LA HABANA, Cuba. – La inseguridad en las calles habaneras aumenta por momentos. En plena luz del día un transeúnte puede ser asaltado para despojarlo de sus objetos de valor, entre los que sobresalen los teléfonos celulares. Ya hay muchas personas que no sacan sus teléfonos en la vía pública, y si reciben alguna llamada esperan a llegar a sus hogares para responderla. Un estado de cosas que se torna más preocupante por las noches.

Hace poco el periódico Granma dio a conocer el procesamiento de varias personas acusadas de perpetrar robos en las bodegas de la capital. Según la información, se trata de 18 personas que participaron en unos 20 robos en bodegas habaneras durante 2023.

De acuerdo con la versión de las autoridades, el daño causado por estas acciones a la denominada “canasta familiar normada” asciende a alrededor de un millón de pesos a precio de costo. Las investigaciones que se realizan han determinado que en muchos de estos robos (o autorrobos) hubo participación de los propios empleados de estos establecimientos.

Son varios los elementos a tener en cuenta a la hora de explicar la ola de delincuencia que corroe a la actual sociedad cubana. En primerísimo lugar destaca el estado de desesperación en que se hallan muchas personas en este país, que podría llevarlas a cometer hechos calificados como delictivos, sin ser ellas verdaderos delincuentes. Con salarios que no alcanzan para nada, en ocasiones mandan a sus hijos a la escuela sin haber podido desayunar, y después deben romperse la cabeza para ponerle algo en la mesa tras regresar a casa.

En días pasados el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, uno de los pocos históricos que le quedan al castrismo, llamó al combate en las comunidades contra el delito y las indisciplinas sociales.

En otro tiempo la jerarquía castrista le hubiese encomendado esa misión a los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), pero ya ni eso puede porque los CDR apenas funcionan a nivel de base. La guardia cederista es prácticamente inexistente, y en muchas cuadras lo único que se hace es cobrar la cotización mensual, con la que se mantienen las instancias parasitarias de esa organización en los niveles municipal, provincial y nacional.

Y, como van las cosas, la tendencia apunta a un aumento de la delincuencia en las calles habaneras, algo que, por supuesto, también sería extensivo al resto de las ciudades de la Isla.

En la más reciente reunión del Consejo de Ministros, el titular del Ministerio de Energías y Minas, Vicente de la O Levy, al informar acerca de la aguda crisis que afronta el sistema energético nacional y de las medidas de ahorro que se implementan para disminuir el consumo de combustible, declaró que se ha desconectado el 74% del alumbrado público en el país.

¡En verdad, una magnífica noticia para los delincuentes cubanos! La mayoría de las calles de la Isla estarán a oscuras durante las noches. Los asaltos y robos estarán a la orden del día. Tal vez el régimen mantenga solo iluminadas las calles y avenidas por donde habitualmente transitan los turistas que se aventuran a visitar la Isla.

En tiempos como estos resulta inevitable que recuerde las anécdotas de las personas que vivieron antes de 1959, quienes afirmaban que los lecheros dejaban en las madrugadas los litros de leche de sus clientes en las puertas de sus casas y al amanecer los litros permanecían ahí, sin que nadie los hubiese tocado.

Ese ejemplo, de por sí, muestra el grado de involución experimentado por la sociedad cubana.

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Las calles habaneras son de los delincuentes

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12.03.2024

LA HABANA, Cuba. – La inseguridad en las calles habaneras aumenta por momentos. En plena luz del día un transeúnte puede ser asaltado para despojarlo de sus objetos de valor, entre los que sobresalen los teléfonos celulares. Ya hay muchas personas que no sacan sus teléfonos en la vía pública, y si reciben alguna llamada esperan a llegar a sus hogares para responderla. Un estado de cosas que se torna más preocupante por las noches.

Hace poco el periódico Granma dio a conocer el procesamiento de varias personas acusadas de perpetrar robos en las bodegas de la capital. Según la información, se trata de 18 personas que participaron en unos 20 robos en bodegas habaneras durante 2023.

De acuerdo con la versión de las autoridades, el daño causado por estas acciones a la denominada “canasta familiar normada” asciende a alrededor de un millón de pesos a precio de costo. Las investigaciones que se realizan han determinado que en muchos de estos robos (o........

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