Foto: Tomada de la página del autor en Facebook.

Los primeros 20 juegos para las seis selecciones involucradas en la segunda versión de la Liga Élite del Béisbol Cubano ya son historias. Justo a la mitad del campeonato, no faltan números, detalles y lecciones que pasan de boca en boca entre aficionados y especialistas, en tanto el torneo todavía sigue alejado de las reales aspiraciones de calidad y espectáculo que añoramos ver.

Hemos visto de todo en esta primera parte. Y no solo me refiero a los números o estadísticas que se comparan casi siempre con la edición anterior; sino también utilización de bates no reglamentados, árbitros que retrasan el inicio de un partido por llegar tarde; nóminas movedizas y bien diferentes a lo que cada mentor escogió con antelación, así como cierta guapería beisbolera (la mayoría sin sentido).

En cuanto a la esencia del certamen Industriales se lleva las palmas con un primer puesto casi desde el inicio. La particularidad de esta actuación va recayendo en el rendimiento de los refuerzos, algo que en épocas pasadas no sucedía, por aquello de que "el uniforme azul pesaba". ¿Ahora no? ¿O ha perdido peso esta camiseta que lleva 13 años sin ganar un campeonato en Cuba?

La otra nota destacada como colectivo la va poniendo Sancti Spíritus, guiado por un Frederich Cepeda, que impuso récord de extrabases para nuestros clásicos domésticos y tiene inspirados a los muchachos para buscar un puesto en los play off. A esa instancia deben entrar Matanzas y los campeones de Las Tunas, aunque Artemisa va rindiendo una excelente faena, apoyado en una temible ofensiva y en un mentor inteligente como Yulieski González, quien debutó en estas funciones en la pasada Serie Nacional, pero sabe sacarle el extra a sus peloteros.

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La nota discordante y hasta sorpresiva va resultando Santiago de Cuba, que en el fondo de la tabla tendría que tener una segunda mitad de ensueño para colarse en la discusión de podios. Para ser justo, la salida de su mentor para el premundial sub 23 puede haber influido, pero no ha sido determinante. Un anémico bateo (244) y 36 errores en 20 desafíos lo dice todo.

Más allá de jugar nocturno en cinco estadios y un poco más de público en esta etapa preliminar, la Liga va pidiendo a gritos la incorporación de otros atractivos que todos reclaman (patrocinios y mayores incentivos económicos) en función de que pueda motivar esa calidad soñada, que siempre estará erosionada por fenómenos sociales que vive la sociedad cubana en estos tiempos.

Las transmisiones en apenas dos parques y alguna que otra polémica sobre los jóvenes narradores en el inicio del certamen también matizaron el ambiente de esta Liga Élite hasta la fecha.

Ojalá en lo adelante veamos mejor pelota. Menos errores con el guante y la mente; pitcheo más inteligente y bateo más oportuno; partidos más cerrados y emotivos. ¿Pedimos mucho?

(Tomado de la página del autor en Facebook)