La invasión de los mambises al Occidente de Cuba entre 1895 y 1896 es, sin lugar a dudas, un proceso de gran trascendecia histórica. Sin embargo, menos se comenta sobre la llegada del Ejército Libertador a Pinar del Río, que se produjo el 8 de enero de 1896, como parte de la estrategia invasora, con Antonio Maceo al frente.

Pocas horas antes, Máximo Gómez y Maceo habían tenido una entrevista en el campamento en Baracoa. Allí los líderes del proyecto invasor acordaron que no debían detenerse hasta el último baluarte español en Pinar del Río. Además del impacto político que ello tendría, perseguían el objetivo de establecer y consolidar bases de operaciones, desde las cuales pudieran operar fuerzas revolucionarias en una eventual ofensiva final.

A tales efectos, decidieron que Gómez permanecería en La Habana cuidándole la puerta a Maceo, mientras este continuaba el avance hacia el oeste. Según datos historiográficos, el Titán de Bronce marchó al territorio pinareño con unos 1 560 hombres, desglosados de la siguiente forma: 40 en el cuartel general; 80 en la escolta; 490 integrantes del Regimiento Céspedes; 500 en el Regimiento Las Villas; 350 en los llamados Tiradores de Sotomayor; y otros 100 asistentes y ordenanzas armados.

Estaba previsto que a dicha fuerza se le unieran más escuadrones. También se le reincoroporó la caballería de Juan Bruno Zayas, tras su regreso de Punta Brava y El Cano. En la bibliografía sobre el tema resalta, como dato curioso, la unión de un sargento y 16 soldados españoles que juraron la bandera cubana.

Maceo acampó por primera vez en tierras pinareñas el 8 de enero de 1896. Al Lugarteniente General del ejército mambí la prensa española le auguraba un fracaso operativo en la región más occidental de Cuba. Se hacía referencia al desconocimiento de los invasores de la geografía local y a la tendencia proespañola de los habitantes.

Sin embargo, aunque los argumentos eran ciertos en alguna medida, los insurrectos salieron victoriosos de Pinar del Río. Como señalaron los historiadores Eduardo Torres-Cuevas y Oscar Loyola en su libro Historia de Cuba. 1492-1898. Formación y liberación de la nación, Maceo y sus combatientes libraron allí muchas acciones de importancia, siempre perseguidos por tropas peninsulares, hasta llegar a Mantua, último lugar habitado en la Isla, el 22 de enero.