LA HABANA, Cuba. – El 12 de junio de 1963 se implementó de manera oficial la mal llamada libreta de abastecimiento, la cual, al contrario de lo que aparenta su nombre, sirve para racionar los alimentos, amén de ser otro instrumento represivo para controlar a los cubanos.

Durante todos estos años los dirigentes castristas no se han cansado de cacarear que los rubros que ella incluye ―por demás contados y de pésima calidad― son subsidiados por el Gobierno. Con esa táctica ―que además ni es nueva ni es invento de Fidel Castro― de aportar una supuesta solución para un problema que ellos mismos han creado (en este caso, el hambre) pretenden los gobernantes castristas presentarse como benefactores del pueblo.

Pero lo cierto es que son los trabajadores cubanos los que subsidian a los dirigentes, que por instrumento del Estado les pagan salarios insuficientes y se embolsan la diferencia, considerables dividendos que no se revierten en el desarrollo de la nación.

Valga subrayar que nombrar “de abastecimiento” a una cartilla que reduce hasta lo impensable las raciones mensuales del individuo es, cuando menos, una burla; muy propia, eso sí, de la dialéctica artificial castro-estalinista. Con todo, tanta dependencia ha creado esa cartilla en sus seis décadas que por estos días, ante la disminución gradual de los productos que llegan a la bodega, no paran de percibirse las muestras de incertidumbre por su posible desaparición, especialmente entre pensionados y personas de bajos ingresos.

Hace unos días en la cola de los huevos decía un vecino: “Yo no dudo que un día nos enteremos de que se acabó la libreta, así, sin explicación del Ministerio de Comercio Interior. Si total, cada día que pasa eliminan más productos, y lo hacen calladitos”.

A propósito de esa incertidumbre, el pasado 10 de diciembre el periódico Tribuna de La Habana publicó lo que parece ser un intento por desmentir los rumores, aunque de manera un tanto conspicua y nada esclarecedora: sobre una nota que ha circulado en redes sociales aparece impresa en rojo y con una fuente de mayor tamaño la palabra “FALSO”. Y nada más. Empero, recientemente hemos podido constatar situaciones concordantes con lo anunciado en el texto, como la cancelación de la cuota de espaguetis, pollo y otros alimentos, y su posterior distribución a asistenciados sociales de muy bajos ingresos.

La nota también sugiere las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) como mercado alternativo para adquirir esos productos básicos. Algo bastante inverosímil, dado que hasta el momento estas solo venden en formato grande (por sacos, etcétera) y a precios muy ajenos al bolsillo de un trabajador. No obstante, en días recientes algunas han puesto a la venta paquetes de azúcar de 1 kg en 800 pesos, o latas de tomate medianas en 1.200. En fin, otro indicio de que la noticia no es tan falsa, sino que por el contrario, ya las mipymes se están preparando para entrar en el juego.

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QOSHE - ¿Desaparece la libreta? Indicios, incertidumbre y notas que no aclaran - Gladys Linares
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¿Desaparece la libreta? Indicios, incertidumbre y notas que no aclaran

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20.12.2023

LA HABANA, Cuba. – El 12 de junio de 1963 se implementó de manera oficial la mal llamada libreta de abastecimiento, la cual, al contrario de lo que aparenta su nombre, sirve para racionar los alimentos, amén de ser otro instrumento represivo para controlar a los cubanos.

Durante todos estos años los dirigentes castristas no se han cansado de cacarear que los rubros que ella incluye ―por demás contados y de pésima calidad― son subsidiados por el Gobierno. Con esa táctica ―que además ni es nueva ni es invento de Fidel Castro― de aportar una supuesta solución para un problema que ellos mismos han creado (en este caso, el hambre) pretenden los gobernantes castristas presentarse como benefactores del pueblo.

Pero lo cierto es que son los trabajadores cubanos los que subsidian a los dirigentes,........

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