La perspectiva electoral tiende a desactivar la acción institucional. En Euskadi, hay partidos que, tras un año electoral como el que se acaba, se encuentran más cómodos en la dinámica de las citas con las urnas que vendrán el próximo que en la de las políticas resolutivas.

Con las maquinarias electorales cogiendo ritmo otra vez, En EH Bildu y PP hay prisa por conseguir que el lehendakari anuncie la fecha de las elecciones, pero éste se resiste a dar por liquidada la legislatura mientras quede agenda legislativa a apurar en las próximas semanas. Apelan a que estamos en los minutos de la basura, como se dice en el baloncesto cuando un partido está decantado. Cae la intensidad y es tiempo de meritorios y de evitar lesiones.

A mí me parece que lo deportivo es jugar hasta el final y, si además hay puntos en juego, mucho más. A la legislatura vasca le quedan, al menos sobre el papel, unos seis meses. Eso es el equivalente a la octava parte de toda su duración. Se me ocurre echar una mirada a los puntos que se han decantado en esta Liga de fútbol en el período equivalente, a partir del minuto 79.

Con mayor o menor fortuna, a nuestros equipos –Athletic, Alavés, Osasuna y Real– les han variado los puntos obtenidos por jugadas en esos últimos minutos en seis partidos, en el caso de Osasuna y Real, en cinco del Athletic y en tres del Alavés. Pongamos que los rojiblancos hubieran bajado los brazos ante Valencia, Celta o Las Palmas, los txuriurdin y babazorros en sus respectivos choques ante el Almería, o los rojillos ante Rayo o Valencia. Menos puntos.

En Euskadi hay un diálogo de transferencias reactivado esta semana y hay un calendario legislativo que acaba de aprobar normas potentes, como la de Educación o la de empleo. Todos esos puntos no se le pueden sustraer a la ciudadanía por conveniencia electoral; por “no lesionarse”. Se entiende que, el que ha perdido puntos puntos en el final de sus partidos, habría querido que hubieran sido minutos de la basura. Con la acción política positiva pasa igual: el que no la tiene, no quiere más partido.