No me refiero solamente a saber el nombre de quien apretó un gatillo (quizás el más evidente y ostensible entre varios gatillos), ese aciago 4 de abril de 1968, más de 56 años atrás, en que fue asesinado en Memphis (Tennessee, EE.UU.). el Dr. Martin Luther King Jr., insigne luchador por la paz, la igualdad y la justicia.

Caín quien era labrador mato a su hermano menor Abel el pastor, porque sus ofrendas gustaron a Dios más que las suyas, Genesis 4, 1-18. Pintura del siglo XV

El concepto clásico (y el origen de la palabra) asesinato es derivado del término Hachís, droga parecida a la marihuana que utilizaba Hasan Dan Sabbah (1) para motivar a sus seguidores (la secta de los “asesinos”) encargados de ejecutar crímenes políticos, normalmente a costa de sus vidas. Hasta el presente, la droga continua siendo un factor en los crímenes políticos, o se usa para financiarlos.

El primer asesinato de que tenemos alguna “referencia”, fue la muerte de Abel a manos de su hermano Caín, envidioso de los favores que el suponía le daba Dios a Abel. Caín, era el primogénito de Adán y Eva, y tomando en cuenta los paradigmas bíblicos debía ser el preferido, la muerte de Abel es de hecho una leyenda de “asesinato político”.

Ya en un marco histórico definido, se puede citar el asesinato de Julio Cesar, por un grupo de senadores romanos en los idus de marzo (15 de marzo) del 44 a. C., hecho considerado por algunos como el más significativo de la historia eurocéntrica, después solamente de la muerte de Jesús de Nazareth, tres cuartos de siglo después.

Julio Cesar es asesinado por los senadores. Pintura de Vicenzo Camuccini (1805

En el mundo de hoy, asesinatos, derrocamientos de gobiernos opuestos a las políticas de EEUU, golpes de Estado, financiación y entrenamiento de grupos paramilitares o secuestros selectivos forman parte de la polémica historia de la CIA y sus organizaciones asociadas dentro y fuera (Mossad, MI – 6, SINA, PIDE, etc.) de los Estados Unidos

La CIA nació el 18 de septiembre de 1947, día en que entró en vigor la Ley de Seguridad Nacional, promulgada por el entonces presidente de Estados Unidos, Harry Truman (1945-1953) para aunar el fragmentado cuerpo de inteligencia en el extranjero.

La CIA tomó el testigo de la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS), creada en plena II Guerra Mundial (1939-1945) diz que para evitar ataques por sorpresa como el bombardeo japonés contra la base naval estadounidense de Pearl Harbor (Hawái), el 7 de diciembre de 1941, que desencadenó la entrada de Estados Unidos en la contienda.

Todo lo que rodea a la Agencia es “top secret”, como su plantilla y su presupuesto, aunque una información filtrada en 2023 arroja cifras impresionantes: 31.575 empleados y 24.700 millones de dólares (2). La CIA tiene (legalmente pero no en la realidad) prohibido actuar en territorio nacional estadounidense y solo rinde cuentas, en teoría, ante el presidente de EEUU.

En el tema que nos ocupa, el asesinato político, la CIA tiene un vasto historial: el guerrillero heroico Ernesto Che Guevara en Bolivia en 1967, al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz trataron de matarlo en más de 600 intentos; a su propio ex - agente Osama bin Laden, a Omar Torrijos, Ahmed Sukarno (denegándole asistencia médica), Rafael L. Trujillo (dictador “quemado”), Patrice Lumumba, Ngo Dinh Diem, y una larguísima lista de otros mandatarios y lideres en varios continentes

Tres imágenes para la inmortalidad. Fidel Castro sobrevivió 634 intentos contra su vida, Ernesto Guevara y Patrice Lumumba asesinados por el imperialismo. Fotos Archivo.

Pese a sus múltiples fiascos, el mito de la CIA tal como organización infalible y omnipresente se ha perpetuado durante décadas no sólo en la mente de sus enemigos, sino en el imaginario de muchos estadounidenses influidos por los filmes de acción a la Rambo, 007 y muchos otros, que no siempre reflejan a la CIA como tal, sino a su cultura del crimen y la intervención en los asuntos de otros países. Hollywood “no nos refleja bien. Las películas muestran explosiones, persecuciones de automóviles (...), heroísmos. Esa no es nuestra vida”, aseguró, bajo anonimato, un historiador de la CIA.

El atentado contra Kennedy, el presidente número 35 de Estados Unidos, es junto al de A. Lincoln un siglo antes, de los más conocidos y notorios crímenes de la historia de los EE.UU. Ocurrió en una caravana de autos convertibles en la que desfilaba con su esposa Jacqueline Kennedy, el 22 de noviembre de 1963, en Dallas Texas.

Recibió dos disparos -uno en la cabeza- provenientes del arma (o armas) de un francotirador (o varios). Por este crimen fue arrestado Lee Harvey Oswald, un exmarine estadounidense quien se presume fue el tirador, pero a quien no se pudo someter a juicio ya que dos días después de su detención fue asesinado en tenencia de la Policía.

Al ser interrogado, Oswald se declaró inocente del magnicidio y dijo ser un “chivo expiatorio”, mas tarde cinco “investigaciones” gubernamentales concluyeron que Oswald disparó desde el sexto piso del Texas School Book Depository. Estas 5 investigaciones, han arrojado más confusión que luz acerca de cómo se efectuó el crimen, y no se trató de entender las causas del mismo. Se mantuvo la repetitiva idea de un desquiciado extremista que lo ejecutó como un acto aislado y fortuito.

El motivo no está claro y alrededor del magnicidio hay múltiples teorías de conspiración. Kennedy había ejercido como presidente desde el 20 de enero de 1961 y durante sus cerca de tres años en la Casa Blanca lanzó la invasión fallida estrepitosamente de Bahía Cochinos (Playa Girón) para derrocar a Fidel Castro (iniciando además los muchos intentos de asesinarlo), así mismo la crisis de los misiles (de Octubre) en Cuba de 1962, que puso en vilo al mundo entero por el temor a una guerra nuclear entre Estados Unidos y la Unión Soviética.

Entre otras de sus políticas vistas con una mejor luz, Kennedy promovió la carrera espacial estadounidense y le dio ciertas garantías al Movimiento por los Derechos Civiles del posteriormente también asesinado Martin Luther King.

El crimen de Martin Luther King Jr. descabezó a un vibrante movimiento de los Derechos Civiles, que escalaba a la lucha más amplia contra la explotación y la desigualdad. Un movimiento de millones de personas. Acusar a Jame Earl Ray como el único criminal fue una solución que permitiera mostrar el asesinato de MLK como un acto puntual e irracional y negar la participación en el mismo de los altos estratos del sistema capitalista estadounidense. Igual ocurre con los asesinatos de los hermanos Kennedy en noviembre 1963 y junio 1968, sabemos quién es el que - o uno de los que – disparó, pero no los interesados en que esas muertes se produjeran.

Lyndon B. Johnson era el vicepresidente de los EE.UU. en el caso de John F. Kennedy, y presidente en los otros dos mencionados. Solo referente al magnicidio de JFK se estima que se han hecho públicos unos 320.000 documentos relacionados con el asesinato, y más de 4.600 (probablemente los más sensitivos) permanecen clasificados. Decenas de comisiones, reportes especiales e investigaciones no ha aportado nada significativo. Mas vale leer los libros y escritos del General de División (ret.) Fabián Escalante (3) sobre el tema, mucho más informativos y fidedignos. Con respecto a RFK y MLK, en similar estilo, cada día que pasa, menos claridad.

El destacado líder del movimiento progresista y pacifista de los EE.UU. y del mundo, yacía agonizante en el balcón del motel Lorraine.

Hoy día, la amenaza del fascismo en su forma más tóxica se cierne sobre los Estados Unidos, corporizado en Donald Trump y sus seguidores de MAGA. Por todo ello tiene mucha importancia dejar bien claro que el asesinato del Dr. Martin Luther King Jr., del presidente John F. Kennedy, de Robert F Kennedy (principal candidato presidencial en 1968), e incluso tiempo después, los rarísimos “accidentes” de un tercer hermano, el senador Edward “Ted” Kennedy y del hijo del presidente asesinado, John F. Kennedy Jr., sean casos dilucidados fuera de toda duda. Y quizás más importante aún, que estos crímenes y “accidentes” no estén relacionados entre sí. (4)

El que a hierro mata, a hierro muere (Mateo 26 52). El nombre del “hierro” es la CIA (y el “crimen organizado”, su dilecto instrumento). Quienes los usan pueden convertirse también en sus víctimas. Fotos The Guardian.

Concentrándonos en el caso del gran líder pacifista Dr. Martin Luther King Jr., el proceso que culminó en su asesinato comenzó casi una década antes del mismo.

Martin Luther King fue asesinado, entre otras cosas, por su extraordinario poder de convocatoria. Foto The Hill

MLK tuvo ya en 1958 varios enfrentamientos dramáticos con las autoridades segregacionistas, que frecuentemente respondieron violentamente. King fue encarcelado varias veces. El notorio represor J. Edgar Hoover, quien era director del FBI en esa época, consideraba a King un “radical” y lo convirtió en objeto de una atroz persecución desde 1963 en adelante. Los agentes del FBI lo investigaron por posibles vínculos comunistas, espiaron su vida personal y lo grabaron en secreto. En 1964, el FBI envió a King una carta anónima con amenazas, que él interpretó como un acto de guerra psicológica, buscando enloquecerlo y provocarle tendencias suicidas.

James Earl Ray, supuesto asesino de Martin Luther King Jr., era entonces un fugitivo de la justicia estadounidense, que después del asesinato huyó de los Estados Unidos y fue capturado en el Reino Unido. Ray después de declararse culpable (renunciando así a un juicio con jurado y a la posibilidad de una pena capital), fue sentenciado a 99 años de prisión en 1969. Falleció en 1998 en el hospital de la cárcel de máxima seguridad donde se le recluía.

En 1993, Loyd Jowers, el dueño de un restaurante cercano, comenzó a afirmar públicamente que había sido parte de una conjura para asesinar a MLK y que Ray era un chivo expiatorio. En un juicio civil en la ciudad de Memphis en 1999, un jurado concluyó unánimemente que Jowers era responsable del asesinato, que King era víctima de una conspiración y que varias agencias gubernamentales de los Estados Unidos habían conspirado para asesinar a King e incriminar a Ray por el asesinato.

En 1993, 25 años después del asesinato, Jowers afirmó que participó en una conspiración para matar al Dr. King, junto con una supuesta figura de la mafia, agentes de policía de Memphis y un hombre llamado Raoul. Según Jowers, uno de los conspiradores disparó al Dr. King desde detrás de su restaurant.

Donald Wilson, un ex agente de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), también presentó informaciones muy sorprendentes. Wilson alegó en los primeros meses de 1998 que poco después del asesinato (de MLK), mientras trabajaba como agente del FBI, obtuvo documentos del automóvil abandonado de James Earl Ray, el criminal de carrera que se declaró culpable del asesinato del Dr. King.

Wilson afirma que los ocultó durante 30 años. Algunos de los artículos contenían referencias a un tal Raoul y figuras asociadas con el asesinato del presidente John F. Kennedy. Según Wilson, alguien que luego trabajó en la Casa Blanca, robó los otros documentos el que tomó del auto de Ray, incluido uno con el número de teléfono de una oficina del FBI.

Tanto las acusaciones de Jowers como las de Wilson sugieren que diferentes personas, conjuntamente o no con James Earl Ray participaron en el asesinato. Ray, a los pocos días de declararse culpable en 1969, intentó repudiar su confesión. Hasta su muerte en abril de 1998, sostuvo que no disparó contra el Dr. King y que fue incriminado por un hombre al que sólo conocía como Raoul. Durante 30 años, otros han alegado de manera similar que Ray fue un peón involuntario de Raoul y que una conspiración orquestó el asesinato del Dr. King.

Estas variadas teorías han generado varias investigaciones gubernamentales supuestamente “exhaustivas” sobre el asesinato, ninguna de las cuales confirmó la existencia de una conspiración. Sin embargo, en King contra Jowers (1999) , una demanda civil en el tribunal estadual de Tennessee, el jurado emitió un veredicto determinando que Jowers y otras personas no identificadas, incluidas agencias gubernamentales (también no especificadas), participaron en una conspiración para asesinar al Dr. King.

La familia King ha dicho constantemente que creen que Ray era inocente. También ha declarado que creen que el verdadero asesino (también quien disparó el arma, no los que planearon el crimen) fue un oficial del Departamento de Policía de la ciudad de Memphis, el teniente Earl Clark.

El esfuerzo del presidente J. Biden de mostrar en un comunicado de la Casa Blanca en ocasión del 56 aniversario del asesinato, que el asesino de MLK fue un fanático o un loco actuando sólo, es muy desventurada y deplorable. Pocos días después, Donald Trump dijo que él se consideraba el Nelson Mandela de hoy, en una manifestación de total pérdida de la lucidez y la vergüenza. En ambos casos lo que pretenden es cortejar el voto afroamericano para las elecciones del 5 de noviembre de 2024.

Jame Earl Ray, el chivo expiatorio, Donald Wilson ex – agente del FBI y Loyd Jowers, dueño de un restaurante frente a la escena del crimen. Fotos CBS y Politico.

No se les han dedicado suficientes recursos ni la debida diligencia a determinar las reales causas de este terrible crimen. Mas que esclarecerlo lo que se procuraba era introducir más confusión y oscuridad. Se organizaron “conspiraciones” falsas y fáciles de refutar para así “desacreditar” a las verdaderas y desviar la atención del publico lejos de la verdad.

Antes de terminar quiero precisar dos cuestiones importantes:

Por todo ello no sabemos con certeza quien ordenó la muerte de Martin Luther King Jr. (ni de los hermanos Kennedy o incluso Malcolm X). Si sabemos que fueron miembros de los círculos más reaccionarios del establishment estadounidense, del crimen organizado, del Complejo Militar Industrial; como los que hoy se agrupan alrededor de D. Trump y de MAGA, expresión visible del fascismo en los EE.UU.

Notas

El Viejo de la Montaña, líder de la secta de los Asesinos. De un grabado medieval

El Viejo de la Montaña, líder de la secta de los Asesinos. De un grabado medieval

QOSHE - ¿Por qué no sabemos de forma concluyente quién mató al Dr. Martin Luther King Jr.? - José R. Oro
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¿Por qué no sabemos de forma concluyente quién mató al Dr. Martin Luther King Jr.?

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17.04.2024

No me refiero solamente a saber el nombre de quien apretó un gatillo (quizás el más evidente y ostensible entre varios gatillos), ese aciago 4 de abril de 1968, más de 56 años atrás, en que fue asesinado en Memphis (Tennessee, EE.UU.). el Dr. Martin Luther King Jr., insigne luchador por la paz, la igualdad y la justicia.

Caín quien era labrador mato a su hermano menor Abel el pastor, porque sus ofrendas gustaron a Dios más que las suyas, Genesis 4, 1-18. Pintura del siglo XV

El concepto clásico (y el origen de la palabra) asesinato es derivado del término Hachís, droga parecida a la marihuana que utilizaba Hasan Dan Sabbah (1) para motivar a sus seguidores (la secta de los “asesinos”) encargados de ejecutar crímenes políticos, normalmente a costa de sus vidas. Hasta el presente, la droga continua siendo un factor en los crímenes políticos, o se usa para financiarlos.

El primer asesinato de que tenemos alguna “referencia”, fue la muerte de Abel a manos de su hermano Caín, envidioso de los favores que el suponía le daba Dios a Abel. Caín, era el primogénito de Adán y Eva, y tomando en cuenta los paradigmas bíblicos debía ser el preferido, la muerte de Abel es de hecho una leyenda de “asesinato político”.

Ya en un marco histórico definido, se puede citar el asesinato de Julio Cesar, por un grupo de senadores romanos en los idus de marzo (15 de marzo) del 44 a. C., hecho considerado por algunos como el más significativo de la historia eurocéntrica, después solamente de la muerte de Jesús de Nazareth, tres cuartos de siglo después.

Julio Cesar es asesinado por los senadores. Pintura de Vicenzo Camuccini (1805

En el mundo de hoy, asesinatos, derrocamientos de gobiernos opuestos a las políticas de EEUU, golpes de Estado, financiación y entrenamiento de grupos paramilitares o secuestros selectivos forman parte de la polémica historia de la CIA y sus organizaciones asociadas dentro y fuera (Mossad, MI – 6, SINA, PIDE, etc.) de los Estados Unidos

La CIA nació el 18 de septiembre de 1947, día en que entró en vigor la Ley de Seguridad Nacional, promulgada por el entonces presidente de Estados Unidos, Harry Truman (1945-1953) para aunar el fragmentado cuerpo de inteligencia en el extranjero.

La CIA tomó el testigo de la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS), creada en plena II Guerra Mundial (1939-1945) diz que para evitar ataques por sorpresa como el bombardeo japonés contra la base naval estadounidense de Pearl Harbor (Hawái), el 7 de diciembre de 1941, que desencadenó la entrada de Estados Unidos en la contienda.

Todo lo que rodea a la Agencia es “top secret”, como su plantilla y su presupuesto, aunque una información filtrada en 2023 arroja cifras impresionantes: 31.575 empleados y 24.700 millones de dólares (2). La CIA tiene (legalmente pero no en la realidad) prohibido actuar en territorio nacional estadounidense y solo rinde cuentas, en teoría, ante el presidente de EEUU.

En el tema que nos ocupa, el asesinato político, la CIA tiene un vasto historial: el guerrillero heroico Ernesto Che Guevara en Bolivia en 1967, al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz trataron de matarlo en más de 600 intentos; a su propio ex - agente Osama bin Laden, a Omar Torrijos, Ahmed Sukarno (denegándole asistencia médica), Rafael L. Trujillo (dictador “quemado”), Patrice Lumumba, Ngo Dinh Diem, y una larguísima lista de otros mandatarios y lideres en varios continentes

Tres imágenes para la inmortalidad. Fidel Castro sobrevivió 634 intentos contra su vida, Ernesto Guevara y Patrice Lumumba asesinados por el imperialismo.........

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