LA HABANA, Cuba. – Con frecuencia se escucha decir a no pocos cubanos, sobre todo a jóvenes que no vivieron, o eran muy chicos en los años 90, que actualmente Cuba afronta una situación económica más difícil que la del llamado Período Especial. Y aunque los cubanos de a pie han soportado en esta época varios tormentos que llevan a recordar la crisis de aquellos años duros, como los apagones, el desabastecimiento y la debacle del transporte público, existe un elemento que diferencia una etapa de la otra: la aparición de los actores no estatales en la economía.

Cuando se decretó en Cuba el Período Especial alrededor del año 1991, al desaparecer la Unión Soviética y reducirse drásticamente el envío de petróleo a la Isla, prácticamente no había negocios privados en Cuba. Los consumidores dependían de lo que el Estado pudiera ofertar. Y las ofertas estatales cayeron en picada.

Varios años antes se habían eliminado los mercados agropecuarios de oferta-demanda, y los abrumados consumidores habaneros comenzaron a ir a pueblos como Güira de Melena ―a decenas de kilómetros de distancia― a buscar frutas y viandas debido a que las placitas de la capital siempre estaban vacías.

En los años 90 vivimos fenómenos casi increíbles, como que los CDR les dieran a las personas un papel que les permitiera adquirir una pizza en una de las pocas pizzerías estatales que prestaban servicios; o que, ante la falta de queso, en el bulevar de la calle San Rafael algunos vendieran pizzas hechas con preservativos.

En pleno Período Especial, las autoridades abrieron algunos establecimientos para la venta de hamburguesas ―limitadas a dos por persona y convoyadas con una jarra de refresco―, y las personas, hambrientas y desesperadas, eran capaces de permanecer varias horas en una cola para poder comprar ese producto.

Por otra parte, la no existencia de taxistas privados ni de ningún otro medio de transporte alternativo al gubernamental, hacía que los pasajeros, tras varias horas de espera en las paradas, abordaran con frecuencia las guaguas colgados de sus puertas, lo que en no pocas ocasiones provocó accidentes de gravedad.

En la actualidad, no obstante las carencias antes mencionadas, así como las irregularidades con la distribución de la denominada “canasta básica”, uno sale a la calle y se puede comprar un refresco, un helado, una pizza, una caja de jugos, un pan con croquetas, e incluso un almuerzo en alguna que otra cafetería. Claro que no todo es perfecto. En muchos de los casos, los precios no están al alcance de las personas de menores ingresos.

Mas, ¿quién o quiénes han sido los proveedores de esos artículos de consumo? ¿El Estado? Por supuesto que no. El Estado no tiene casi nada. Lo poco que oferta es mediante las tiendas en MLC, al alcance de una minoría de la población. Son los actores no estatales de la economía, los que enarbolando la pujanza de los verdaderos propietarios, logran el milagro de mantener abastecidos sus establecimientos. Se trata de los trabajadores por cuenta propia, las mipymes, y las cooperativas no agropecuarias.

Una vez más se pone de manifiesto la máxima del economista escocés Adam Smith, aparecida hace más de 200 años en su obra La riqueza de las naciones: “El interés individual beneficia exitosamente, aun sin proponérselo, al bien común en la solución de problemas y satisfacción de necesidades por medio de la libre empresa, la libre competencia y el libre comercio”.

En estos días, cuando se evalúa la función que cumplen los actores económicos no estatales en Cuba, en especial las mipymes, conviene no dejar de tener en cuenta que son casi la única opción de consumo liberado con que cuentan los cubanos, más allá de la paupérrima libreta de racionamiento gubernamental.

ARTÍCULO DE OPINIÓN Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no necesariamente representan la opinión de CubaNet.

Sigue nuestro canal de WhatsApp. Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de Telegram.

QOSHE - El negocio privado ha librado a los cubanos de un nuevo Período Especial - Orlando Freire Santana
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

El negocio privado ha librado a los cubanos de un nuevo Período Especial

17 1
24.01.2024

LA HABANA, Cuba. – Con frecuencia se escucha decir a no pocos cubanos, sobre todo a jóvenes que no vivieron, o eran muy chicos en los años 90, que actualmente Cuba afronta una situación económica más difícil que la del llamado Período Especial. Y aunque los cubanos de a pie han soportado en esta época varios tormentos que llevan a recordar la crisis de aquellos años duros, como los apagones, el desabastecimiento y la debacle del transporte público, existe un elemento que diferencia una etapa de la otra: la aparición de los actores no estatales en la economía.

Cuando se decretó en Cuba el Período Especial alrededor del año 1991, al desaparecer la Unión Soviética y reducirse drásticamente el envío de petróleo a la Isla, prácticamente no había negocios privados en Cuba. Los consumidores dependían de lo que el Estado pudiera ofertar. Y las ofertas estatales cayeron en picada.

Varios años antes se habían eliminado los mercados agropecuarios de oferta-demanda, y los abrumados consumidores habaneros comenzaron a ir a........

© Cubanet


Get it on Google Play