LA HABANA, Cuba.- Desde que el entonces presidente Jovenel Moïse fuera asesinado en su propia residencia —el 7 de julio de 2021—, la vecina República de Haití ha estado cayendo, de manera cada vez más plena, en el caos y la anarquía. Al día de hoy, las pandillas de delincuentes comunes sostienen combates informales por el reparto y la redistribución de sus zonas de influencia en el martirizado país.

El primer día del pasado mes de marzo, un avión de la compañía Sunrise Airways, que tenía como destino a la ciudad de Camagüey, en Cuba, fue baleado en el aeropuerto de Puerto Príncipe. Hasta el presente, ninguno de los referidos grupos armados ha reivindicado la autoría del bárbaro atentado que puso en peligro la vida de los civiles allí presentes. El hecho cierto es que, desde entonces, ha permanecido sin actividades el Aeropuerto Internacional “Toussaint Louverture”, de la capital haitiana.

Cerrada esa vía de escape del atribulado país, han quedado varados en él cientos de cubanos. Esto incluye no sólo los que pensaban regresar a la Gran Antilla en el vuelo de Sunrise Airways, sino también todos los demás. Son 259 compatriotas nuestros que, como anuncia de modo certero y veraz un titular de este mismo diario digital, proclaman ante el mundo: “¡Nuestras vidas corren peligro!”.

Y tienen toda la razón del mundo. Nada bueno augura para ellos la situación caótica del vecino país. Los constantes tiroteos entre las pandillas en conflicto pueden alcanzarlos en cualquier momento. Entre ellas, la más poderosa de todas, la que encabeza Jimmy Chérizier (más conocido por su alias “Barbecue”), jefe de las llamadas “Fuerzas Revolucionarias de la Familia G9 y Aliados”.

Porque sí, si en los países de “Nuestra América” no es raro que bandas que centran su actividad real en el narcotráfico, los secuestros y otras actividades de delincuencia común adopten nombres pretenciosos (“Fuerzas Armadas Patrióticas”, “Ejército de Liberación Nacional”), entonces no debe asombrarnos que en Haití suceda lo mismo, pero al revés. Para colmo, ahora el señor Chérizier afirma estar llevando a cabo “una lucha social” inspirado en Fidel Castro y Che Guevara… ¡Pobres haitianos! ¡Que Dios los coja confesados!

En el ínterin, los más de dos centenares y medio de compatriotas nuestros que se encuentran estancados en el país créole se desesperan, y con razón. Fueron por cuatro o cinco días para hacer turismo de compras; pero ya llevan más de 40 en ese limbo espantoso, y no ven perspectivas reales de salir de él. Mientras tanto, casi sin dinero, tienen que comprar los pocos alimentos y hasta el agua que consumen.

En una grabación de un grupo de Facebook denominado “Cubanos en Haití”, varios de los compatriotas nuestros, dominados por la desesperación, se animaron a decir sus verdades y a reclamar, “al Gobierno cubano o a la comunidad internacional” que los saque de aquel atolladero. Pero incluso en ese duro trance, con peligro real para vidas, ninguno de los solicitantes se animó a identificarse… Una dura y triste realidad que demuestra una vez más hasta qué extremos llega el miedo instilado en los ciudadanos de la Isla por la represión castrocomunista.

Mientras tanto, el régimen de La Habana da largas al asunto. Los súbditos de otros países (incluyendo a algunos cubanos con doble ciudadanía) han sido evacuados por sus respectivas embajadas. El Ministerio de Relaciones Exteriores de la Isla, cinco días después del incidente del avión de Sunrise Airways, emitió un comunicado en el que aseguró: “Funcionarios consulares (…) realizan gestiones para garantizar el retorno seguro de nuestros connacionales”. Y punto. Las acciones no han pasado del blablablá al terreno de los hechos.

Los cubanos estancados en la capital haitiana, con lógica irrebatible, plantean, por ejemplo, que, en vista de la virtual imposibilidad de viajar por carretera en el país sumido en la anarquía, otros países han conseguido helicópteros para el traslado de sus ciudadanos hacia Cabo Haitiano. De ese modo, desde el aeropuerto de esa ciudad, que es el único que funciona, pudieron partir hacia el extranjero. Por supuesto que esos viajes pueden costar unos miles de dólares, pero no se está hablando de una suma ruinosa que un país normal no sea capaz de asumir… Sólo que, claro, el nuestro no es un país normal.

Pero me pregunto si tampoco existe una posibilidad real de que un barco de la Isla rescate a los cubanos varados por vía marítima. Es verdad que se dice que el puerto de la capital está tomado por las pandillas. Pero supongo que los delincuentes comunes que las integran, tras saber que un buque de guerra extranjero llegará al lugar con el único fin de recoger a un grupo de connacionales y marcharse en seguida, no se animen a realizar algún acto hostil. Sobre todo, claro, si el buque llega en zafarrancho de combate y se advierte de antemano que, de producirse el acto hostil, el castigo al punto desde el que este se genere será fulminante y drástico.

Me llama la atención que los castrocomunistas, que con tremenda guapería no han vacilado en enviar a sus combatientes a países exóticos como los de África, y que lo han hecho —afirman ellos— “guiados por su vocación internacionalista”, no sean capaces de “ponerse colorados” una vez para salvar a sus propios compatriotas de una situación tramposa e inaceptable como la que hoy sufren los cubanos varados en la capital haitiana.

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QOSHE - ¿Pueden los cubanos varados en Haití esperar algo de su gobierno? - René Gómez Manzano
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¿Pueden los cubanos varados en Haití esperar algo de su gobierno?

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10.04.2024

LA HABANA, Cuba.- Desde que el entonces presidente Jovenel Moïse fuera asesinado en su propia residencia —el 7 de julio de 2021—, la vecina República de Haití ha estado cayendo, de manera cada vez más plena, en el caos y la anarquía. Al día de hoy, las pandillas de delincuentes comunes sostienen combates informales por el reparto y la redistribución de sus zonas de influencia en el martirizado país.

El primer día del pasado mes de marzo, un avión de la compañía Sunrise Airways, que tenía como destino a la ciudad de Camagüey, en Cuba, fue baleado en el aeropuerto de Puerto Príncipe. Hasta el presente, ninguno de los referidos grupos armados ha reivindicado la autoría del bárbaro atentado que puso en peligro la vida de los civiles allí presentes. El hecho cierto es que, desde entonces, ha permanecido sin actividades el Aeropuerto Internacional “Toussaint Louverture”, de la capital haitiana.

Cerrada esa vía de escape del atribulado país, han quedado varados en él cientos de cubanos. Esto incluye no sólo los que pensaban regresar a la Gran Antilla en el vuelo de Sunrise Airways, sino también todos los demás. Son 259 compatriotas nuestros que, como anuncia de modo certero y veraz un titular de este mismo diario digital, proclaman ante el mundo: “¡Nuestras vidas corren peligro!”.

Y tienen toda la razón del mundo. Nada bueno augura para ellos la........

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