OJALÁ que esta sea una de esas muchas en que me equivoco. Pero creo que, en lo relativo a la situación en Oriente Medio, las cosas aún van a ir mucho peor antes de que inicien –muy lentamente– el camino hacia ir a mejor. Me parece que la actual tregua se va a quedar en eso: una mera tregua.

Los ataques terroristas de Hamas que detonaron la actual fase del conflicto merecen toda la condena de la que las personas con una mínima sensibilidad podamos expresar. Pero también lo merecen las ingentes cantidades de muertes de civiles, en su mayor parte mujeres y niños. Francamente, la excusa de que al escudo humano no le dejan apartarse o –incluso– que se niega a apartarse, no es ningún atenuante en el derecho internacional humanitario. De ser algo, sería en todo caso un agravante.

Condenar los crímenes de Hamas no te convierte en islamófobo, exactamente de la misma manera que condenar los perpetrados por el ejército israelí no te convierte en antisemita. Podemos criticar el sionismo mesiánico de parte del gobierno israelí sin ser antisemitas. Podemos apoyar la idea de justicia para el pueblo palestino sin ser antisemitas. Y todo ello sin renunciar, en absoluto, a la idea de justicia para las víctimas de Hamás.

Menos atención ha recibido el hecho de que el gobierno de Netanyahu está dispuesto a comprometer nuevos fondos para construir más asentamientos ilegales. Pero no por ello es menos relevante. Ya hay voces que lo denuncian. Pero o volvemos a la solución de los dos estados que respeten la existencia del otro, con todo el peso de los pronunciamientos internacionales anteriores y lo que eso implica, o el impacto de esa injusticia, ese tomarse la justicia por la propia mano dejará consecuencias perennes. De hecho la reputación de Israel ya está perjudicada casi irremediablemente en la opinión pública internacional. Y a la larga, tendrá consecuencias. Pensar lo contrario es ceguera. Imperios más grandes han caído y no siempre por las armas.

@Krakenberger