LA HABANA, Cuba.- Este 22 de abril, en la primera página del periódico Granma, a propósito del aniversario 154 del nacimiento de Vladimir Ilich Lenin, apareció un artículo del profesor universitario y miembro de la Academia de Ciencias Ernesto Estévez Rams titulado “En Lenin hay muchos Lenin, todos necesarios”.

En su artículo, Estévez Rams, uno de los muchos mueleros y componedores de batea ideológica paridos por la continuidad posfidelista, en su ensalzamiento del fundador de la Unión Soviética, afirma que “Lenin insistía en la necesidad de repensar el marxismo a cada paso”, y que “todo en Lenin era antidogmático y, por ello, marxista”.

Lenin hizo una interpretación dogmática, caprichosa y distorsionada, antihistórica y antieconómica de las ideas de Marx al adaptarlas a las condiciones de Rusia.

Contrario a lo que afirma Estévez Rams, Lenin fue el mayor dogmático y revisionista que ha tenido el marxismo. De tanto repensarlo, sustituyó al marxismo de Marx por el marxismo-leninismo, esa forma de dictadura totalitaria que no fue “la dictadura del proletariado”, como la describía, sino una dictadura ejercida por una casta burocrática-militar.

Lenin, queriendo oponerse al dogmatismo, creó nuevos dogmas. Dice Estévez Rams que a Lenin “quisieron reducirle su pensamiento a mandamientos, publicados en refritos que usando sus palabras, lo negaban”.

Estévez Rams seguramente se refiere a los simplificadores manuales de marxismo-leninismo de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética de la época estalinista —que, dicho sea de paso, fue por los que estudiaron con mayor o menor aplicación los dirigentes del régimen castrista.

Los autores de los manuales ya habían estudiado e interpretado a Marx, y también a Engels. Su pensamiento fue simplificado, hecho papilla, comprimido en un esquema de plastilina, fácil de memorizar para revolucionarios que estaban demasiado ocupados en construir el socialismo y no podían dedicar mucho tiempo a teorizaciones.

Aquellos manuales, contrario a lo que estima Estévez Rams, no negaban a Lenin, sino que lo confirmaban. Porque Stalin, el sucesor de Lenin, lo que hizo durante su régimen no fue desviarse del marxismo-leninismo, como pretenden muchos comunistas, sino llevarlo a su máxima expresión al implementar minuciosamente la planificación centralizada, los planes quinquenales, los gulags, los fusilamientos. Parafraseando a Lezama, bajo el stalinismo, el leninismo alcanzó su mejor definición.

Según Estévez Rams, debido al no entendimiento de “la cualidad dialéctica del marxismo”: “Se inventó aquello de llamar revisionismo a todo acto de pensarlo. Lenin le hubiera llamado al mismo ejercicio, ciencia. Es que no hay revisionismo, hay contrarrevolución disfrazada de relectura, pero contrarrevolución al fin; y hay, desde lo comunista, apropiación dialéctica de su pensamiento”.

Parece que entender “la cualidad dialéctica del marxismo” ha sido y sigue siendo una de las asignaturas pendientes en todos los comunismos que desde 1917 y hasta hoy han sido en el mundo. Porque, invariablemente, los que se han puesto a pensar y se han apartado de los dogmas leninistas han sido acusados de revisionistas, o sea, contrarrevolucionarios.

Pasó bajo el régimen de Lenin. El llamado “centralismo democrático”, la férrea disciplina partidista ideada por Lenin, nada tenía que ver con la democracia. Lenin ridiculizaba y se burlaba de los que discrepaban. Eso, si no los enviaba a la cárcel, los desterraba a Siberia o los mandaba a matar. Y para qué hablar del régimen de Stalin.

Pasó también bajo el régimen de Fidel Castro, que quiso ser antidogmático y hacer más innovaciones y aportes al marxismo que Lenin, pero acusaba de revisionista, sectario, contrarrevolucionario o lo que se le ocurriera, a todo el que osara contradecirlo.

Y sigue pasando con los sucesores del Comandante, los mandamases de la continuidad, que se asustan y se ofenden cada vez que desde la izquierda alguien les avisa de que pese a la retórica que empleen para sus discursos, cada vez se alejan más del socialismo, y se enredan en una telaraña de absurdos y disparates.

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Lenin, el mayor dogmático y revisionista del marxismo

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24.04.2024

LA HABANA, Cuba.- Este 22 de abril, en la primera página del periódico Granma, a propósito del aniversario 154 del nacimiento de Vladimir Ilich Lenin, apareció un artículo del profesor universitario y miembro de la Academia de Ciencias Ernesto Estévez Rams titulado “En Lenin hay muchos Lenin, todos necesarios”.

En su artículo, Estévez Rams, uno de los muchos mueleros y componedores de batea ideológica paridos por la continuidad posfidelista, en su ensalzamiento del fundador de la Unión Soviética, afirma que “Lenin insistía en la necesidad de repensar el marxismo a cada paso”, y que “todo en Lenin era antidogmático y, por ello, marxista”.

Lenin hizo una interpretación dogmática, caprichosa y distorsionada, antihistórica y antieconómica de las ideas de Marx al adaptarlas a las condiciones de Rusia.

Contrario a lo que afirma Estévez Rams, Lenin fue el mayor dogmático y revisionista que ha tenido el marxismo. De tanto repensarlo, sustituyó al marxismo de Marx por el marxismo-leninismo, esa forma de dictadura totalitaria que no fue “la dictadura del proletariado”,........

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