Haciendo una retrospectiva de mi trayectoria de más de 20 años de militancia activa en las filas de la UJC, confirmo que fue mi mejor escuela, y que en alguna medida contribuí a que lo fuese también para cientos de militantes.

En una ocasión como esta, siento la necesidad de agradecer a cuatro compañeros ya fallecidos, que fueron mis maestros. Valeriano Balón, instructor del Seccional Santiago 2, que atendía mi comité de base en el Instituto Preuniversitario Cuqui Bosch de Santiago de Cuba, donde me inicié como militante. Oscar Luis Caballero, secretario general de la UJC en la Facultad de Ciencias de la Universidad de La Habana. Julio Cesar Castro Palomino, primer secretario del Comité Universitario de la UJC de la Universidad de La Habana. Jaime Crombet, primer secretario del Comité Nacional de la UJC.

Con esa vocación invariable de contribuir a la memoria histórica, comparto con ustedes estos datos esenciales de los 12 congresos de nuestra UJC.

Sabemos que el XI Congreso no pudo realizar sus sesiones finales debido a la covid-19.

Voy a realizar un esfuerzo de memoria y comparto con los lectores de Cubadebate, aspectos esenciales de los tres congresos en que participé como delegado. En otros tuve el honor de participar como invitado.

En ese congreso fui electo miembro del Comité Nacional, siendo entonces presidente la FEU de la Universidad de La Habana.

Fidel, consciente de la importancia de la educación, le encargó una tarea histórica a la UJC: la formación y desarrollo del destacamento pedagógico para suplir el sensible déficit de profesores de secundaria básica.

La UJC, junto a la FEU y la FEEM, cumplió con esa misión estratégica de la Revolución.

Fui reelecto miembro del Comité Nacional, desempeñándome entonces como primer secretario del Comité de la UJC en la Escuela Vocacional Lenin.

Ese Congreso se caracterizó, desde su proceso municipal y provincial, por un control excesivo en los debates, por intervenciones escritas y supervisadas que casi siempre entorpecían esa democracia revolucionaria que las organizaciones partidistas han de tener, y que en estos tiempos nuestros principales dirigentes del PCC impulsan.

La batalla contra el fraude docente estuvo en el centro de las discusiones.

Se hizo una alerta para erradicar manifestaciones negativas que se presentaban entre algunos estudiantes, como la poca dedicación al estudio y el bajo aprovechamiento docente; asimismo, se analizaron críticamente las muestras de indisciplinas, baja productividad, despilfarro de materias primas y despreocupación por la calidad de los productos o los servicios en algunos jóvenes obreros.

Fue mi despedida del Comité Nacional de la UJC, pero no de la UJC. Seguí acompañándola desde diversas responsabilidades de gobierno en el desarrollo de la computación y la electrónica.

El Congreso analizó de forma crítica el trabajo desarrollado por la organización, donde se apreciaron avances y se valoró positivamente la participación de la juventud en el apoyo en las actividades económicas, docentes, en las tareas de la defensa y otras. La salud ocupó buena parte de la discusión, con el objetivo de convertir a Cuba en una potencia médica mundial.

Ahora paso a compartir dos contenidos que considero de suma importancia; el primero está relacionado con nuestro Comandante en Jefe.

Reflexión de Fidel sobre el IX Congreso de la UJC, 8 de abril de 2010

Tuve el privilegio de seguir directamente voz, imágenes, ideas, argumentos, rostros, reacciones y aplausos de los delegados participantes en la sesión final del IX Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba, que tuvo lugar en el Palacio de Convenciones el pasado domingo 4 de abril. Las cámaras de televisión recogen detalles desde proximidades y ángulos mucho mejores que los ojos de las personas presentes en cualquiera de esos eventos.

No exagero si digo que ha sido uno de los momentos más emocionantes de mi larga y azarosa vida. No podía estar allí, pero lo viví dentro de mí mismo, como quien recorre el mundo de las ideas por las cuales ha luchado las tres cuartas partes de su existencia. De nada valdrían sin embargo ideas y valores para un revolucionario, sin el deber de luchar cada minuto de su vida para vencer la ignorancia con que todos venimos al mundo.

El espíritu autocrítico, la incesante necesidad de estudiar, observar y reflexionar, son a mi juicio características de las que no puede prescindir ningún cuadro revolucionario.

La educación de los cuadros será la tarea más importante que los partidos revolucionarios deberán dominar. No habrá jamás soluciones fáciles, el rigor y la exigencia tendrán que prevalecer. Cuidémonos especialmente también de aquellos que junto al agua sucia vierten los principios y los sueños de los pueblos.

Hace días deseaba hablar del Congreso de la Juventud, pero preferí esperar su divulgación y no robarle espacio alguno en la prensa.

Ayer, siete de abril, fue el cumpleaños de Vilma. Escuché con emoción, a través de la televisión, su propia voz acompañada por las finas notas de un piano. Cada día valoro más su trabajo y todo lo que hizo por la Revolución y por la mujer cubana.

Las razones para luchar y vencer se multiplican cada día.

Esta reflexión debe ser atesorada por el Comité Nacional que resulte electo, pero no solamente como un maravilloso recuerdo, sino como guía para la acción.

El segundo contenido está relacionado con otra publicación en Cubadebate, del 19 de julio del 2015 sobre el X Congreso, en que he seleccionado algunos fragmentos, de intervenciones de delegados. Analizar lo planteado hace casi 10 años puede ser útil, nos puede servir de referencia de lo que ha cambiado y lo que hemos cambiado.

Razones para luchar y vencer

Los temas más debatidos estuvieron relacionados con el funcionamiento del comité de base y su papel en la atención al universo juvenil; los resultados de los procesos políticos, la ejemplaridad de la militancia, el papel de los jóvenes en la actualización del modelo económico cubano, las insatisfacciones sobre la manera de acceder a la recreación y el uso de las nuevas tecnologías para enfrentar las campañas subversivas.

Sobre el funcionamiento orgánico Roberto Torres, delegado de la provincia Santiago de Cuba expresó:

“Para que esa juventud sea más inclusiva debemos cambiar la mentalidad de los cuadros, pues muchas veces nos dedicamos más a administrar la organización que atender a nuestros jóvenes. La juventud tiene que ser creíble y los responsables somos nosotros mismos”.

Otro de los temas abordados en la plenaria fue el concerniente al desarrollo de las nuevas tecnologías y el desarrollo cultural de los más noveles.

El joven historiador Elier Ramírez, reflexionó en la sesión de clausura sobre el consumo cultural y cómo median las nuevas tecnologías en este proceso. Igualmente, dialogó sobre las influencias culturales que se nos impone desde los Estados Unidos.

“El mayor reto es crear sujetos críticos que sepan distinguir los que nos identifica. Crear una cultura superior al capitalismo. Es innegables que nos acercamos a un momento de innumerables desafíos, pero lleno de esperanzas,” agregó.

En este propio sentido, se alegó en el informe final del encuentro juvenil que la subversión política e ideológica será implementada de manera más sutil, mediante proyectos dirigidos a influir negativamente en la sociedad cubana, sobre todo en las nuevas generaciones.

En este contexto, se instó a acercar a los blogueros que existen en cada territorio a las tareas de la UJC, las organizaciones y movimientos, para establecer con ellos un intercambio natural de colaboración.

También se reflexionó sobre el diseño de las políticas culturales que permitan construir una sociedad más ética y más culta alejada de los patrones de consumo.

Sobre este propio tema, Karina Pardo agregó que no se trata de censurar, sino de dar a nuestros jóvenes herramientas para que comprendan lo que consumen; entre tanto, Jorge Luis Gómez, representante de Remedios acentuó que en materia de recreación y de cultura debemos trabajar a partir de un diagnóstico de la comunidad.

La actualización de modelo económico cubano fue otra de las cuestiones más comentadas en el X Congreso juvenil. Entre los temas de análisis se encuentra la aplicación del decreto Ley 300, la resolución 17 y la inserción del sector no estatal en el desarrollo económico cubano.

Este sector cuenta hoy con 147 693 jóvenes que representan el 29% de la fuerza laboral. Las principales acciones de la UJC han estado encaminadas al acercamiento e intercambio para conocer sus preocupaciones, cómo implementar espacios para tramitar sus inquietudes, además de la creación de estructuras políticas y juveniles.

Oscar Alberto Martínez, en nombre de los jóvenes del sector campesino tunero dio a conocer sus experiencias sobre el papel de la militancia en el impulso de las actividades económicas en las cooperativas.

Termino con estas convicciones, sin la superficial pretensión de consejero.

Nos encontramos en el momento más trascendental en la historia de la Revolución. Nunca como ahora hemos tenido una guerra económica, comercial, ideológica; tan cruel e inescrupulosa como la que se nos hace y posiblemente se nos seguirá haciendo.

La UJC tiene que convertirse en la organización que lidere a toda o casi toda la juventud cubana, comenzando por sus militantes. Para ello es indispensable una efectiva vinculación con la base, con el sentir y el pensar de cada joven. Utilizando todas las vías de comunicación, con la certeza que el encuentro presencial es insustituible.

La UJC, la FEU y la FEEM deben revolucionar la batalla de ideas que sembró Fidel, en el terreno de las impredecibles redes sociales digitales, en que inevitablemente la inteligencia artificial jugara un rol protagónico. Desconocerla sería un grave error, permitir que conduzcan nuestro pensamiento crítico y creativo, también lo sería.

La UJC ha de estar en la vanguardia de la producción de bienes materiales y de servicios para lograr la felicidad del pueblo, con la mayor cuota de equidad y de justicia social posibles.

La UJC ha de cuidar como a la niña de sus ojos a la calidad de los militantes en las Fuerzas Armadas Revolucionarias y en el Ministerio del Interior.

Claro que hay otras, pero estas cinco las considero esenciales.

La UJC tendrá en muchos veteranos juveniles, que nos formamos y forjamos en sus filas, a compañeros de trincheras de ideas.

QOSHE - En ocasión del XII Congreso de la UJC, vivencias, rememoraciones y convicciones - Néstor Del Prado
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

En ocasión del XII Congreso de la UJC, vivencias, rememoraciones y convicciones

13 1
03.04.2024

Haciendo una retrospectiva de mi trayectoria de más de 20 años de militancia activa en las filas de la UJC, confirmo que fue mi mejor escuela, y que en alguna medida contribuí a que lo fuese también para cientos de militantes.

En una ocasión como esta, siento la necesidad de agradecer a cuatro compañeros ya fallecidos, que fueron mis maestros. Valeriano Balón, instructor del Seccional Santiago 2, que atendía mi comité de base en el Instituto Preuniversitario Cuqui Bosch de Santiago de Cuba, donde me inicié como militante. Oscar Luis Caballero, secretario general de la UJC en la Facultad de Ciencias de la Universidad de La Habana. Julio Cesar Castro Palomino, primer secretario del Comité Universitario de la UJC de la Universidad de La Habana. Jaime Crombet, primer secretario del Comité Nacional de la UJC.

Con esa vocación invariable de contribuir a la memoria histórica, comparto con ustedes estos datos esenciales de los 12 congresos de nuestra UJC.

Sabemos que el XI Congreso no pudo realizar sus sesiones finales debido a la covid-19.

Voy a realizar un esfuerzo de memoria y comparto con los lectores de Cubadebate, aspectos esenciales de los tres congresos en que participé como delegado. En otros tuve el honor de participar como invitado.

En ese congreso fui electo miembro del Comité Nacional, siendo entonces presidente la FEU de la Universidad de La Habana.

Fidel, consciente de la importancia de la educación, le encargó una tarea histórica a la UJC: la formación y desarrollo del destacamento pedagógico para suplir el sensible déficit de profesores de secundaria básica.

La UJC, junto a la FEU y la FEEM, cumplió con esa misión estratégica de la Revolución.

Fui reelecto miembro del Comité Nacional, desempeñándome entonces como primer secretario del Comité de la UJC en la Escuela Vocacional Lenin.

Ese Congreso se caracterizó, desde su proceso municipal y provincial, por un control excesivo en los debates, por intervenciones escritas y supervisadas que casi siempre entorpecían esa democracia revolucionaria que las organizaciones partidistas han de tener, y que en estos tiempos nuestros principales dirigentes del PCC impulsan.

La batalla contra el fraude docente estuvo en el centro de las discusiones.

Se hizo una alerta para erradicar manifestaciones negativas que se presentaban entre algunos estudiantes, como la poca dedicación al estudio y el bajo aprovechamiento docente; asimismo, se analizaron críticamente las muestras de indisciplinas, baja productividad, despilfarro de materias primas y despreocupación por la calidad de los productos o los servicios en algunos jóvenes obreros.

Fue mi........

© Cubadebate


Get it on Google Play