El pasado vuelve mutando de una cinta que no conocía grabada en tomavistas, que pasa a su siguiente formato en la evolución que es el voluminoso vhs y de ahí pasa a formato digital, captado directamente con un móvil y todo ya convertido en electrones debidamente posicionados pasa a través de satélites a la velocidad de la luz a dispositivos del futuro que, como replicantes robotizados miramos insistentemente a cualquier momento a impulsos con pulsaciones de onda constantes, pasando a todos los receptores, que como en la sala de espera de un servicio médico, consultan insistentemente, o en cualquier parte, llega el pasado borroso, como la memoria, que no sitúa los rostros en el tiempo, con toda la memoria desencajada por las imágenes, que existían a trozos, en algunas fotos nítidas, que no cuadran con el resto de fotografías en movimiento pero poco a poco, como una imagen pixelada de un sistema antiguo, que va revelándose lentamente, las piezas del rompecabezas van uniéndose, las personas, que ya no existían para nunca jamás, aparecen y se mueven en años que siempre se suponen como felices, cuando nada hacía sombras en la atmósfera hasta que la mano cruel del tiempo va haciendo desaparecer las personas y haciendo aparecer las nubes grises que van dando mazazos al destino mientras cada cambio te hacía crecer en una nueva crisis vital más hasta llegar a conseguir los ansiados deseos y aspiraciones que abren una vez más la puerta al más completo vacío. Las metas conseguidas no eran sino efímeras conquistas tras las que no había nada una vez habían pasado los festejos y celebraciones. Como en el vídeo, el pasado era una celebración infantil y familiar en la que no habían llegado todavía las disputas y las penumbras. Y es que el tiempo siempre trae una fotografía o un vídeo donde todo era alegre y familiar pero es sólo una falsa sucesión de imágenes quietas, donde parece que todo existe otra vez, todo se mueve, todo revive, pero no existe nada, son sólo impresiones registradas por un antiguo tomavistas que engaña al ojo y a la mente. No había nada de eso, no existió nada. Son sólo réplicas electrónicas de memoria insertadas en la tarjeta de nuestras mentes presentes, sin formato físico, retazos de átomos pasando por semiconductores archivados por siempre en la nube global que todo lo guarda para que nos hagamos la ilusión de que los recuerdos existieron de verdad.

QOSHE - Del pasado efímero - Fco. Sánchez Collantes
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Del pasado efímero

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22.11.2023

El pasado vuelve mutando de una cinta que no conocía grabada en tomavistas, que pasa a su siguiente formato en la evolución que es el voluminoso vhs y de ahí pasa a formato digital, captado directamente con un móvil y todo ya convertido en electrones debidamente posicionados pasa a través de satélites a la velocidad de la luz a dispositivos del futuro que, como replicantes robotizados miramos insistentemente a cualquier momento a impulsos con pulsaciones de onda constantes, pasando a todos los receptores, que como en la sala de espera de un servicio médico, consultan insistentemente, o en........

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