El hipermillonario sudafricano nacionalizado estadounidense Elon Musk se encuentra en estos momentos en franco romance ultraderechista con Javier Milei, a quien, sin embargo no tiene que camelar mucho para lograr su asentimiento de entregarle el litio argentino y la sede para cualquiera de sus componendas mediáticas, con el fin de socavar cualquier intento que conduzca a la necesaria unidad latinoamericana.

Musk, un zorro de los negocios, con devaneos entre las esferas del bien y el mal, ya era conocido por sus tropezones contra la figura más relevante de la reacción mundial, el ex presidente Donald Trump, toda una pantalla para asegurar mejores negocios si el colorado expresidente logra, como toro parece indicar, el regreso a la presidencia norteamericana.

Siempre con buen olfato para saber por donde sopla el viento, Musk ha estado aprovechando la falta de unidad de las fuerzas progresistas para agendar sus diferencias, y, aliándose con lo más retrógrado, defiende a ultranza desde su plataforma X, antes Twitter, al expresidente brasileño Jair Bolsonaro.

De esta manera, el magnate arremetió contra el magistrado Alexandre de Moraes, luego de que este ordenara el bloqueo de determinadas cuentas de la red social X. “Este juez ha traicionado descarada y repetidamente la Constitución y al pueblo de Brasil. Debería dimitir o ser destituido”, afirmó Musk.

Además, el dueño de X prometió publicar próximamente “todas las solicitudes (judiciales) de Alexandre de Moraes y cómo estas solicitudes violan la ley”, y lo acusó de “censura”.

Ello motivó la intervención del presidente brasileño. Luis Inácio Lula da Silva, quien alertó sobre Musk:

“Tenemos un tema muy serio en el país, que es ver si queremos vivir en un régimen democrático o no, si vamos a permitir que el mundo viva en la xenofobia del extremismo, que es lo que está aconteciendo. El crecimiento del extremismo de derecha que se da el lujo de permitir que un empresario que nunca produjo un plantín de pasto en este país, tenga la osadía de hablar mal de la Corte Suprema brasileña, de los ministros brasileños, del pueblo brasileño. No es posible”, para luego enfatizar:

“Podemos ser buenos, muy armoniosos, pero aprendimos a no quedarnos con la cabeza baja”.

BOLSONARO SE PREPARA

A pesar de todas las acusaciones en su contra, aunque menos que las que afronta su ídolo Trump en Estados Unidos, Jair Mesías Bolsonaro sigue sumando fuerzas para intentar socavar la presidencia de Lula y vengar el fracaso de su intentona golpista de principios de enero del pasado año.

Pero, tal como ahora, ya se evidenciaba su fuerte apoyo dentro de la policía y el ejército, además de explotar el fanatismo religioso que aún perdura, aprovechando siempre el fantasma del comunismo.

Recordemos como en la apenas fracasada asomada a pocos días antes de asumir Lula la presidencia, partidarios de Bolsonaro envueltos en banderas brasileñas asaltaron y destrozaron el Congreso, el palacio presidencial y el Tribunal Supremo.

Imágenes aterradoras fueron retransmitidas en televisores y teléfonos móviles de todo el mundo, pero difícilmente podrían sorprender a nadie en Brasil. Estaba claro que esta tormenta iba a producirse tarde o temprano.

Porque no faltaron advertencias, en primer lugar del propio Messias. Un día después del asalto al Capitolio en Washington, el 6 de enero del 2021, Bolsonaro había declarado que esas escenas podrían repetirse en Brasil, si surgían dudas sobre el resultado de las elecciones del 2022. Luego, con las noticias falsas que él mismo difundió sobre los supuestos votos amañados, se aseguró de que esas dudas se extendieran entre sus partidarios más radicales.

Además, desde la destitución incoada en el Parlamento de la presidenta izquierdista Dilma Rousseff en abril del 2016, Bolsonaro ha copiado prácticamente todo lo que su ídolo declarado, Donald Trump, hizo en Estados Unidos. Esto incluía no reconocer la derrota electoral contra Luiz Inácio Lula da Silva.

Asimismo, Bolsonaro ha aprendido de Trump a mantener sus propias declaraciones tan vagas que sus partidarios radicales pueden leerlas como un llamamiento al derrocamiento, mientras que él mismo siempre puede afirmar que no ha predicado nada por el estilo. Por ejemplo, condenó el asalto al Congreso de Brasil desde Florida, al mismo tiempo que lo justificó: supuestamente, "la izquierda" ya había hecho algo parecido en el 2013 y el 2017.

AMOR A PRIMERA VISTA

Así lo describió el nuevo embajador de Argentina en Estados Unidos, Gerardo Werthein, al hablar de la química entre Milei y Musk, reunidos en la fábrica de Tesla en Austin, Texas, en la tercera visita del libertario a la que también considera su Patria en una corta gobernanza de cinco meses.

Durante hora y media hablaron de inversiones en litio y de hacer juntos un “gran evento” en Argentina “para fomentar las ideas de la libertad”. Entusiasmado, Milei repitió su slogan de “Viva la libertad, carajo”, en un mensaje en la red de Musk, acompañada de fotos con el susodicho, al que describió como “consejero delegado e ingeniero jefe de SpaceX; inversor ángel, director general y arquitecto de productos de Tesla, Inc.; fundador de The Boring Company y cofundador de Neuralink y Opina, por mencionar algunas.

Musk tuiteó poco después una foto con Milei: “¡Por un futuro apasionante e inspirador!”.

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Musk y $u$ Lunas de Miel con la ultraderecha

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15.04.2024

El hipermillonario sudafricano nacionalizado estadounidense Elon Musk se encuentra en estos momentos en franco romance ultraderechista con Javier Milei, a quien, sin embargo no tiene que camelar mucho para lograr su asentimiento de entregarle el litio argentino y la sede para cualquiera de sus componendas mediáticas, con el fin de socavar cualquier intento que conduzca a la necesaria unidad latinoamericana.

Musk, un zorro de los negocios, con devaneos entre las esferas del bien y el mal, ya era conocido por sus tropezones contra la figura más relevante de la reacción mundial, el ex presidente Donald Trump, toda una pantalla para asegurar mejores negocios si el colorado expresidente logra, como toro parece indicar, el regreso a la presidencia norteamericana.

Siempre con buen olfato para saber por donde sopla el viento, Musk ha estado aprovechando la falta de unidad de las fuerzas progresistas para agendar sus diferencias, y, aliándose con lo más retrógrado, defiende a ultranza desde su plataforma X, antes Twitter, al expresidente brasileño Jair Bolsonaro.

De esta manera, el magnate arremetió contra el magistrado Alexandre de Moraes, luego de que este ordenara el bloqueo de determinadas cuentas de la red social X. “Este juez ha traicionado descarada y repetidamente la Constitución y al pueblo de Brasil. Debería dimitir o ser destituido”,........

© Cubasí


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