LA HABANA, Cuba. — El pasado jueves fue 28 de diciembre; es decir, Día de los Santos Inocentes. La ocasión, concebida para rememorar la masacre de lactantes ordenada por el rey bíblico Herodes, derivó en la realización de bromas y pequeñas mentiras. Cuando estas logran extraer del destinatario una respuesta que pone de manifiesto que cayó en el engaño, este se celebra con la conocida palabra: “¡Inocente!”.

Es lo que rememoró este mismo diario digital cuando publicó una noticia a modo de broma. Su titular, aludiendo al exjefe de la Red Avispa de espías castristas instalados en Estados Unidos, decía: “Gerardo Hernández es liberado de los CDR y pasa a dirigir la industria ganadera”. Mas la información espuria terminaba con una nota que aclaraba su carácter jocoso. Al mismo tiempo, aprovechaba para recordar las peregrinas ideas compartidas por el personaje con sus subordinados de la “organización de masas” especializada en la delación: las de “repartir regaderas” y “sembrar piñas y calabazas en los jardines”.

El régimen castrocomunista es refractario a las inocentadas y a las bromas en general. Parece ser que el marxismo leninista, aburrido y muy poco ocurrente, es incompatible con las jocosidades. Amigo lector, ¿se imagina usted a personajes como Stalin, Walter Ulbricht, Kim Il-Sung o Pol Pot haciendo un chiste! ¡Y a los más encumbrados de sus súbditos compitiendo para ver quién ríe más y mejor! Aquí viene como anillo al dedo la exclamación popular de nuestra Cuba: ¡Pa’ su escopeta!

Pero parece ser que los castristas también desean celebrar el Día de los Santos Inocentes. Aunque lo hacen de manera vergonzante, no explícita. Esa fue la sensación que me asaltó al leer los titulares que exhibió en esa fecha el órgano oficial del partido único del castrismo, el cual, aunque parezca increíble tratándose de un régimen tan antiyanqui, tiene como nombre la versión anglosajona de “abuelita”.

En la noche del pasado jueves, al abrir la página de Granma, el visitante podía leer un título truculento, si los hay: “Cuba no renuncia, ni lo hará, a hacer por su pueblo”. Se trata de un reportaje sobre una visita realizada por el obeso primer ministro a tres obras puntuales enclavadas en la ciudad de Matanzas. Resulta evidente que el título rimbombante le queda demasiado grande a ese trabajo periodístico, pero se ajusta, claro, a los objetivos de propaganda barata que representa una constante de la agitación comunista.

La segunda entrega de ese número del periódico de La Abuelita lleva un título aún más tendencioso y truculento que el antes mencionado. Él reza como sigue: “No hay trasfondos neoliberales en las medidas anunciadas por el Gobierno”. En este caso, los autores optaron por el anonimato, escondiendo su identidad tras un nombre colectivo: “Redacción de Corresponsales”.

Lo anterior es muchísimo decir, porque se trata de “periodistas” (algún nombre hay que darles) que escriben en el Granma. Esto, a su vez, implica que están ampliamente versados en la manipulación de los hechos y la realización de enfoques tendenciosos que se ajustan de lleno a las campañas propagandísticas que decide el tenebroso Departamento Ideológico y perpetran los comunicadores oficialistas.

El artículo se hace eco de las reacciones críticas que, en la verdadera prensa cubana (la independiente) suscitó el “Paquetazo” de medidas antipopulares que anunciara el señor Marrero Cruz en la reciente reunión de la llamada “Asamblea Nacional”. Los plumíferos anónimos califican esos rechazos de “campaña difamatoria”, pero no han colocado ni un solo enlace que facilite a sus lectores conocer de primera mano qué dicen los supuestos detractores ni cómo lo hacen.

El texto se limita a repetir, a menudo copiándolos al pie de la letra, los mismos conceptos vertidos por los jefes del régimen. Aquí incluyo la caracterización del “Paquetazo” como “serie de medidas destinadas a corregir las distorsiones que han venido afectando la economía cubana”. Y también otra frasecita para la galería: “Salir adelante es la línea de acción que seguirá el Gobierno”.

Un tercer trabajo periodístico se centra en los supuestos “logros” alcanzados por el deporte en la arena internacional: “Cuba en 12 meses: más rápido, más alto y más fuerte”. La autoría se la atribuye el mismo diario de nombre en inglés. Las palabras iniciales, por su truculencia, merecen ser reproducidas: “En 2023, el movimiento deportivo volvió a parecerse a su gente; la convicción de siempre, llegar más lejos, le regaló a su pueblo épicas e inolvidables jornadas”.

Reforzando el tono triunfalista, el recuento se ve ilustrado por unas tablas que reflejan el número de medallas alcanzadas por el país en los juegos regionales realizados durante estos doce meses. Faltan, desde luego, los datos referentes a algún otro año, lo que permitiría hacer una comparación y constatar de manera objetiva la regresión sufrida por esta rama de la vida nacional. Pero claro que los informadores del castrismo no tienen esa función.

A estos mismos temas estuvo dedicado un reportaje especial cuyo sugerente título proclama con alegría: “¡El deporte cubano sigue vivo!”. Pudiera continuar el recuento de los trabajos publicados, pero sería llover sobre mojado. No deseo abrumar a los amigos lectores. Sí quiero terminar con una pequeña comparación entre lo que dijeron los castristas el pasado 28 de diciembre y lo que expresaron en la misma fecha, pero tres años atrás.

La primera plana de aquel número estaba dedicada en su mayor parte a otro trabajo de agitación y propaganda: “Razones para una Revolución viva”. El texto se consagraba a la tristemente célebre “Tarea Ordenamiento”, destinada a ser aplicada poquitos días después. Él comenzaba con una parrafada grandilocuente, de las que tanto gustan a los plumíferos comunistas: “Tarea gigantesca la concebida hace un decenio, y hoy en marcha, de poner orden en la dualidad monetaria y cambiar los excesivos subsidios, gratuidades indebidas y hacer una reforma integral de salarios reclamada durante años por trabajadores y jubilados”.

¿Les recuerdan algo esas palabras tan hermosas? Hace tres años, reinaba cierto entusiasmo entre nuestros compatriotas no privilegiados. El nuevo invento comunista había comenzado de forma auspiciosa: en diciembre de 2020 aumentaron los ingresos de los cubanos de a pie, pero los precios continuaron sin cambios. No faltaron los verracos de siempre, contentísimos con la “Tarea Ordenamiento”. Les quedaban por disfrutar apenas unos días.

Ahora, como en la canción tradicional, “el cuartico está igualito”. En el segundo trabajo del Granma que he citado aquí, el ministro de Economía, señor Gil Fernández, afirma que las medidas antipopulares se irán aplicando gradualmente y sólo a partir del primero de enero. ¡Lo mismo que decían en diciembre de 2020! Entonces sólo me queda advertir a mis lectores residentes en la Isla: “¡Prepárense pa’ lo que viene!”.

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QOSHE - “¡Prepárense pa’ lo que viene!” - René Gómez Manzano
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“¡Prepárense pa’ lo que viene!”

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06.01.2024

LA HABANA, Cuba. — El pasado jueves fue 28 de diciembre; es decir, Día de los Santos Inocentes. La ocasión, concebida para rememorar la masacre de lactantes ordenada por el rey bíblico Herodes, derivó en la realización de bromas y pequeñas mentiras. Cuando estas logran extraer del destinatario una respuesta que pone de manifiesto que cayó en el engaño, este se celebra con la conocida palabra: “¡Inocente!”.

Es lo que rememoró este mismo diario digital cuando publicó una noticia a modo de broma. Su titular, aludiendo al exjefe de la Red Avispa de espías castristas instalados en Estados Unidos, decía: “Gerardo Hernández es liberado de los CDR y pasa a dirigir la industria ganadera”. Mas la información espuria terminaba con una nota que aclaraba su carácter jocoso. Al mismo tiempo, aprovechaba para recordar las peregrinas ideas compartidas por el personaje con sus subordinados de la “organización de masas” especializada en la delación: las de “repartir regaderas” y “sembrar piñas y calabazas en los jardines”.

El régimen castrocomunista es refractario a las inocentadas y a las bromas en general. Parece ser que el marxismo leninista, aburrido y muy poco ocurrente, es incompatible con las jocosidades. Amigo lector, ¿se imagina usted a personajes como Stalin, Walter Ulbricht, Kim Il-Sung o Pol Pot haciendo un chiste! ¡Y a los más encumbrados de sus súbditos compitiendo para ver quién ríe más y mejor! Aquí viene como anillo al dedo la exclamación popular de nuestra Cuba: ¡Pa’ su escopeta!

Pero parece ser que los castristas también desean celebrar el Día de los Santos Inocentes. Aunque lo hacen de manera vergonzante, no explícita. Esa fue la sensación que me asaltó al leer los titulares que exhibió en esa fecha el órgano oficial del partido único del castrismo, el cual, aunque parezca........

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