Desde muy temprano, a pesar del frio (- 2° C al amanecer en Connecticut) grupos de cubanos residentes en los Estados Unidos y estadounidenses solidarios con Cuba, esperamos que comience la entrada a los chequeos de seguridad.
Allí recibimos nuestros pases, que son diarios y nos permitía estar dentro del recinto de la ONU desde las 10:00 hasta las 18:00. No se podían tener puestos sellos en la ropa con consignas o entrar letreros o nada semejante.
Sabemos que el ministro del Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex) y la delegación de nuestro país, con su calma y decisiva forma de expresar las verdades de Cuba, enfrentará y derrotará cualquier intento de devaluar y diluir la resolución de condena a los Estados Unidos.
En el área designada para el público en la Asamblea General estaban presentes cubanos residentes en los estados cercanos a la gran urbe neoyorquina, hispanos, afroamericanos y estadounidenses blancos que apoyan a Cuba. También estaban periodistas, incluyendo un equipo de Telesur. Empezamos a llegar a la entrada del control de seguridad para entrar al enorme, extraordinario edificio.
A las 10:00 a.m. se reinició el debate y la votación de la resolución, programada hasta la 1:00 p.m. El primero en hablar fue el representante de Perú, al que siguieron Chile, el inspirado embajador de Brasil, Gabón, Congo, la República islámica de Irán, y varios otros países, todos ellos con importantes declaraciones a favor del fin del embargo, las palabras “Genocidio” y “Violación de los Derechos Humanos, entre ellos los cruciales Derechos a la Vida y la Felicidad fueron repetidas con frecuencia.
En ese momento fue invitado al podio el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, nuestro gran canciller Bruno Rodríguez Parrilla quien hizo una excelente, vibrante, fundamentada intervención.
Ministro de Relaciones Exteriores de la República de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla. Foto: ONU
A las 11:32 a.m. se encaminó al podio el gran canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla y expresó uno de los discursos más certeros y espectaculares que he escuchado, que fue ovacionado por los presentes tanto diplomáticos como público invitado, algo muy poco común en la práctica diaria de la Asamblea General. En menos 30 minutos dejó clara y evidente la verdad de Cuba y la mentira de los Estados Unidos. Para mí, algunas de las frases del día fueron (entre muchísimas otras):
“Durante más de seis décadas, Cuba ha resistido un despiadado bloqueo económico, comercial y financiero. Más del 80% de nuestra población actual solo ha conocido una Cuba bloqueada. El gobierno de Estados Unidos no ha cesado en sus propósitos de privar a nuestro país de los ingresos financieros indispensables, deprimir el nivel de vida de la población, imponer una escasez continua de alimentos, medicinas y otros insumos básicos y provocar el colapso económico. Con saña y precisión quirúrgica, se ataca a los sectores más sensibles de la economía y se busca deliberadamente infligir el mayor daño posible a las familias cubanas.
“El bloqueo es un acto de guerra económica en tiempos de paz, dirigido a anular la capacidad del gobierno para atender las necesidades de la población, crear una situación de ingobernabilidad y destruir el orden constitucional”.
Varios otros momentos de la intervención de nuestro gran Canciller fueron particularmente elocuentes y rotundos:
“Claro que el bloqueo no es responsable de todos los problemas que enfrenta hoy nuestro país, como ha dicho el presidente Miguel Díaz-Canel; pero faltaría a la verdad quien niegue sus gravísimos efectos y no reconozca que es la causa principal de las privaciones, carencias y sufrimientos de las familias cubanas. Mentiría quien niegue el bloqueo como una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos de todo nuestro pueblo y como el mayor obstáculo a nuestro desarrollo.”
“Ningún otro pueblo ha debido asumir un proyecto de desarrollo en semejantes condiciones, bajo agresión tan sistemática y prolongada por parte de una superpotencia. Pero Cuba continuará renovándose, en la construcción de una nación soberana, independiente, socialista, democrática, próspera y sostenible”.
“Distinguidos Delegados: Al ejercer en breve su voto, ustedes no solo estarán decidiendo sobre un asunto de interés vital para Cuba y para cada familia cubana. Su voto a favor del proyecto de resolución presentado, será también un pronunciamiento en apoyo a la razón y a la justicia, y un acto de respaldo a la Carta de las Naciones Unidas y al Derecho Internacional.
“En nombre de nuestro noble, digno y solidario pueblo, que desde hace mucho tiempo decidió ser dueño de su historia y de su futuro; en nombre de los millones de cubanas y cubanos que resisten y crean cada día frente al sistema de medidas coercitivas unilaterales más cruel y duradero que se haya aplicado jamás contra país alguno y que debe ser abolido de una vez, por el bien de todos”.
Fue sin dudas el momento más alto e importante de las dos sesiones contra el cruel bloqueo y en defensa de la Resolución. Todos en el público mostraron visible aprobación y satisfacción con las palabras del gran canciller cubano, al final de su intervención se produjeron fuertes aplausos.
De inmediato se produjo la votación. Cuba recibió 187 votos a favor, 2 en contra (J. Biden, B. Netanyahu, para su eterna infamia), 1 abstención (Ucrania). Moldova y Somalia no asistieron. Los números hablan por sí solos. Pero más allá de los contundentes resultados cuantitativos, es necesario explicar que se produjo un cambio fundamental en el discurso de las numerosas delegaciones que intervinieron en las sesiones del 1ro y del 2 de noviembre en la Asamblea General de la ONU.
Se percibía el sentido de urgencia de los delegados, que cambiaron de “pedir” a “exigir”, se mencionaron en numerosas ocasiones las palabras “genocidio” y “violación de los derechos humanos, entre ellos el derecho a la vida y a la felicidad”, se dijo por varios representantes de estados y organizaciones internacionales “quisiéramos que esta sea la última vez que tengamos que insistir en el fin de las sanciones contra Cuba”.
Aunque no era parte de la agenda per se, decenas de oradores rechazaron la inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo y pidieron que fuera sacada de ella de inmediato, explicando como esta “designación unilateral” reforzaba al bloqueo y sobre todo a su carácter extraterritorial. Si hubo un cambio cualitativo en las intervenciones de la aplastante mayoría de los países del mundo, representando al 95.3% de la población de nuestro planeta, diciéndole a los Estrados Unidos que su desprecio por la opinión de la humanidad era un evidente insulto a todos.
De inmediato varias delegaciones explicaron su voto. Muy impresionantes las palabras de la representante de España. Completamente irrelevante, incluso lo llamaría torpe, el brevísimo comentario del representante estadounidense, que a pesar de las estrictas medidas de protocolo dentro de la Asamblea General recibió Boos! del público.
Fidel Gómez. Foto: Cortesía del autor.
Muchas emociones entre los asistentes. Si había algún enemigo de Cuba dentro del público no se atrevió a manifestarse. Algunas de las opiniones de los asistentes:
“Estoy profundamente emocionado al ver el rechazo mundial contra el bloqueo. Aunque el gobierno de los Estrados Unidos es notorio por su desconocimiento de la opinión de los demás, queda claro que se ha elevado el nivel de exigencia ante ellos por los distintos representantes de países” nos dijo Fidel Gómez, natural de Trinidad en la provincia de Sancti Spiritus, abnegado defensor de Cuba.
El hermano nicaragüense Roger Calero, residente en los EE.UU. y representando junto con varios de sus compañeros, al Partido Socialista de los Trabajadores siempre en solidaridad con Cuba, expresó:
“Este ha sido otro clavo en el ataúd del Bloqueo, sus días están contados. Es una brutal guerra económica en tiempos de paz contra Cuba, serán rechazados por doquier. Estamos permanentemente con Cuba y su pueblo”.
Roger Calero. Foto: Cortesía del autor.
El destacado activista por Cuba y por los derechos de las inmigrantes, el colombiano John Jairo Lugo, quien viajó desde el estado de Connecticut a defender los intereses de nuestra patria, celebró “la extraordinaria victoria de Cuba contra el agonizante bloqueo” y percibió el “nivel de agravio” de muchas delegaciones presentes ante “el total desprecio de los Estados Unidos contra la opinión internacional”.
Después de ser felicitados por los representantes de decenas de países y de hablar telefónicamente con el presidente Miguel Díaz-Canel informando de la aplastante victoria de Cuba, la delegación cubana encabezada por el ministro Bruno Rodríguez, se dirigió al lobby del edificio de la Asamblea General donde confraternizaron con todos los que asistimos a este histórico evento.
La delegación diplomática cubana participo efusivamente con todos los asistentes, nuestro Canciller saludo personalmente a todos y expreso su agradecimiento por el apoyo a Cuba. El también diputado por Diez de Octubre, reconoció la excepcional importancia de esta votación y su significado para la lucha que libra nuestro país en condiciones de grandes dificultades. Esta es una gran victoria de Cuba y su pueblo, les manifiesto la gratitud de Cuba por todo este apoyo”.
El representante alterno de Cuba ante la ONU, embajador Yuri A. Gala, explicaba que “se ha producido en esta ocasión un cambio del discurso de los representantes de países y organizaciones internacionales, donde se notó mucha más exigencia y mucho más disgusto ante la actitud de los Estados Unidos respecto a las decenas de Resoluciones.
En muchas ocasiones se usaron las expresiones de Genocidio y Violación de los Derechos Humanos. Se pidió decenas de veces que Cuba salga de la absurda Listas unilateral contra el terrorismo, del que Cuba es víctima”.
El representante permanente de Cuba ante la ONU, embajador y viceministro primero del Minrex, Gerardo Peñalver, dijo que “la victoria de Cuba en la ONU en este 2023 se produce en momentos de la más exacerbada guerra económica contra nuestro país, en una situación internacional de extremo peligro para la humanidad, hay que expresar que esta es una manifestación transparente del apoyo a Cuba por el mundo entero, excepto los genocidas mismos”.
Muchos otros diplomáticos cubanos trabajaron incansablemente para lograr esta gran victoria, tanto en la organización del evento, en la participación junto a los invitados en el intercambio con otras delegaciones, en fin en una interminable cantidad de labores para lograr esta Resolución, a pesar de todos los esfuerzos del enemigo de aislar a Cuba.
Agotados, pero felices, regresamos después de una intensa actividad, donde la humanidad reconoció el derecho de Cuba a ser independiente, a escoger el sistema social que desee, y el derecho a la vida, el desarrollo y la felicidad de su pueblo.
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