ESTOY de acuerdo con Pablo Motos. Yo también me suelo avergonzar de ser español. O, mejor dicho, de que gente como él me obligue a tener que serlo. De verme en la tesitura de precisar que soy de un país de ahí arriba, chiquitito, donde desde un campanario se ve el otro. Bueno, ciertamente con decir que soy de donde está el Guggenheim me entienden hasta en Szetendre. Todo, con tal de que no me asocien con un territorio donde aún yacen asesinados en las cunetas –crímenes también sin resolver–, un lugar donde los golpistas del 11-M no solo permanecen inmunes sino que están en pleno arrebato de rebelión y kale borroka, donde mataron a inmigrantes subsaharianos en la frontera de Melilla, donde el dinero se escapa a espuertas por la corrupción o que ejecutó en Madrid a más de 7.000 mayores en sus residencias durante la pandemia. Pero de todo esto no se avergüenza ni este vocero ultra disfrazado de showman ni toda su corte de señoros que revientan el cuñadómetro bramando contra la amnistía, los indepes o todo lo que huela a izquierda, parapetados detrás de dos hormigas de peluche más peligrosas que los chinches y de artistas de distinto pelaje que acuden a promocionar su momento o a someterse a las machiruladas de su presentador. Un espacio ideológico que empequeñece al tándem Herrera-Losantos y que tiene la gracia metida en el orto. A ver si cumplen y se expatrian, o si algún día el insecticida del mando surte efecto. l

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QOSHE - El insecticida - Igor Santamaría
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El insecticida

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09.11.2023

ESTOY de acuerdo con Pablo Motos. Yo también me suelo avergonzar de ser español. O, mejor dicho, de que gente como él me obligue a tener que serlo. De verme en la tesitura de precisar que soy de un país de ahí arriba, chiquitito, donde desde un campanario se ve el otro. Bueno, ciertamente con decir que soy de donde está el Guggenheim me entienden hasta en........

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