Alberto Juantorena. Foto: Joel García/Facebook.

Hay deportistas que dejan de ser de su familia y sus amigos para ser de un país. Hay quienes son recordados por imágenes y narraciones tan inolvidables como las propias hazañas que las inspiraron. Hay quienes pasan a la historia por un acontecimiento único y no son más grandes por ser irrepetibles, sino por la humildad con que llevan ese peso dorado.

Todo eso y más flota, corre y vive en Alberto Juantorena. Su cumpleaños 73 lo tiene hoy de reposo en casa. No cuenta ya con la vitalidad atlética de Montreal 1976 o de La Habana 1982. Tampoco es posible su acompañamiento a los maratones populares por todo el país. Su mirada y sus palabras andan también de reposo, pero al final todos sentimos que quienes debemos hablar y hasta gritar su nombre un 21 de noviembre somos quienes crecimos admirándolo desde una pantalla o simplemente por cada zancada de triunfo que nos regaló.

Nunca olvidaré que al llegar a Guinea Ecuatorial e identificarme como cubano, un custodio de la casa donde me quedaría buscó en su memoria y soltó a bocajarro: Cuba es Juantorena, Stevenson y continuó la enumeración con artistas y políticos íconos. Tampoco puedo dejar de escribir la confesión de Héctor Rodríguez en una tarde lluviosa: La frase me salió porque lo vi que venía con el alma, dando el extra después de haber corrido casi todos los días en aquellos Juegos Olímpicos.

A finales del 2021, a punto de cumplir los 71 años nos visitó al periódico para premiar un concurso cuyo mayor regalo era unas zapatillas firmadas por él. Foto: Joel García/Facebook.

A finales del 2021, a punto de cumplir los 71 años nos visitó al periódico para premiar un concurso cuyo mayor regalo era unas zapatillas firmadas por él. Recorrió todas las áreas, saludó y se tiró fotos con todo el que se la pidió y reconoció que nunca antes había visto cómo se hacía una publicación, a pesar de que soy amigo de muchos periodistas.

Lo despedí en el parqueo del Poligráfico, donde por cierto había dejado el carro en una loma porque le fallaba el motor de arranque. No salía de la casa hace muchos meses porque tengo que cuidarme, ya estoy pasado en cuanto a la edad que duran los deportistas de alto rendimiento en el mundo, me dijo entre sonrisas y certezas, pues había acabado de leer sobre este tema en una investigación realizada por la Federación Internacional de Atletismo, de donde era vicepresidente.

Sin embargo, nada me conmovió más de todas las veces que pude hablar, entrevistar o compartir con Juantorena que una llamada a mi celular esa misma noche. Te llamo para agradecerte por la invitación al periódico. Menos mal que no estoy olvidado todavía. Puedo jurar que de la sorpresa pasé a una sentencia que vuelvo a regalarle hoy en sus 73 años. Aquí el agradecido por esta llamada y por poder decirle a alguien que soy amigo de Juantorena soy yo.

Las felicidades de hoy van acompañadas con ese mismo agradecimiento y pasión.

Alberto Juantorena en el periódico Trabajadores. Foto: Joel García/Facebook.