LA HABANA, Cuba. – En días recientes se reanudó la venta en oficinas comerciales de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) de las tarjetas Propia necesarias para hacer uso de la mayoría de los teléfonos públicos. Ese sistema, introducido en la Isla en el año 2002, fue muy bien recibido por la población dadas las frecuentes dificultades que presentaban los aparatos de monedas. Pero como es habitual en nuestro país, el servicio no será completo: ya no se venderán los bonos para recargarlas, sino que habrá que hacerlo a través de Transfermóvil o en las oficinas del emporio estatal cubano, de las cuales suele haber solo dos o tres en cada municipio.

Para sumar más inconvenientes, hace ya varios lustros que encontrar un teléfono público funcional y en buen estado es prácticamente imposible; la mayoría están rotos y no los reparan ni reponen. Además, aparejados a la desidia gubernamental golpean también los actos vandálicos de ciertos individuos inescrupulosos que inutilizan los equipos ya sea arrancándoles el cable y el auricular o rompiendo otras de sus partes. De manera que muchos se ven obligados a recorrer largas distancias en caso de necesidad, pues si bien la telefonía celular ha cobrado relevancia en la última década, no todos pueden disponer de un móvil. En cuanto a la opción de acudir a la casa de un agente de telecomunicaciones, hay que señalar que en ese caso la llamada carecería de privacidad, puesto que el agente permanece presente registrando la duración de la llamada para poder calcular su monto. Por otra parte, esos establecimientos se rigen por un determinado horario y tampoco abundan, pues no todos los cuentapropistas del sector ofrecen ese servicio.

Con la implementación de la “Tarea Ordenamiento”, el 1º de enero de 2021, también la telefonía fija aumentó su cuota mensual básica a partir de 6,25 a 20 pesos. Antes de ese incremento el Gobierno afirmaba que los servicios de ETECSA eran subsidiados por el Estado, y que cada año el monopolio invertía alrededor de 1.000 millones de pesos en el sector. Sin embargo, los resultados de esa inversión no se notaban entonces como tampoco se perciben hoy, aun después de la elevación de sus tarifas y de la exportación de disímiles prestaciones por las cuales la compañía de telecomunicaciones percibe ganancias millonarias que la ubican como segunda fuente de entrada de divisas al país, precedida solo por la exportación de servicios de salud.

A pesar de esos multimillonarios dividendos la empresa alega no disponer de medios para reemplazar suministros como cables o pares, ni reponer accesorios deteriorados como cajitas para interiores o incluso terminales. Según los medios oficiales, las ganancias de la entidad son empleadas por el Gobierno para financiar “otras necesidades de la población”, aunque nunca se informa cuáles son esas necesidades.

Como consecuencia, la calidad de los servicios del monopolio ha decaído con los años y sus deficiencias son cada vez más notorias. Las reparaciones en el sector residencial se dilatan demasiado a causa de la escasez o ausencia total de piezas y componentes, por lo que muchos clientes se ven privados del servicio durante meses. A esto hay que añadirle el largo intervalo que generalmente transcurre entre el momento en que se reporta la avería y la visita del operario. Ante las reclamaciones de los afectados, amén de culpar al “bloqueo” por la falta de piezas, la respuesta es invariable: “Estamos haciendo esfuerzos para restablecer el servicio en el menor tiempo posible teniendo en cuenta la disponibilidad de recursos”.

Otra asignatura pendiente de la millonaria corporación estatal es la actualización, edición e impresión de su guía telefónica, que no se distribuye desde hace varios años. Esto obliga a los abonados a llamar al servicio de información (113), que además de ser difícil de comunicar tampoco está actualizado, pues las operadoras se limitan a replicar la información que aparece en el mencionado directorio.

Pero el sector residencial no es el único afectado. Circunstancias similares se repiten en numerosos centros de salud, así como en otros establecimientos públicos donde las comunicaciones adquieren importancia vital, como prisiones, funerarias o escuelas. Hace menos de un mes, al saber que una amiga había sido ingresada con fractura de cadera en el Hospital Ortopédico “Fructuoso Rodríguez”, del Vedado, llamé a la pizarra para recabar información sobre su estado de salud. Por desgracia, mi pesquisa fue en vano, pues la operadora me respondió que las terminales de casi todos los pisos se hallaban descompuestas. A excepción, claro está, de los de la sala reservada para pacientes extranjeros.

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QOSHE - ETECSA y sus diversas asignaturas pendientes - Gladys Linares
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ETECSA y sus diversas asignaturas pendientes

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31.10.2023

LA HABANA, Cuba. – En días recientes se reanudó la venta en oficinas comerciales de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) de las tarjetas Propia necesarias para hacer uso de la mayoría de los teléfonos públicos. Ese sistema, introducido en la Isla en el año 2002, fue muy bien recibido por la población dadas las frecuentes dificultades que presentaban los aparatos de monedas. Pero como es habitual en nuestro país, el servicio no será completo: ya no se venderán los bonos para recargarlas, sino que habrá que hacerlo a través de Transfermóvil o en las oficinas del emporio estatal cubano, de las cuales suele haber solo dos o tres en cada municipio.

Para sumar más inconvenientes, hace ya varios lustros que encontrar un teléfono público funcional y en buen estado es prácticamente imposible; la mayoría están rotos y no los reparan ni reponen. Además, aparejados a la desidia gubernamental golpean también los actos vandálicos de ciertos individuos inescrupulosos que inutilizan los equipos ya sea arrancándoles el cable y el auricular o rompiendo otras de sus partes. De manera que muchos se ven obligados a recorrer largas distancias en caso de necesidad, pues si bien la telefonía celular ha cobrado........

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