LA HABANA, Cuba.- En estos días hemos tenido la ocasión de ver, en la prensa digital y las redes sociales, informaciones sobre los festejos del carnaval de 2024 en otros países de Nuestra América. Descuellan entre ellas las del famosísimo evento de ese tipo que tiene lugar en Río de Janeiro; también los de Uruguay, que proclaman ser los más largos; y el de Oruro, Bolivia. Esos, entre otros muchos.

Es natural que esas festividades tengan lugar en esta época del año. Se trata de los días que preceden al Miércoles de Ceniza, celebración católica que da inicio a la Cuaresma.

Durante el fin de semana que precede a la fiesta religiosa (y hasta el martes), los participantes se entregan a todos los excesos imaginables de música, bailes, bebidas, comidas y sexo. Y el miércoles acuden (o se supone que lo hagan) a que un sacerdote estampe en su frente una cruz de ceniza alusiva al inicio de un período de penitencia que dura hasta la Semana Santa.

Eso es justamente lo que está sucediendo en estos días en toda Hispanoamérica. Es natural que así sea en los países normales, que hasta el momento han logrado sustraerse, o no han caído de lleno, en las trampas del “Socialismo del siglo XXI”.

Pero también ha sido el caso en la Venezuela chavista y la Bolivia que, en puridad, ya no podemos calificar de evista, pero sí de luisista, en alusión al actual presidente del país, señor Arce Catacora.

Así era también en la Cuba de antaño, pero esto sólo duró hasta la trepa al poder de los barbudos castristas. Igual que sucedió con el Día de los Reyes Magos, festividad tradicional para agasajar con juguetes nuevos a los niños, los carnavales fueron trasladados para las fechas inmediatas al 26 de Julio.

Con ello, la conmemoración del asalto a dos cuarteles de la antigua provincia de Oriente, con su saldo sangriento de más de ochenta cubanos muertos a manos de coterráneos suyos, quedó consagrada a los obsequios de juguetes y las fiestas y bailes del carnaval. Una ocurrencia más del instaurador de la actual dinastía.

En esto, como en tantas otras cosas, se pone de manifiesto el divorcio total entre lo que proclaman de modo solemne los castrocomunistas, y los efectos prácticos de las medidas que adoptan de manera inconsulta. Porque no podemos olvidar que los llamados “intelectuales orgánicos” del régimen no pierden una sola oportunidad para proclamar la extrema importancia que tienen —dicen— las tradiciones nacionales y la cultura.

Pero esto no impide que el régimen por ellos idolatrado se convierta en émulo de los antiguos vándalos y arrase, sin contemplación alguna, con las costumbres que en un momento dado le parezcan inadecuadas.

¡Pero es que, en medio de la catástrofe nacional instaurada por el inoperante sistema de dirigismo estatista y planificación centralizada, ya ni siquiera las nuevas festividades impuestas a la fuerza por el régimen conservan vigencia! ¿Qué se ha hecho de los “carnavales socialistas”? ¿Qué de la pésima cerveza a granel servida en vasos de pergamoide! ¿Qué de la comida cara y mala (un simple recurso para matarse el hambre) servida en platos de cartón!

¡Ya ni eso es capaz de garantizar el castrocomunismo a sus miserables súbditos, ni siquiera a los más fieles y disciplinados!

Pese a esto, queda claro que el pulpo militar GAESA que regentea toda la infraestructura turística cubana, en unión de sus socios extranjeros, no desperdicia una sola oportunidad de esquilmar a los incautos que se creen la propaganda mentirosa que ellos anuncian a una sola voz sobre las supuestas bondades extremas de visitar nuestra Isla.

Así, el sitio carnivaland.net, por ejemplo, proclama sin sonrojarse: “El Carnaval de la Habana es una de las fiestas más auténticas que uno puede vivir si visita la Isla de Cuba”. Y abunda: “Una fiesta que logra resaltar el potencial festivo que caracteriza a las islas del Caribe, la cual además es celebrada curiosamente durante el mes de agosto, un rasgo muy particular en lo que a un carnaval se refiere”.

Y continúa la propaganda mentirosa y tergiversadora: “Durante esta temporada, La Habana nos presenta una muestra de sus tradiciones con diferentes actividades entre las que encontraremos ferias de comida, desfiles asombrosos, carrozas y mucha pero mucha música con bailes”.

Hablando de “ferias de comida”, ¡el sitio-web promociona el “tasajo a la cubana” y la “ropa vieja”! ¡Allá nuestros compatriotas que se quejen de la desaparición de los antiguos platos típicos, nutritivos, sencillos y baratos!

Y, con respecto al arbitrario cambio de las fechas de celebración y la manipulación de ellas que ha hecho el régimen castrocomunista, carnivaland.net afirma con absoluto desparpajo: “Con el tiempo, las fechas del carnaval cambiaron y ahora la celebración se realiza en la época estival para que coincida con otras fechas de importancia histórica que se relacionan con el triunfo de la revolución en el país”.

Este asunto de los carnavales en Cuba constituye un ejemplo adicional de la situación calamitosa que sufrimos los ciudadanos de esta Isla. Se trata de una consecuencia más de las políticas desastrosas aplicadas por el castrocomunismo.

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QOSHE - ¡El castrismo acabó con los carnavales en Cuba! - René Gómez Manzano
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¡El castrismo acabó con los carnavales en Cuba!

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15.02.2024

LA HABANA, Cuba.- En estos días hemos tenido la ocasión de ver, en la prensa digital y las redes sociales, informaciones sobre los festejos del carnaval de 2024 en otros países de Nuestra América. Descuellan entre ellas las del famosísimo evento de ese tipo que tiene lugar en Río de Janeiro; también los de Uruguay, que proclaman ser los más largos; y el de Oruro, Bolivia. Esos, entre otros muchos.

Es natural que esas festividades tengan lugar en esta época del año. Se trata de los días que preceden al Miércoles de Ceniza, celebración católica que da inicio a la Cuaresma.

Durante el fin de semana que precede a la fiesta religiosa (y hasta el martes), los participantes se entregan a todos los excesos imaginables de música, bailes, bebidas, comidas y sexo. Y el miércoles acuden (o se supone que lo hagan) a que un sacerdote estampe en su frente una cruz de ceniza alusiva al inicio de un período de penitencia que dura hasta la Semana Santa.

Eso es justamente lo que está sucediendo en estos días en toda Hispanoamérica. Es natural que así sea en los países normales, que hasta el momento han logrado sustraerse, o no han caído de lleno, en las trampas del “Socialismo del siglo XXI”.

Pero también ha sido el caso en la Venezuela chavista y la Bolivia que, en puridad, ya no podemos calificar de........

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