perú y Guatemala, naciones sin tradición), sino en la interpretación de cómo se prepara una selección para enfrentar ese nivel, cuando los juegos en casa no son suficientes para adquirir habilidades y experiencia. O cuando los campeonatos se suspenden por temas económicos y las nóminas se hacen a partir de la apreciación de estadísticas frías.

Pero hay........

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